miércoles, mayo 31, 2006

Tres entradas en el mismo dia!!...

Pues si, no creo que mantenga el ritmo, pero por ahora me siento agusto (o augusto, como decia un amigo mio), hablando. Hablabamos de recuerdos. Y es curioso, recuerdo uno de estos dias fatidicos. Recuerdo cuando cambié mi destino. Por lo menos el de estudiante (que asi suena mejor, no?). Debia ser en 3 o 4 de EGB, ya que estaba en la seccion baja del Marianistas. Me habian castigado sin recreo porque no habia echo los deberes. Creo que se me olvidaron, o era mi cumpleaños... vete a saber. La cosa es que me encerraron en clase para que los hiciera, junto a mis amigos. Yo empecé a hacerlos, aplicandome. Eran multiplicaciones, recuerdo. La primera bien... la segunda bien... hasta que veo que mis amigos saltaban por la ventana para salir de la clase. Les pregunté que como habian acabado, y la respuesta fue "que se lo habian inventado todo". Claro, yo, en lugar de hacer lo correcto, hice lo mismo. Vale, igual es una tonteria, pero para mi, las cosas en los estudios empezaron a ir mal ahi. Falta de interes, que era un vago para las cosas que no me gustaban... a saber.
Tambien recuerdo cuando me di cuenta de que las chicas se convertian en mujeres. Estabamos jugando en Artikutza. Para el que no es Donostiarra, le dire que es una especie de Parque natural, sumado a presa de agua que, si bien no esta en los limites de Donosti, le pertenece al ayuntamiento. Y este la deja a los colegios para hacer excursiones. Bien, decia que estabamos jugando al pillar. Ya conoceis el juego, se esconde la gente, y tu tienes que cogerlos para el "tu la llevas". Bueno, inocentemente, (y es la verdad), cogí a una de mis compañeras por la cintura. No habia nada sexual, ni ganas de propasarme ni nada por el estilo. Solo estaba jugando. Y ella me rompió mis sueños de niño, pidiendome "que no la manoseara". Pues menos mal que no la agarré del pecho, pensé. Y es cuando me di cuenta que, las chicas habian pasado de ser "esas del cole de al lado a las que les puedes tirar de las coletas, o globos de agua" a ser "Mujeres", ese apetecible ser que tanto fascina y que nadie comprendia. Curioso como un incidente de este tipo te cambia o te hace madurar.
La tercera vez que cambié fue cuando conocí a Ainhoa. Si, creo que ya he hablado de ella, pero ahora profundizare mas en ella. Realmente, no creo que nunca sepa lo importante que fue para mi. Algo sabría, pero no llegó al fondo de mi corazón. Pero como no creo que lea en la vida este blog, y ademas soy yo el que lo escribe, pondré lo que sentí y lo que pensaba. Fue algo casual, claro. Asi empiezan las mejores historias. Cuando termine la historia de una amiga, si consigo su permiso contaré lo que ha salido de un Dragon...
No, por ahora no, hoy es tiempo de Ainhoa. El camino entre la Estacion del Norte, que es la estacion de trenes de San Sebastian, hasta la Universidad, hasta hace poco fue un camino descuidado. Esto es verdad que, el reciente derruido edificio de saneamiento, todavia tenia el escudo republicano en su fachada. Se me acercó por detras. Era el segundo dia y las 8 de la mañana, asi que reconozco que estaba un poco dormido y un poco asustado por la experiencia de la universidad.
- "Hola, tu eres de mi clase, no?".
- Historia?.
Asintió con la cabeza, con ese movimiento, con esa clase natural que posee, pero que creo no sabe que posee.
- Pues somos ambos nuevos. Soy Ainhoa.
- Yo .........
Vale, quizás para ella no fuera algo mas que conocer al chico gordo ese raro que se sentaba al lado, pero para mi.
Habia algo en ella. Sigue habiendolo, claro. Un pose natural, una belleza interior, un.... una sensacion de magestad que he conocido en pocas mujeres desde entonces. No creo que sea consciente de ello, pero lo utiliza. Las que si se dieron cuenta eran las mujeres de la clase. No se porque, pero a pocas les caia bien. No si, hablaban con ella, le reian, pero cuando no estaba era distinto. Que como lo se?. Bueno, la ventaja de ser gordo es que puedes pasar desapercibido en el ambiente. A veces lo mejor escondido es lo que se tiene a la vista. Y los gordos aprendemos a escuchar.
Ella vivia cerca de mi antigua casa, asi que la acompañaba a la suya. Vale, quizás andara 5 o 10 calles mas solo con el afán de estar con ella, de oirla hablar.
Una cosa sobre mi. Cuando algo me interesa, soy muy bueno recopilando información. Muy bueno. Y daba la casualidad, que yo tenia amigos en su antigua clase, lo que me llevó a saber cosas de ella, incluso antes de que me las contara. Por supuesto, la mayor parte son privadas, y asi seguiran, pero baste decir que, en el pasado, ella tambien lo habia pasado mal. Y que esa carga del pasado la seguia todavia. No se si ahora se habrá curado, pero pesaba sobre ella. No creo ni que lo sepa, pero pienso que es causa de su forma de vivir o de pensar.
Comencé a frecuentarla. Al bar de la universidad, acompañarla... algo en mi me decia que esa chica pelirroja era un alma gemela, que necesitaba comprension y apoyo, y que podria darme ese beso que tanto buscaba. Si lo se, a veces las cosas me obsesionan.
Y ocurrió la catastrofe. Salió con un amigo mio. Por supuesto, eso me desilusionó, pero por lo menos me daba la oportunidad de estar con ella mas tiempo. No funcionó su relacion, porque el no se preocupaba por ella. Lo que no sabia era que al mismo tiempo el salia con otra de la clase. Eso nunca lo supo. Es curioso porque, al romper con el se dirigiera a mi para aplacar su "valle de lagrimas". Y en ella encontré una compañera, pero desesperado de que no fuera algo mas. Algo debió olerse, porque en unos dias me rehuia. Quizás porque su rotura estaba reciente, y no queria saber mas de nosotros o porque me volví un completo pelmazo. O una combinacion de los dos. Bueno, en unos dias volvió a hablarme, a estar a mi lado, como amiga "sigh".
Fue la unica mujer a la que me atreví que fuera algo mas que amigos. Lo hice a mi manera, claro, publicando un poema en el que las letras primeras pone eso de "a am quieres salir conmigo?".
Me dijo que no. Y yo me quedé triste y con el alma desgarrada. Se que unos dias despues, me puso a prueba. Aunque yo no me diera cuenta hasta mas tarde de eso. Quizás ella tampoco. Me invitó a salir una tarde. (ver poema de los numeros). Era para recibir a la Real Sociedad, que habia quedado segunda. Me pidió que le acompañara. Si se entera de que ha sido mi unica cita con una mujer, igual sonrie al ver mi comportamiento. Vestido con mis mejores galas, temblando como un flan... y esperandola treinta minutos antes en el sitio donde habiamos quedado, escribiendo poemas para quitarmela de la cabeza. No se me quitará de la cabeza que me puso a prueba y... que fallé en esa prueba. No se porque, pero fallé. Y la perdí.
Por supuesto, la segui viendo durante años, seguimos hablando, me convertí en su confidente, y ella soportó mis preguntas sobre las mujeres (preguntas tipo "como podeis llevar el sujetador puesto todo el dia? Debe ser incomodisimo (por cierto, no me respondió).
Pero claro, nos fuimos distanciando. Y mas cuando yo cogí una depresión y deje de ir por un tiempo a la universidad. Depresion por la vida, por ser gordo, por haber perdido la oportunidad del amor... por todo.
Y ahora, ahora no me atrevo ni a llamarla. No se que decirle, no se ni si verla. Porque parte de mi anhela saber de ella. Parte de mi quiere volver a verla. Pero parte de mi espera encontrar otra mujer y rehacer mi vida. No es tan dificil, verdad?. Llamar a su telefono y ponerse a conversar con ella. Pues para mi es un mundo. Un mundo muy lejano.
Bueno, por ahora nada mas... hasta luego.

mas tarde...

Bueno, ya me he librado de la clase por ahora... tengo 10 minutos asi que sigamos escribiendo. Hablaba de mis recuerdos. Y he acabado hablando de los perros que tenia. Bueno, las disgresiones forman parte de mis conversaciones, asi que es logico que aparezcan aqui. Pero hablaba de los recuerdos.
Es curioso, decia, como unos recuerdos se te quedan, y otros no. Por ejemplo, recuerdo los dias de clase del Marianistas, hasta recuerdo algunos momentos, pero no la clase en si. Recuerdo un dia en el que descubrimos a la virgencita, que esta escondida en una parte del colegio. Y recuerdo que me pegué un topetazo enorme al intentar llegar alli.
Como no, recuerdo nuestras aventurillas con mis amigos. Fernando Zubiri, David Herzog, y demás. Fernando era "el amigo". Era tan vago como yo, y le gustaba imaginar cosas como yo. Siempre formabamos pandilla con su hermano borja, y la verdad, nos lo pasabamos muy bien.
Y siempre nos apoyabamos en el caso de que alguien se metiera con nosotros. Recuerdo una vez, en la que el tipico matón de patio, se metió con uno de ellos. No se como, pero, conseguimos esposarle a una porteria. Creo que se pasó alli 2 horas. Lo cual le dio una saludable experiencia de como NO fastidiar a la gente. A otro lo metimos en un vater desbordado y le sacamos dos horas despues. Ese si que no volvió a fastidiarnos.
David Herzog. Bueno, ese era (o es) el clasico manitas. Capaz de hacer esa maqueta que nadie en tu casa sabe como poner. O capaz de hacer polvora a partir de azufre, carbon vegetal y salitre. La verdad, este era un poco mas reservado. Pero a la hora de hacer locuras, las hacia de verdad. Creo que su padre se pregunta todavia porque su mesa apareció partida en dos "sin querer" una mañana. Resultó que estabamos probando un motor para su avion a escala y... se nos olvidó poner el motor "hacia el espacio vacio de la mesa".
Pero lo divertido fue cuando David se empeñó en hacer polvora. No se como, pero consiguió hacerla, consiguiendo todos los ingredientes e incluso logrando conseguir las partes proporcionales. El problema fue que la probamos un dia en el colegio. Nos habian expulsado, para variar, porque no haciamos mucho caso a las explicaciones, y estabamos aburridos. Fue cuando David se acordó de la polvora y propuso "quemarla para ver que pasa". Hombre, tan tontos como para meterla en un recipiente no eramos, asi que nos dedicamos a dejar un reguero de polvora, como en las peliculas. Y todo esto en medio del corredor de las clases de EGB. El resultado ya os lo podeis imaginar: humo por todos lados, un chaval que se puso a gritar eso de "Fuego, Fuego", medio colegio corriendo, nosotros en un lado riendonos, y los profesores enfadados. Eso si, la solidaridad infantil duró hasta que preguntaron quien habia sido el culpable. Rapidamente, al unisono, y sin pensarlo, dirigimos los dedos hacia el otro y gritamos eso de "ha sido el". Debo decir que el profesor que nos encontró no nos hizo caso a ninguno. Y tambien que nos prometió no aprobar su asignatura el año que viene, que era cuando nos tocaba con el. Y la cumplió, pero eso es otra historia. Aunque claro, si le llenas de humo la clase, haces que 40 niños salgan corriendo y llorando, y haces llamar a los bomberos pues... es logico que se enfadaran.
Mas tarde mas cosas.....
Un saludo de Edem.

El tercer dia...


Bueno, parece que si puedo hacer algo constante y regular. Aqui la tercera parte de mis memorias y recuerdos, de mis anhelos y pasiones... de mi vida.
Recuerdos. Es curioso como los recuerdos te llegan de cosas y momentos de la vida. Por ejemplo, recuerdo que iba al parvulario. Incluso recuerdo que era la clase del conejo. Y que le zurraba al maton de la clase, porque se metia con mis amigos. Recuerdo cuando plantamos un arbol, y cuando me colé en el comedor y me quedé a comer, tranquilo y ajeno a que medio colegio me estaba buscando...
Recuerdo las clases de musica, y el amor incondicional de mis padres. Recuerdo cuando recogimos a Kadur, nuestro boxer. Llevabamos a Tosca a pasear, a la calle, y debia estar de alta, porque un Boxer nos siguió. Resultó estar abandonado, y que sus antiguos dueños habian recorrido 20 kilometros solo para abandonarlo. Un perro de raza, bueno, con pedigrí, y que (en palabras de mi padre), es el perro que todos quisimos tener.
Luego estaba Tosca, la boxer que me salvó la vida, y que me cuidaba de pequeño. Me estaba ahogando en la cuna, y si no llega a ahuyar, yo me quedo alli.
Tambien recuerdo a Chinita. La hija de Kadur y Tosca. Murió en la casa, a la mañana, esperandonos en su cama. Para nosotros, que esperó a que la animaran. Creo que esperaba vernos por ultima vez.
Goiz... Goiz fue un perro especial que le dio a mi madre muchos momentos de alegria. Se lo endosaron a mi padre. Cosa rara en el, cuando volvia a casa, se paró a hacer una caricia a un cachorro que estaba en manos de un joven. Y fue cuando le dijeron las palabras desgarradoras de "¿Lo quiere?. Es que mi marido no me deja tenerlo y si no me lo cojen lo voy a tirar al rio. Se quedó de prueba para un mes, y acabó muriendo a los 14 años en mi casa. Mi madre le dió de comer papilla... con mi babero. Y le estubo agradecido toda su vida. Yo no he visto perro mas cariñoso con ella. Le daba compañia, amor incondicional... Cuando estaba apunto de morir, esperó tambien a mi madre. Era el perro mas valiente que he conocido. No se echaba atras por nada. Era de tamaño mini, pero no se preocupaba del tamaño del otro.
Y al final... cuando murió, lo incineramos, y echamos sus restos a la bahia de la concha. Alli nos espera, dice mi madre.
Un mes despues de su muerte, llegó Schubert. Estabamos alicaidos y vimos un anuncio en una revista sobre un perro muy maltratado que necesitaba un hogar. Un perro estilo ratonero que se salvó muchas veces de tener una vida perra, como dice mi padre. Por lo visto, es un hijo no deseado... y al dueño de su madre no le debió hacer mucha gracia saber que su perra estaba preñada. Nada mas nacer los abandonó a las cuatro crias en un contenedor de cristales... lo que explicaria el porque no quiere acercarse aun dia a ellos. Una de las crias murió en el proceso.
Y mi perro tuvo suerte. Suerte de que pasara un vecino y los rescatara. Y luego mala suerte, ya que fue a parar a una casa con 3 niños, donde un cachorro no estaba bien atendido. Su tercer dueño, lo encerró todo el dia en un balcón. Y claro, el pobre animal, muerto de hambre, de frio y de cariño (recuerdo que era un cachorro de meses), pues se convirtió en un salvaje que destrozaba lo que encontraba. Y en esas circunstancias, llegó a nuestra casa. Un dia de San Martin, un 20 de diciembre. Fué un flechazo a primera vista. Yo me quedé en la casa con el, mientras sus antiguos dueños eran invitados a una sidreria por mis padres. Creo que ese fue el desencadentante de que me considere su dueño. Es uno de los mejores amigos que tengo, a pesar de que me robe las zapatillas, y que todavia no se fie de que le devuelva el pan duro que le damos para que juegue. Duerme conmigo, me da animos cuando estoy alicaido, y me hace salir esos dias que estoy deprimido. Es lo que tiene ser responsable de un ser vivo. Mi amigo... mi compañero. Y tal como Schubert es mi compañero, Bimba es la de mi padre. Recordais a Goiz?. Pues Bimba es clavada a el. De echo, esta en casa por esa caracteristica. La vimos tan dulce, tan timida, escondida en la tienda de animales zoo can, que nos llegó al alma. Lo curioso es que mi padre estaba exceptico con ella. No la queria, y sin embargo... sin embargo, se ha convertido en la perra de mi padre. Ahora que el esta pachucho, mi perrita no se despega de el. Si mi padre va al ordenador, ella va, si mi padre va a comer, ella va, si mi padre va a dormir...
Hace unos dias, tuvimos que operarla de un tumor. Mi padre no lo reconocerá, pero estaba muy preocupado. Y creo que mi perra le da vida a mi padre. Por eso le dijimos al cirujano que debia vivir. Mi padre esta muy mal, mas de lo que se imagina, y la muerte de Bimba hubiera sido un gran golpe. Se que la gente igual no lo entiende, pero un vinculo asi es precioso. Ella le da vida, y nosotros se lo agradecemos cuidandola. Por cierto, por ahora los datos son prometedores con ella. Esperemos que siga asi.
Bueno, por ahora nada mas... luego sigo...
Fuerza y Honor.

martes, mayo 30, 2006

Comentarios personales...

Bueno, ha llegado el gran dia... el dia segundo de haber creado el blog. Puede parecer una tonteria pero, con esta entrada aseguro que hay continuidad. Y uno de los problemas de los blogs es la continuidad. Por lo menos un comentario al dia mientras ultimo uno de mis relatos o poemas...
Veamos... No puedo negar que mi vida ha sido afortunada. Mis padres me han querido y he sido un niño feliz. Quizás me hayan protegido demasiado, y dado el caracter de mi madre, lo haya perdido yo, pero, la verdad, han sido buenos padres. Lo han sacrificado todo por mi, y eso se agradece. Mi madre podria haber sido una gran cantante de musica clasica, pero lo dejó para cuidarme a mi y a mi abuela. Mi padre, tenia dos ofertas de trabajo muy buenas, pero... prefirió que naciera en Donostia, bajo su playa, y bajo su sol, cuando está, claro.
Yo... bueno, yo soy yo. Reconozco que he sido un poco vago para los estudios. Si, lo se... no tengo excusa para eso, pero en mi defensa, debo decir que siempre me he sentido bastante acomplejado. Siempre he sido gordo, y eso quizá haya influido en mi caracter. He sido amigo de mis amigos, leal hasta el final, pero, con un poco mas de caracter, quizás hubiera cambiado mi destino. Por eso estaba como en mi casa en las bibliotecas, leyendo clasicos, literatura de ciencia ficcion, lo que fuera. Me hacian evadirme a otros mundos. Quizá porque no me gustaba el que me habia tocado. Veia como mis amigos exprimian la vida y yo... yo les tenia envidia. Envidia de salir por la noche; envidia porque yo siempre era el que "no se llevaba a la chica". Envidia porque podian correr, porque podian andar mucho tiempo sin cansarse.
Lo bueno de todo eso es que por lo menos mi imaginación aumentó. Por supuesto, no al grado de confundir la realidad, pero si para evitar no volverme loco, no caer en la depresion. Porque eso es lo que he temido siempre. En mi familia hay una fina linea entre la brillantez y la locura. Asi ha sido durante siglos, y a veces da miedo.
Y luego estan las mujeres...
Siempre me han fascinado desde pequeño. Como hombre, hay cosas de ellas que no entendia. Otra forma de ver la vida, otras opciones, otra forma de pensar. Y traté de entenderlas. La verdad, todavia sigo intentandolo. Al principio, intenté lo basico. Leer los clasicos, leer sobre ellas, entenderlas. Luego, me hice una merecida fama de preguntón al preguntarles cosas a las mujeres. Cosas que quizá no entendieron el porqué. Por ejemplo, preguntar que se siente al llevar faldas, o si tienen frio con ellas, o si es complicado aprender a llevar los tacones... hay muchas cosas. (En el dia de hoy sigo sin comprender muchas de estas cosas, pero...).
Luego intenté comprenderlas viendo su alma, su mente. Es curioso como la educacion y el sexo interfieren en la mente humana. La mente femenina es mas tenaz y metodica que la nuestra, quizás porque no se lo hemos puesto facil durante siglos.
Pues bien, resultó que me llevo muy bien con ellas. Puedo hablar, entenderlas, intentar animarlas, y creo que se me da bien. No se, nunca le he preguntado a alguna de mis amigas si es verdad o no. Puede que lo haga.
Y luego vino el amor... por supuesto, amor no correspondido, pero amor. Aunque duela, si que estoy de acuerdo con "es mejor haber amado y haber perdido, que no haber amado". Aunque todas las veces hayan sido una decepccion, aunque el dolor me haya llegado hasta el fondo de mi alma, todo eso me ha valido para madurar un poco mas. Porque con estos casos se madura, creerme. Son sentimientos tan puros, que tienes que hacerlo mas tarde o mas temprano para comprenderlos y hacerselo saber al otro.
Y en eso estoy, esperando. Esperando al amor de mi vida, que no llega. Vale, quizás si saliera mas o me relacionara con las mujeres de mi ciudad tendria mas posibilidades, pero...
Ya veremos. Otro dia mas.
Edem.

lunes, mayo 29, 2006

Relatos (III)

Este esta dedicado a Tagra Agramort. Ella ha podido cambiar de vida, yo le regalo este relato...


Renacimiento
El sonido de las catapultas llegaba hasta sus oídos. Después de semanas de asedio, estaba claro que la fortaleza enemiga no podría resistir mas. Sus temibles defensores, apenas podían reconstruir por la noche lo que las fuerzas atacantes destruían por el día. Al ver que el General Edem se acercaba a ella, la guerrera sonrió. Eso solo indicaba que el ataque final estaba cercano.
Así que hoy es el gran día?.
Eso espero. Durante los últimos días, nos hemos concentrado en ese punto de la muralla.
Y señaló a un lugar cerca de la entrada que estaba agrietado por varios lados.
Como puedes ver, le falta muy poco. Creo que hoy daré la voz de ataque. Pero cuando el sol este mas alto.
La guerrera miró el cielo estrellado.
Son bonitas, no?.
El que?
Las estrellas. "De la tierra a las estrellas...."
"Solo hay un gran paso".
Era una broma personal entre ellos. Una confidencia que empezó siendo un juego y que significaba mucho.
Nunca cambiaras.
Eso espero, dijo sonriendo.
Tengo que volver a mi puesto, amiga. Afila bien las espadas. Fuerza y Honor.
Fuerza y Honor.
Las ultimas palabras quedaban flotando en el aire, cuando la guerrera se dirigió a sus hombres. Eran veteranos de muchas batallas, y a los que les importaba mas que el oficial al mando fuera bueno, que lo que pensaran de una mujer que siguiera el camino de la espada. Se dirigió reverencialmente al de mas edad de ellos, como muestra de respeto.
Preparaos. El lienzo de la puerta caerá hoy.
Y esperaron. La muralla tardó mas en caer de lo que el General Edem pensaba, pero cayó igual. Por fin los horrores de los que sus habitantes eran responsables, serian pagados con sangre. A lo lejos, sonó el cuerno que indicaba el avance, y mas lejos, los batallones de arqueros, mercenarios experimentados de Serpents Hold, estaban tomando posiciones para cubrir el avance de la infantería. De "mi" infantería, pensó la guerrera.
¡Avanzad!.
Era la hora. La batalla seria dura, pero era necesaria para la seguridad del Reino. Sacó a Sol y Luna, sus espadas gemelas y se puso al frente de sus tropas.
Cien metros... y los defensores, sabiendo lo que les venia encima dispararon una descarga demasiado temprana como para causar daños. Aun y todo....
¡Sargento!. ¡En posición de tortuga!.
La rapidez con la que hicieron la formación era producto de la veteranía. Estaba muy orgullosa de sus tropas.
Setenta metros... y seguían avanzando. Otra descarga enemiga, también muy lejana.
Cincuenta metros... Ahora si. La flechas empezaron a clavarse en los escudos, causando poco daño, pero no frenando el avance.
Treinta metros. Los oscuros horrores que guarnecía la fortaleza eran visibles ya. Y su Aura Maligna también. Pero eso no iba a frenar el avance. Hoy no. Ya se veía el hueco de las murallas. Por detrás de su posición, Los arqueros propios empezaron a limpiar las murallas de enemigos, para facilitar la toma del lienzo.


Diez metros, cinco, dos... al fin. Habían entrado en la fortaleza oscura. Ahora tendrían que luchar por ella, palmo a palmo. Los defensores sabían que no habría piedad para ellos.
-¡Tomad el puente, tomad el puente!. Esa era la consigna. La guerrera, con su guardia personal, se dirigió a el portón de entrada, donde el combate era mas feroz. Un enemigo, dos, tres, todos caían bajo sus espadas gemelas. Para este día había nacido. Para este día iba dirigida toda su vida. Un demonio alado apareció a su lado. La guerrera sintió que algo vibraba en el aire y se agachó. Justo a tiempo, dado que de la nada, había aparecido una guadaña donde antes estaba su cabeza. Sus hombres no tuvieron tanta suerte, y sus cabezas rodaron por el pavimento. Otra ofensa que debía ser vengada. Alzó las espadas y esperó el ataque. El demonio cogió con sus dos manos la guadaña y la abalanzó desde encima de su cabeza hacia la guerrera. Esta, echó un pie hacia atrás para aguantar mejor el golpe, y puso las espadas en forma de cruz, a cuyo hueco fue a parar el arma enemiga. Y después, de dos severos golpes, giró en forma de remolino sus armas, decapitando al instante a su enemigo. Se paró unos segundos, pero ya era tiempo de seguir avanzando. A su alrededor, el eterno grito de agonía, sangre y dolor seguía su curso, pero sus hombres estaban tomando el puente levadizo y levantándolo. Esta parte estaba ganada. Se giró y vio que el desesperado enemigo había cometido un error. Había mandado todas sus reservas para frenarlos, pero en su precipitación había dejado también abierta la puerta del castillo interior. Con un ágil movimiento, se la señaló a sus tropas, que comprendieron al instante. También ellos estaban desesperados por acabar el largo asedio y volver a sus casas. Y estaban furiosos por tantos años de terror. Hoy caería la fortaleza.
Esta vez eran ogros, armados con mazas claveteadas. La primera oleada enemiga fue frenada por los mercenarios arqueros, pero, la segunda logró romper la formación de los atacantes. Ahora era una lucha personal, y el enemigo, ya peligroso de por si, estaba furioso y con miedo. Las bajas del ejercito Real fueron enormes. No obstante, se siguió avanzando hacia la puerta del castillo interior. Poco a poco, con avances y retrocesos, pero poco a poco.
La guerrera se encontró conque era la primera persona del ejercito Real que conseguía llegar a la puerta, y se preparó para resistir. Sus sargentos estaban intentando volver a formar la formación, pero ella sabia que en un caso como este, eso era poco mas que inútil. Esperó a que los mercenarios lanzaran una descarga al interior, y se metió por la puerta. Acuchilló a dos Orcos que estaban traspasados por varias flechas, y con un rápido giro, decapitó a otro. Y siguió avanzando por el pasillo. Su meta era la torre del homenaje. Allí debía estar el Señor Oscuro que buscaban.
El avance de sus hombres ya era incontenible, y entraban a docenas por la puerta. Literalmente despedazaban a cualquier ser que se les pusiera por delante.
Por el patio central, al lado del pozo, sus hombres pararon a tomar impulso. Eso fue un error, ya que los arqueros enemigos supervivientes, aprovecharon ese momento para lanzar una descarga. La guerrera las sintió, pero apenas tuvo tiempo de refugiarse debajo de un escudo cuando la descarga barrió la primera fila de sus hombres. Esperaron a que sus propios arqueros tuvieran ocupados a los del enemigo, y se dirigieron a la torre del homenaje. Para estas alturas, la sangre y el fuego ocupaban toda su vista, y el humo era muy fuerte. Se paró un momento a descansar en lo que debía de haber sido el comedor. Había sido un día muy largo. Glorioso, pero muy largo.
Habían pasado unos segundos, pero la batalla continuaba, y la guerrera se encontró que la esta estaba alejándose de ella. Y allí, entre el humo, vio la escalera de caracol. Allí tenia que ir. Sentía que tenia que subir esas escaleras. Que la estuvieran esperando dio a su mente la idea de que allí debía estar el Señor Oscuro. Dos succubus con coraza y armados con lanzas se abalanzaron sobre ella. Apenas tuvo tiempo de desviar las lanzas con sus espadas cuando acometieron de nuevo. Recordando sus lecciones, en las que un arma de hasta puede ser frenada acercándose, la guerrera se agachó, y dio una voltereta hacia uno de los succubus.
Acertó. Uno de ellos estaba paralizado momentáneamente por su proximidad, y el otro instintivamente hizo lo que ella esperaba: seguir su movimiento e intentar clavar la lanza donde antes estaba ella. En la barriga del otro succubus. Y ese era el momento. Sacando fuerzas de sus reservas, lanzó a Luna contra el palo de la lanza, rompiéndola, y en el segundo posterior a su rotura, no dio tiempo al succubus para reaccionar, y le clavó a Sol en el vientre. Dos menos. Y seguía subiendo por la escalera. Dos demonios oscuros corrieron la misma suerte que los succubus, y dos arpías negras también. Y llegó a la cima. Debía ser mágica, puesto que por dentro era mas grande de lo que debía ser. En un trono, un ser incorpóreo, mas sombra que otra cosa, estaba sentando, como observando mas allá de esa habitación. Seis demonios le guardaban, con espadas negras, lanzas oscuras y negras armaduras también. A su lado, un portal mágico oscuro estaba abierto, invitando al combate a seres de otros mundos... o invitando a escapar por ellos. No lo podía permitir. Y al acercarse al ser, fue cuando sintió su fuerza, y sus palabras. No fueron palabras propiamente dichas. Simplemente se fueron formando en su mente.
Vaya, vaya. ¿Así que la gran guerrera esta aquí para deternernos?. ¿Te crees superior a los poderes de las sombras, a los poderes del caos?. ¡Guardias, quitarme de encima a esta escoria Real!.
El combate se presentaba difícil. Seis contra uno, y la guerrera estaba agotada. Pero tenia que hacerlo. Logró cortar las lanzas de los dos primeros demonios con un golpe certero de sus espadas gemelas, y con una finta cortarles la cabeza. Pero eso no volvería a pasar. Los dos demonios siguientes eran mas expertos en el combate. Solo en sus pasos, mas cautos y mas medidos, se podía ver esa veteranía. Y lanzaron su primer ataque. Desesperada, la guerrera giró noventa grados hacia abajo las espadas gemelas, frenando ese golpe, pero con la concentración, había olvidado a los otros dos demonios. Logró acordarse de ellos cuando una lanza le traspasó la pierna. Curiosamente, no sentía dolor, pero sabia que no podía seguir en esa posición. Tuvo que dar un salto hacia atrás y apoyarse en la otra pierna, o por lo menos lo intentó, cayendo al suelo. En ese momento, uno de los espadachines demonios se abalanzó para darle el golpe de gracia, momento que aprovecho ella para clavarle desde abajo la espada. Sintió otro golpe, este en las costillas, y este si le dolió. Presa del pánico o de la furia, cogió la lanza con las manos y tiró de ella. Cuando el demonio se acercó lo suficiente, le clavó la espada Sol. Quedaban dos. Y el Señor Oscuro no se había movido del trono. Observando. Dirigiendo, quizás.
Lentamente, logró ponerse en pie. Con las dos espadas formando una extensión de sus abiertos brazos, esperó. Con esa postura, logró para el golpe del espadachín con Luna y rajarle las tripas con Sol, poniéndose detrás del demonio, aprovechando su cuerpo para frenar el lanzazo del otro oponente. Y para cortarle la cabeza después. Ya solo quedaba el Señor Oscuro. Pero el dolor era tan grande... otra vez las palabras en su cabeza.
No esta mal, guerrera. Júrame lealtad y quizás vivas esta noche.
Sacando fuerzas de su interior, logró articular las palabras, al mismo tiempo que se abalanzaba contra la figura.
¡No serviré a un falso dios!.
Fue frenada en seco por una bola de energía. Cayó ante los pies del Señor Oscuro. Intentó levantarse, pero las sombras abarcaban toda su mirada. Intentó despejarse, pero lo único que pudo sentir fueron las ultimas palabras del Señor Oscuro:
Si que lo harás, guerrera. Aunque tengas que morir y resucitar de nuevo. Si que lo harás.
La larga noche y la eterna sombra cayeron sobre ella mientras sus oídos escuchaban estas palabras.
..................................



¡Tu, despierta!.
El agua se estrelló contra su cara, despertándola al instante. Intentó moverse, pero al hacerlo, un dolor recorrió todo su cuerpo. Al abrir los ojos, vio que estaba encerrada en un pentagrama.
Escucha, engendro, y escúchame bien. ¿Cómo has llegado hasta aquí?.
El que le hablaba era un guardia enorme, armado con una varita de fuego y un libro mágico. Parecía dispuesto a usarla a la mínima oportunidad. Ella meditó antes de contestar. Puede que sus palabras fueran lo ultimo que dijera.
Yo, yo... no se ni donde estoy.
Al decir estas palabras, el guardia bajó la varita y la chocó contra el campo de energía. El dolor que sintió después, acabó por despertarla del todo. Y el grito involuntario que soltó la espadilló mas todavía.
¡No mientas!. ¿Cómo has llegado hasta esta taberna?. ¿Cómo has traspasado las defensas mágicas de la ciudad?. ¡Habla o aumento el dolor!.
Y dio mas golpes a la prisión de energía.
¡NO LO SEEEEE!.
Y descubrió que era cierto. No se acordaba de quien era. Pero al guardia no iba a gustarle esa respuesta. Iba a ser largo. El guardia se preparó para volver a empezar. Bajó el brazo y la varita chocó contra el muro. Y la mantuvo allí durante mas tiempo. La pregunta era siempre la misma. Y por lo visto, esperaba contestación. Una que ella no podía darle. Y una y otra vez, el dolor llegaba a todo su cuerpo, a todos su huesos. Al fin, cuando paró, le hizo las mismas preguntas. Al obtener solo gritos, su furia aumentaba, y con ella la intensidad de los golpes. Entre los dolores, ella vio como el guardia levantaba la varita una vez mas. Y vio como la bajaba. Se preparó para el golpe. Pero este no llegó. Una espada se había interpuesto entre la varita y el muro de energía del pentagrama. Y una voz la sacó de sus pensamientos.
¡Alto!. La vas a matar zopenco. Además, si ha llegado hasta aquí...
Creo, señor, que sabe lo que nos jugamos. Ni siquiera las tropas Reales saben que seguimos en pie. Y si un ser como este...
Se perfectamente lo que nos jugamos. La Hermandad está en esto para lo bueno y para lo malo. Di al Consejo que nosotros nos ocupamos de esto.
Con el debido respeto, no Señor. Este ser será interrogado y ejecutado por su arrogancia al traspasar nuestras defensas. Y mis ordenes vienen de muy arriba.
Como si vienen de Lord British. Suéltala... ¡Ahora!.
El tono de su amenaza era un tono que exigía obediencia. Un tono acostumbrado a ser escuchado y obedecido. Pero el caballero, pues eso era el desconocido, estaba rodeado de guardias. Por un instante, ante el tono de su voz, los guardias obedecieron como Golems, pero al terminar su frase, junto a la velada amenaza de sus palabras, se revolvieron incómodos. Habían aguantado a estos caballeros demasiado tiempo, y ya era hora de bajarles los humos.
¡No!. Ahora, Señor, abandone la plaza o me veré obligado a arrestarle.
Puedes intentarlo, si quieres.
A ella le pareció una baladronada. Nueve contra uno. A pesar de la armadura y de la plateada espada que estaba en sus manos, eran demasiados. El tiempo pareció pararse, cortarse en pedazos y alargarse. Nunca sabría el tiempo que pasaron. Quizás unos segundos, quizás unos minutos. El ambiente estaba tenso. El caballero agarró la espada con mas fuerza y preparó el escudo, evaluando a todos sus posibles enemigos. Y con el inconveniente de que no podía matarlos. No aquí, en este refugio de paz.
El primer soldado dio un paso e hizo ademan de sacar la espada. El caballero movió el escudo y se lo estampó en la cara, dejándolo sin sentido. Con la parte plana de la espada, al mismo tiempo, la giró en noventa grados, estampándola en las partes bajas de su compañero. Para los siguientes momentos, este soldado estaría neutralizado, pensó el caballero, con una sonrisa en los labios.
Y después de eso, se concentró en la batalla que tenia ante si. El siguiente que se abalanzó sobre el, recibió un codazo en plena cara, haciéndole saltar varios dientes. Este cayó al suelo gritando de dolor.
Se veía que era un profesional, porque aprovechando la posición del brazo, le soltó un puñetazo a la barriga al que se le abalanzaba. Tuvo que parar un golpe de espada del compañero del "herido en el bajo vientre", forzando con la suya que el soldado la bajara. Una vez en el suelo, con un brusco movimiento, adelantó el pomo, estrellándolo hacia la cara del espadachín. Al mismo tiempo, y viendo que se le venia otro por detrás, giró con una rapidez extrema, empujándolo con su masa. Esto desconcertó al soldado, pero el caballero no le dio tiempo a reaccionar. Con la misma rapidez, el soldado recibió una patada en el vientre. Al ver que el mago se preparaba para lanzar algún hechizo, se abalanzó sobre el, y lo empujó al muro de energía. Al chocar contra el, aullando de dolor, el mago le miró desconcertado... y luego perdió el sentido. Solo quedaban dos soldados. Pero no parecían muy dispuestos a pelear. El caballero se tomó su tiempo para hablar. Y ellos no se movieron. Solo dijo una palabra, en una voz alta y clara:
¡Iros!.
Los soldados no esperaron mas. Salieron corriendo por el lado contrario de donde estaba el caballero. Este, olvidándose de ellos, se dirigió hacia donde estaba ella. Por el camino, se detuvo a recoger la varita de fuego, y soltando un hechizo, lo dirigió hacia la mujer. Al instante, el muro de energía que la sostenía, desapareció, y con el, el único sostén que hacia que estuviera derecha. La cabeza le dio vueltas, y mientras todo se volvía sombrío, solo acertó a escuchar una palabra:
¡Mierda!.
Mientras caía en la inconsciencia, se asombró que semejante caballero empleara esa sonora palabra.
Esta vez, se despertó en una cama. Seda de importación de Tokuno, Madera de los mas nobles arboles de Yew, mantas de la mas pura blanca lana de Delucia... todo un lujo para ella, o para cualquiera, la verdad. Continuó con los ojos cerrados, ya que quería conservar ese momento. Y porque estaba oyendo voces. Voces que hablaban de ella.
¡Pero si no sabemos de donde viene!.
Ha pasado las defensas.
¡Y los mongbats también, y a ellos no les ofreces asilo en la casa de la Hermandad!.
Sabes perfectamente que esas defensas no permiten la entrada a nadie que sea malvado.
Quizás hayan fallado. ¡Por todos los dioses, es una necromantica!.
No seria la primera que cambiara de bando.
Ni la ultima en tendernos una trampa.
Mira, hay algo en ella que... calla, esta despierta.
El tono de la voz cambió de repente.
Hola preciosa... que tal estamos hoy?. Si, ya se. Esos pentagramas de energía te dejan la cabeza como un bombo. Una vez yo también estuve en uno, y la verdad, prefiero una resaca de Brandy deluciano.
Era una modulación suave y armoniosa, que hizo instintivamente relajarse a la mujer. No sabia porque, pero se sentía segura y entre amigos.
Dónde... donde estoy?.
En la torre de la Hermandad, en Magincia, por supuesto.
¿Magincia?.
El caballero parecía divertido. Por lo visto no era la primera vez que debía contar esta historia.
La Ciudad de los Magos, si lo prefieres.
Me contaron que había sido destruida, y que estaba en el fondo del mar.
La sonrisa del caballero fue en aumento.
Te diré un secreto: nunca creas todo lo que te cuentan. Se que estas agotada, después del interrogatorio del otro día, pero tengo que hacerte unas preguntas.
La mujer asintió.
La primera pregunta de todas es la mas básica. ¿Cómo te llamas?.
La mujer hizo un esfuerzo por acordarse, recorriendo toda su mente. Trató de conseguir ese dato, pero todo fue en vano. Movió la cabeza en sentido negativo.
El caballero vio los esfuerzos de la mujer para acordarse, y supo que iban a ser en vano. Tras años de tratar con mucha gente, estaba seguro de cuando le mentían, y este no era el caso.
Bien, lo dejaremos para después. La siguiente es mas complicada: ¿cómo has llegado hasta aquí?.
Mismo esfuerzo... y mismo resultado. Esto no era normal. Quizás debería pasar las pruebas.
La mujer lloró de desesperación. Esto entristeció al veterano caballero, que trató de consolarla.
Bueno, tranquila. Ya te acordaras. Creo que te vendrá bien un poco de aire. Estas fuerte como para levantarte?.
La mujer movió la cabeza afirmativamente, y sin mediar nada mas, se puso de pie. Extraño, pensó el caballero. Apenas había pronunciado unas pocas palabras, pero su porte... su porte denotaba grandeza.
Te diré lo que vamos a hacer. Aquí el delicado de mi hermano, Quinto, es especialista en golpes de la cabeza, y en la mente de los seres. Entre nosotros, creo que el ha recibido demasiados en la cabeza y que eso lo ha convertido en un experto.....
Al fin una sonrisa. Bueno, no era mucho, pero era un comienzo. Bastó una mirada a su hermano Quinto, para dejarle claro que no debía pasarse en el interrogatorio.
Quinto, solo las pruebas, ¿estamos?.
Por supuesto, Edem. ¿ Y donde estarás tu, mientras?.
Tendré que dar mis disculpas al Consejo de los Magos, por el "incidente" del otro día. Esto me llevará tiempo. Ya sabes como son estos tipos.
Miró a la mujer con cariño, y se despidió cortésmente, dirigiéndose a la puerta. Antes de pasar, se volvió instintivamente, y le dedicó unas ultimas palabras:
Confía en Quinto, preciosa. Tiene los modales de un caballo, pero puedes poner tu vida en sus manos.
De echo lo harás, pensó hacia sus adentros. Y con todo su corazón, esperó que su... "invitada" pasase las pruebas.
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Extracto del informe de Quinto, El Bardo, también llamado El Skalde. Dos copias; una para la Hermandad y otra para el Consejo de Magos de Magincia. Nueva Magincia.
Sujeto: desconocida encontrada en la ciudad de Magincia.
Objetivo: averiguar su filiación y sus motivos.
El sujeto, una hermosa mujer pelirroja, fue encontrada sin sentido en la taberna oriental de la ciudad de Magincia, cerca del barrio de la Hermandad. El tabernero no la reconoció como uno de los habitantes, y dio parte tanto a los Guardias de la ciudad, como a la Hermandad. Desafortunadamente, llegaron los Guardias primero (borrar esto en la copia del Consejo). Dichos Guardias, notaron algo maligno en ella, y la encerraron en un campo de energía, donde fue torturada salvajemente a cambio de información (cambiar aquí por "fue interrogada" para la copia del Consejo). O bien porque ha perdido la memoria, o bien porque se la han bloqueado, el sujeto no pudo darla. Dado que el sujeto corría peligro de morir, y coincidiendo con la llegada del Gran Maestre de la Hermandad, este pidió amablemente a los Guardias que se retiraran. Ante la negativa de estos, y de una amenaza interpuesta por ellos, el Gran Maestre Edem, no tubo mas remedio que dejar sin sentido o poner en fuga a los nueve miembros del pelotón.
El sujeto fue tomado bajo su protección y custodia, y llevada a la torre de la Hermandad, "El Refugio Del Lobo". Allí, tuvieron que pasar tres días para que la mujer recobrara el conocimiento, después del trato que le dieron esos zopencos de Guardias (si, lo se, cambiar en la copia lo de zopenco por "trato profesional"). Según el Gran Maestre, que dirigió el interrogatorio primario, el sujeto tiene un bloqueo de memoria real. Posiblemente haya sido inducido, pero el sujeto no miente. No se acuerda ni de su nombre.
Dado que de esa forma no podíamos sacar mas datos, me puse manos a la obra con las pruebas de la verdad. Dichas pruebas fueron ideadas para un caso como este, precisamente, aunque debo aclarar que nunca antes habían sido puestas en practica.
Bajo la excusa de ver si tenia entrenamiento militar, se le dio al sujeto una espada Elfica, La Buscadora de Almas, para que demostrara sus conocimientos frente a un muñeco de practica. La espada no brilló ni lanzó una descarga al sujeto. Por si algún miembro del Consejo no entiende lo que significa esto, dada su mollera (si, lo se, lo se... cambiar), lo explicare paso a paso. Las espadas elficas, brillan si están en contacto con la maldad. Cambian su color plateado por un color azulado, que no se dio en este caso. Además, también poseen otra característica notable. Si el sujeto tiene una mala moral, no se dejan coger, y sueltan una descarga al que lo intenta. Cierto es, que la moral es relativa, tal como mi hermana Aurelia Cota demostró al coger una. La espada no mide la moral en si, sino lo que el sujeto interpreta como moral. Si el sujeto piensa que comerse niños es de moral buena, la espada podría dejarle poseerla. A mi entender, este no era el caso. El sujeto no pudo mentirle a la espada.
La siguiente prueba fue mas sutil. Bajo la excusa de que sus vestidos habían sido destruidos, se le dieron nuevos, junto a un peine y un espejo, y se la dejó tranquila durante un tiempo. En realidad, nos interesaba lo que el espejo podía decirnos sobre ella. Es un espejo de la verdad, y en el se refleja tanto lo que se ve, como el verdadero ser que late en nuestro interior. Por supuesto, tras decir las consiguientes palabras mágicas, etc. Si no, funciona como un espejo normal. Mas tarde, examinamos la imagen del sujeto en el espejo, y lo que vimos fue a una hermosa mujer pelirroja. A este espejo no se le puede engañar. Lo que ve lo refleja, así que solemos confiar en el.
La ultima prueba fue mas interesante. Dado que no recuerda nada de sus actos, se invitó al sujeto a leer un libro, situado en la terraza de la torre de la Hermandad. La excusa era ver si podía recordar las palabras, para ver si su memoria estaba rota solo en sus vivencias, o en toda su vida. El sujeto, pudo tocar el libro y leerlo con toda claridad.
Este libro, es uno de los pocos ejemplares de los libros de Mondain que quedan. Lleva un sello de la Biblioteca Real, pero discretas averiguaciones allí han dado el resultado de que no conocen su procedencia ni su existencia, lo mas extraño. Aurelia Cota no quiso informarnos de donde lo había sacado ella, pero si de su poder. En realidad, es algo bastante sencillo. Es un medidor de magia encubierto. Al tocar el libro, este evalúa la magia que tiene el sujeto, y hace búsquedas sobre su origen (oscuro, magia negra, nigromántica, etc.), y también de su potencial. El sujeto demostró un gran potencial para la magia, si bien sus poderes vienen de fuentes muy arcanas y oscuras. O dicho de otra forma: el sujeto ha sido entrenado por los poderes del Caos en magia oscura, si bien parece que lo ignora y no se comporta como ellos. Este examinador no puede asegurar si el sujeto sufre un hechizo de tiempo, con el que los poderes oscuros nos ataquen, o si bien el sujeto era un alma noble obligada a corromperse. El examinador cree que podría ser esto ultimo, y que "algo pasó" en el proceso y que fue interrumpido, dejando intacta el alma del sujeto.
Mis observaciones finales son muy sencillas:
Dado que el sujeto no ha demostrado una maldad evidente, debería ser dejada libre. Pero dado también que su magia tiene orígenes arcanos y oscuros, el tiempo que pase en Magincia debería ser vigilada constantemente, aun y pese a las defensas mágicas de la ciudad.

Sabemos que estas no permiten pasar a los seres malvados, pero sabemos también que la definición de malvado puede ser relativa. Mi hermano Edem se ofrece a cuidarla y a mantener la protección sobre ella.
Quinto el Bardo, Emisario de la Hermandad, y Consejero del Consejo de Magos de la Nueva República de Magincia.
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Estaba en una habitacion negra y oscura. Oscura a pesar de la gran cantidad de velas que había en la habitacion. No era la unica en ella, pero no conseguia ver a los demas... seres, que alli habitaban. Quiso pararse un momento, pero no era dueña de sus actos. Por mas que lo intentaba, no conseguia dominar su cuerpo. De todas formas, algo les llamaba. Algo quería que se presentaran ante el. Algo viejo y maligno, algo que no seguía las leyes de la naturaleza y que se aferraba a este mundo. Algo que estaba al final del pasillo. Y era algo que no admitía discusiones ni excusas. A pesar de sus esfuerzos, su cuerpo se dirigió a ese pasillo. A él. Y en el pasillo, escuchó un rumor. A medida que avanzaba por el pasillo, el rumor sé hacia mas claro, más nítido. Solo era una frase: Xal Grog Barak.
¡Xal Grog Barak!, ¡Xal Grog Barak!, ¡Xal Grog Barak!, ¡XAL GROG BARAK!.
Las palabras aumentaron de volumen. Cada vez mas, cada vez mas, hasta ocupar todo su rango auditivo. Quiso taparse los oídos, pero sus manos seguían sin responderla. Él la llamaba y sus ordenes eran lo único a lo que obedecía su cuerpo. Veía ya el fondo, aunque más bien lo intuía, ya que la oscuridad era absoluta. Pero lo que se encontraba al final, la aterraba. Y se aterró mas cuando sus propios labios empezaron con la misma frase.
¡Xal Grog Barak!, ¡Xal Grog Barak!......
¡Xal Grog....!...
Se despertó en la cama con las palabras en la boca. Se encontraba agotada y sudorosa. Hacia días que tenia la misma pesadilla, y con el paso del tiempo estas aumentaban en densidad y en forma. Y era algo que la aterraba. Sabia que era algo relacionado con su pasado, o por lo menos lo intuía. Pasó el resto de la noche asustada y aterrada.
Y esta es la sala del homenaje. Como puedes ver, en el centro se encuentra el Monolito de la Hermandad.
¿Y estos nombres que están en la base?. ¿Algún día pondréis el mío ahí?. Bueno, cuando lo recuerde, claro.
El semblante del Gran Maestre cambió. Se volvió más oscuro.
Espero que no, mi pequeña Dama. Son de aquellos que cayeron. Se les recuerda con honor. Mira... por ejemplo esta Sonos, el Primer Gran Maestre. Cayó en la batalla de Trinsic, junto a sus hombres, defendiendo la ciudad. Aquí está mi padre, Edem, y mi madre, Lady Nasha. Demasiados amigos caídos. Mira, este es él ultimo de los nuestros. Lady Tagra.
¿Quien?.
El semblante de Edem era ya sombrío, sin duda. Señaló a un retrato cercano con una mano:
Ella. Nunca me lo perdonare, ¿sabes?.
¿El que?.
Él haberla abandonado. Si hubiera estado alli... perdona, pero no puedo hablar de ello. Si me disculpas...
Y salió de la habitación, al mismo tiempo que entraba Quinto.
¿Haberla abandonado?.
Déjame adivinar. Lady Tagra, ¿no?.
Sí. ¿Que pasó?.

Edem siempre se culpará de ello. No estuvo cuando ella cayó en la batalla. No podía. Tenia que dirigir la batalla. Su actuación salvó muchas vidas, pero esta... esta siempre estará en su conciencia. Mejor que lo olvide ya. Trata de no hablar de ese tema por favor.
De acuerdo. No quería molestar. Oye, ¿tu sabes algo de lenguas?.
Bueno, me defiendo. ¿Que quieres saber?.
Solo es una frase que tengo en sueños. Creo que saber lo que significa me ayudaría de alguna forma.
¿Y es...?.
A ver si me acuerdo del todo... si, la tengo. ¿Te dice algo la frase "Xal Grog Barak"?.
Quinto se puso rígido. Aunque trató de ocultarlo, era evidente que no le acababa de gustar lo que acababa de oír. Sus siguientes palabras fueron más oscuras, con mas cautela.
¿Estas segura que es esa frase?. Es importante. ¿Es esa la frase exacta?.
Completamente. No deja de salir en mis sueños.
Dame unos días, y la buscaré. Perdona, pero tengo una reunión dentro de poco. Mira, sigue viendo el monumento. Seguro que encuentras algo interesante en la sala del homenaje.
Buscó rápidamente a Edem.
Tenemos que hablar. Nuestros mayores temores están tomando forma. Ha vuelto.
¿Quien?.
Xal Grog Barak.
No tubo que decir nada más. El semblante del caballero se volvió lleno de furia al oír las extrañas palabras.
A mi despacho. ¡Ya!. Y cierra la puerta. Tenemos trabajo por hacer. Y esta vez... esta vez nos aseguraremos de destruirlo. Por todos nosotros. Por ella.
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Extracto de la reunión secreta acaecida en el Parlamento de Magincia, convocada a petición del Gran Maestre Edem, de la Hermandad. El Gran Maestre, no dio mas explicaciones, y la reunión fue convocada a la noche para evitar curiosos. Tomaron parte por Magincia el Primer Mago de Magincia y todo su gobierno. Por parte de la Hermandad, El Gran Maestre Edem, y Quinto Sertorio. La sala fue sellada mágicamente.
(Se dejaran puntos en aquellos sitios que son lo suficientemente importantes como para transcribirlos, por motivos de seguridad).
Habla el Primer Mago: (aquí es evidente que el documento no empezaba en este punto, ya que parece seguir una conversación, pero todo lo anterior se ha borrado, tanto de la copia situada en la biblioteca de la República como en el archivo de la Hermandad).
¿Entonces, no hay duda, Gran Maestre?.
Ninguna a nuestro entender. Hemos dado todas las pruebas que nos han sido solicitadas. Incluso hemos ido a Britania a preguntar por él. Por supuesto, sin quebrantar nuestra seguridad. Para ellos, la Hermandad tiene su base en Luna. Y para los Caballeros de Luna, nuestra base esta en Britania. No hay nada que nos relacione con Magincia.
No hemos dudado de su lealtad, Gran Maestre. Cuando vimos el mal que se nos venia encima, contamos con ustedes para mantener la ficción de una Magincia destruida. Ficción que hasta en la Corte de Lord British se ha creído. Es nuestro deseo seguir así, para que tengamos claro nuestro objetivo: destruir a los Señores del Caos. Y ahora nos viene conque el único que creíamos destruido, y el más poderoso de ellos después de Lord Blackthorn, no solo no esta muerto sino que se ha reído de nosotros todos estos años.


La pruebas nunca fueron claras, y os lo advertimos, Señoría. La torre del homenaje se derrumbó, y el portal oscuro se desvaneció ante mis mismos ojos. Muchos de los nuestros cayeron ese día. Pero como no dio muestras de... bueno, llamémosle vida, supusimos que había caído.
Supusieron mal. Y ahora, ¿qué piensan hacer?. Porque además, han comprometido nuestra seguridad dejándola vivir.
Ella podría ser la clave. Desde que pronunció su nombre, no ha dejado de ser vigilada, y sin duda no ha tenido contacto directo con él. Es evidente que la llama, y que a través del plano onírico está intentando que vuelva junto a el. Pero también es evidente que se equivocó con ella.
Podría ser una trampa...
Estaremos preparados para esa eventualidad, pero no lo creemos. Se ha hecho mas fuerte, y sé esta dedicando a llamar a todos sus acólitos. Podría ser que ella nos condujera a su base. Y esta vez no fallaremos, su Señoría.
¿Y que requieren de nosotros?.
Bien, ante todo, queremos............
(Fin del extracto).
Sabían a ciencia (o fe) cierta, donde se encontraba el enemigo. La ultima vez habían fallado en su cometido, pero esta vez no dejarían piedra sobre piedra para encontrarlo. Por eso habían reunido uno de los mayores ejércitos privados jamas visto en Britania. Lo habían hecho a espaldas del ejercito Real, claro, ya que tenia que mantenerse el secreto de Magincia a toda costa. Si fallaban, quizás fuera la unica posibilidad de frenar a los ejércitos del Caos.
Lo más florido de la Hermandad se encontraba ese día en el punto fijado. Guerreros veteranos de mil batallas, que buscaban vengar a toda costa los horrores cometidos por el Caos. Junto a ellos, se encontraban los mercenarios. Grandes contingentes de arqueros de la ciudad libre de Serpents Holds, unidos a regimientos de piratas de Bucanniers Den, se hallaban a las ordenes de los sargentos de la Hermandad. Hacia mucho que colaboraban con ella, y, como la soldada era elevada, no hacían preguntas. Solo esperaban ordenes. Los pendones de los diversos Clanes aliados, y de nobles amigos de la Hermandad, esperaban poco después de los mercenarios. Y a su lado, el Gran Maestre Edem vio flameando al viento el pendón de la República de Magincia, con sus contingentes de magos guerreros. Después de la batalla, si sobrevivían claro, estos borrarían de la memoria de los supervivientes de los otros regimientos su existencia, como si no hubieran existido nunca. Dio orden a su propio abanderado de avanzar hacia la fortaleza del Caos. Y con el se fue él ejercito.
Ella caminaba a su lado. Había sido un impulso repentino, que le había venido en él ultimo momento. No sabia porqué, pero ella era la clave para la batalla. La clave para cualquier situación en la batalla.
Habían pasado años desde la ultima vez que la viera, y en realidad no parecía haber cambiado mucho. Las murallas seguían derruidas, y las puertas seguían en el suelo, donde las habían dejado. Pero había algo... le hizo una señal al capitán de la Guardia de Magincia. Este asintió con la cabeza y empezó su ceremonia. Extrañas palabras brotaban de sus labios, y durante minutos, nada pareció cambiar. Hasta que la torre del homenaje, reapareció de entre las sombras.
Quinto dio un respingo.
¿No se supone que había sido destruida?.
¿No se supone que Magincia esta bajo las aguas?.
Tocado. En fin, tendremos que asaltarla. El Señor del Caos debe estar alli.
Realmente, era algo mágico, supuso Edem. Por dentro era más grande que por fuera. Todo su ejercito pudo entrar por la aparentemente estrecha puerta.
Todo su ejercito pudo subir por la aparente escalera de caracol, y, por supuesto, todos pudieron tomar posiciones en la gran sala central. Por mas que agudizaban la vista, salvo la escalera, no se veían los muros de la sala. Y esa negrura no era natural.
Avanzaron hacia lo que parecía un trono y al portal oscuro que había alrededor. Todos. Era todo muy extraño, pero, lo más aterrador era el silencio. Un silencio que era más oscuro que las propias sombras que abarcaban la vista. Esperaban haber tenido que combatir; esperaban enfrentarse a horrores capaces de volver loca a la mente más preclara, pero... no esperaban esto.
Edem no dejaba de observarla. Algo en la mujer había cambiado, y al Gran Maestre no le acababa de convencer si era para bien o para mal. Pero su impulso de llevarla con el no había cambiado. Y alli estaba, en medio de una batalla que quizás no pudiera ganar.
Recordaba unas semanas atrás, cuando, con el consentimiento del Consejo de Magos, le había enseñado los rudimentos de la magia.
Nadie sabe en realidad que es la magia. Muchos sabios han pasado años, décadas, siglos incluso solo para definirla. Hay quien cree que es el resto de la energía que se utilizó para crear el universo. Hay quien cree que es una forma de contactar con los Dioses. Y hay, como mi hermano, que cree que simplemente es algo que esta ahí para usarse. Como puedes ver, hay muchas opiniones al respecto, mi Dama.
¿Y cual es la verdadera?.
Si lo supiera... quizás entendería mucho sobre la vida, o quizás no. A mi entender, todas pueden ser validas. Así que piensa lo que quieras. Bien, empecemos con la primera lección. ¿Recuerdas los ejercicios de meditación?. Pues abre tu mente. Llénala de pensamientos. Piensa en que todo es posible, todo. Y ahora... piensa en crear una bola de fuego y lanzarla a esa diana.
La bola apareció de repente en su nívea mano. E instantes después, moviéndose a la velocidad de la luz, hizo trizas la diana. El Gran Maestre se quedó asombrado. Realmente, no esperaba que lo consiguiera a la primera.
¡Bravo!. Aprendes rápido, mi Dama. Bien echo. Ahora, repitámoslo varias veces. Piensa en crear varias bolas de fuego a las dianas que tienes delante...
Nunca habían visto nada igual en Magincia. Ese día, entraría en leyenda cuando se corrió la voz de que la protegida de la Hermandad había aprendido de la noche a la mañana hechizos que otros magos no conseguían hacer en años. Bolas de energía, creación de seres inanimados, Vortex, dominación de la naturaleza causando terremotos... nada en las ciencias mágicas se le negaba a la Dama, nada.
Con el paso de los días, era evidente que ya no había nada que enseñarle. Se había convertido en varios días en una maestra de magos con todo derecho. Aunque no era la primera vez que ocurría, su extraño origen, su falta de recuerdos, y porque no, la envidia, hizo correr rumores sobre ella. Rumores que se convirtieron en pensamientos malintencionados. Por ello, El Gran Maestre nunca se separaba de ella. Para protegerla y... para vigilarla.
Y había llegado el día de la batalla. Sus exploradores, que había enviado por toda Britania, le informaban de ataques por todos lados. Un enorme ejercito de criaturas marchaba hacia Britania; Una enorme flota de velas negras se había enfrentado a la flota pirata de Bucanniers en el mar oriental; Unos extraños rituales habían sido presenciados por sus exploradores entre los diversos seres que odiaban a la humanidad; Algo estaba luchando en los cielos, cerca del Templo del Orden de Vesper. Algo ocurría. Pero parecía que el origen de todo estaba en la vieja fortaleza del Caos. La misma que él había sitiado junto al ejercito Real. Ese era el sitio donde debía ir. Britania debería luchar por sí sola. Esta vez no le podría prestar ayuda.
El Gran Maestre volvió al presente. Tantas molestias, tanto.... esto había sido demasiado....
Y de repente, alli estaban. Legiones y legiones de demonios de las sombras, de succubus, de Orcos, de inombrables criaturas, todas prestas al combate.
Al ver lo que se les venia encima, los capitanes de los regimientos hicieron sonar las trompetas de guardia, e hicieron formar en circulo al ejército, alrededor de la puerta oscura. Si tenían que luchar, mejor espalda contra espalda. Por lo menos tendrían una oportunidad de luchar y de matar al máximo de enemigos. Y empezó la batalla.
Las primeras oleadas de demonios, fueron frenadas por los arqueros. Estos, tomando posiciones escalonadas, se turnaban en grupos para disparar su flechas. Por un momento, parecía factible contenerlos. Pero eran muchos los enemigos, y pronto traspasaron la distancia que les separaba del ejercito, chocando contra los lanceros. Las dos primeras filas quedaron ensartadas en las largas lanza. No obstante, ignorando a sus camaradas caídos, las siguientes pasaron por encima de ellos, la mayor parte todavía clavados en las lanzas. Los ballesteros de Serpents Hold hicieron aquí su aparición, lanzando dardos helados, pero apenas frenó a las huestes infernales. Era la hora de las espadas, la hora de los caballeros. A pesar de verse desbordados, se mantuvieron en sus puestos. La consigna era preocuparse por sus hombres y/o por sus compañeros más cercanos, mantener la formación. Mantenerla a toda costa. Para ello, y con las ordenes de los sargentos, las filas iban cambiándose, y los huecos rellenándose con las reservas. Escudo con escudo, espada con espada, fila tras fila. Sorprendentemente, la línea se mantenía.
El Gran Maestre estaba dirigiendo la batalla desde el portal. No porque tuviera miedo o no quisiera combatir, sino porque hacia mas allí que en la primera línea. Si caía, no seria el primero que ostentara su rango en hacerlo, y seguramente no seria él ultimo. Ella se encontraba a su lado. Desde que había empezado la batalla tenia la vista fija en el portal.
De repente, este parpadeó. Eso era signo de que iba a cerrarse. Y ella despertó de su entonación. Tenia que cumplir su misión en el, tenia que traspasarlo. Antes de que los desprevenidos guardias lograran hacer algo, avanzó a el y se volatilizó tras cruzarlo.
El Gran Maestre lo vio con sus propios ojos, y casi sin pensarlo, se dirigió hacia el portal. Este, parpadeaba cada vez mas. Tenia que cruzarlo ahora o seria demasiado tarde.
Quinto vio que su hermano también se dirigía al portal. Tras ella.
¡Edem!.
Toma el mando Quinto. Debo ir.
Y al mismo tiempo que decía estas palabras, traspasó el portal. Como si hubiera esperado a ese momento, el portal oscuro desapareció. Quinto no tenia tiempo de preocuparse de eso. De echo, pensaba que al terminar la batalla no tendría que preocuparse de nada mas, pero eso seria tras llevarse a algunos servidores del Caos al otro mundo. Tenia una batalla que dirigir.
El Gran Maestre Edem apareció al otro lado del portal justo cuando este desaparecía. Lo curioso era que la habitacion donde estaba era muy similar a la que había dejado. Salvo por el Señor del Caos situado en el trono y su guardia. Vio a la mujer luchando con unos demonios y se preparó para la batalla.
Eran ocho demonios oscuros, todos armados con sus características armaduras y armas oscuras.
Ella había eliminado ya a dos con la magia. Había convocado lanzado rayos de energía a las dos primeras figuras que se le habían acercado, y las había fulminado. No estaba muy segura de como lo había echo, pero esos rayos la habían dejado agotada. Pero no podía desmayarse todavía. Aquí no.
Edem vio que la mujer flaqueaba y le hizo señas para que se colocara detrás suyo. Estaba solo contra los seis demonios oscuros... y contra el señor del Caos. Este seguía quieto, como una estatua, dirigiendo quizá a su ejercito. Ese seria un problema para solucionar después. Lo primero...
Dos demonios lanceros se aproximaron a el, tratando de ganar altura y ensartarlo. En realidad, es lo que esperaba el guerrero, para poder utilizar su espada. Ante la acometida de uno de ellos, dio un giro con su cuerpo y blandiendo su espada rompió el palo de la lanza. Inmediatamente, dio al demonio un golpe con el escudo y dirigió su espada contra la otra lanza, que se le venia encima.
Por muy poco logró sortear la punta, y con otro giro decapitó al demonio. Finalmente, con el mismo impulso rajó las tripas del compañero caído del primero. Ahora era el turno de los espadachines. Con espadas a dos manos, su táctica iba ser sencilla: dar un golpe levantando su espada por encima de sus cabezas. Con el primero, romperían su escudo, y con el segundo, su espada. No hacia falta pensar que seria del tercero. Así que, olvidando el enfrentamiento, el caballero logró esquivar la primera espada, aunque no del todo. En el ultimo momento, el demonio había cambiado su trayectoria unos segundos, pero bastaba para hacer una fea herida por la espalda al caballero.
Edem gritó de dolor, pero no podía flaquear. Ahora no. Escudándose en uno de los espadachines, neutralizaba al otro, que no tenia espacio para atacar. Así que la batalla se convirtió en esquivas de la espada y moverse en torno al demonio.
Hasta que llegó el momento que Edem esperaba: en un golpe, la espada del demonio se quedó clavada. Ese fue el momento en el que, al contrario que las otras dos veces, Edem fue contra el segundo demonio, que no se lo esperaba. Su cara reflejaba sorpresa, cuando Edem logró meterle el filo hasta la empuñadura. Rápidamente, con todas sus fuerzas, trató de sacarla, pero no fue lo suficientemente rápido. Los otros dos demonios se le abalanzaron con dos lanzas mas. Logró esquivar a una mientras desesperadamente sacaba la espada del cuerpo de su enemigo, pero la otra consiguió darle entre las costillas.
Su dolor era grande, pero tenia que seguir combatiendo. Cada paso que daba, era una tortura, pero sacando fuerzas de su flaqueza, consiguió dar tres pasos y levantar la espada en posición de defensa. Y fue cuando el demonio de la espada que apunto estuvo de matarle, explotó. Con la batalla, se había olvidado de ella. Esta le sonrió, pero instantes después, su mirada le hizo volver a la realidad. Sus dos últimos contrincantes, parecían asombrados por el poder de la mujer. Edem se aprovechó de ello avanzando a grandes pasos, dominando su propio dolor, y con el escudo por delante. Las lanzas no lo consiguieron traspasar y rodearon su figura. Dio un giro de trescientos sesenta grados con su espada, y partió en dos a los demonios.
Ahora, quedaba el Señor Oscuro. Dio un paso hacia el, pero su esfuerzo había sido inmenso, y sus piernas flaquearon. Cayó de rodillas. Y por primera vez, oyó a su enemigo. De su figura no había nada que pudiera llamarse boca, pero, lo oyó claramente, como leyéndolo en la mente.
Vaya, vaya, mira lo que nos ha traído nuestro cebo. Si es el Gran Maestre en persona. Muy bien, Lilith...
Así que Quinto tenia razón. Era una trampa. Nada mas hacer ese pensamiento, vio literalmente una sonrisa en su mente, una sonrisa de... el.
¡Por supuesto que era una trampa, estúpido!. Y ahora, habéis caído todos en ella. Envié a Lilith porque era capaz de pasar vuestras pruebas. Hasta pasó el escudo que rodea tu amada Magincia.
Un pensamiento de incredulidad surcó la mente de Edem. Solo un pensamiento, pero eso bastó para el Señor Oscuro.
Si, se lo de vuestro patético escudo. Se lo de vuestra aparente desaparición. Y se lo que queréis lograr. Por eso os envíe al cebo. Tenia que ser alguien corrompido por el Caos, pero no lo suficiente como para dudarais. Tenia que haber sido alguien de gran bondad en el pasado, para que el escudo mágico de Magincia le permitiera pasar. Luego, un borrado de memoria y.... listo. Siempre puedes confiar en la bondad humana. Pero no temas, ya encontrare la manera de entrar en la ciudad. Mas tarde o mas temprano lo haré.
¡Lilith!. Has echo bien tu misión. Pero quiero que hagas algo mas por mi. Mátale.



La figura había llamado a la mujer. Esta, se encontraba como en trance. Así se encontraba desde el final de la batalla, desde que vio caer a Edem. Su llamada había sido muy fuerte, y estaba obligada a obedecer. Pero el tiempo pasado junto a la Hermandad había creado en ella vínculos y había liberado partes de su mente que no recordaba que existieran.
Luchó contra la llamada, mientras su cuerpo obedecía maquinalmente. Siguió luchando mientras su cuerpo creaba una bola de energía. Y la lucha abarcó su mente cuando su cuerpo dio varios pasos hacia Edem con la bola en la mano. Y de repente... se sintió libre. Lentamente, con la bola todavía en la mano logró hacerse con el control de su boca, de sus labios, de su cuerpo... y por fin, libre, habló.
¡No!.
¡ Lilith!. ¡Obedece a tu dios!.
El tono de la frase denotaba nerviosismo.
Y fue cuando Lilith recordó. Recordó los horrores, recordó el dolor, lo recordó todo. Presa de furia, lanzó la bola de energía... contra el Señor Oscuro.
¡No serviré a un falso dios!.
El Señor Oscuro ni siquiera se movió. La bola de energía impactó en el y simplemente desapareció.
Eso mismo dijiste la otra vez... esclava. Y me serviste. Ahora, también.
Ya no mas, engendro, ya no mas.
¡Entonces... morirás!.
Lentamente, la oscura figura ganó en anchura y pareció levantarse. A pesar de los esfuerzos de Lilith, no parecía notar sus ataques. Por lo menos, moriría libre.
Un gran rayo surgió de la figura, lanzando a ambos hacia la pared. El dolor fue indescriptible. No resistirían un golpe mas. Y el Señor del Caos ni siquiera se había movido.
El que tendría que haber sido el golpe final, volvió a surgir de la oscura bruma. Edem y Lilith lo oyeron y esperaron su contacto... pero este no llegó a impactar en ellos. El primer sorprendido fue el propio Señor del Caos. Lanzó con furia mas rayos, pero ninguno llegaba hacia los dos humanos. Un muro de energía los rodeaba.
Lilith era la causante de ese muro, pero no sabia como. Ella no era la causante de eso, estaba segura. Había algo mas, y estaba surgiendo de ella. Era una posesión, pero no como la del Señor del Caos. Se dejó llevar, y La mente de Lilith abandonó su cuerpo una vez mas.
Por segunda vez en ese día, el Señor del Caos rugió de rabia.
- ¿TU?.
- ¿No esperarías que estuviéramos al margen no?.
La que Edem oía era la voz de Lilith, pero su tono era distinto. Esta, pareció percatarse del caído guerrero, y le sonrió. Su sonrisa vino acompañada de una gran hola de paz. Y sus heridas parecieron restañarse. Luego, la figura se volvió hacia la oscura sombra. Esta habló con rabia:
¡Tu presencia viola el acuerdo!.
¡Lo violaste tu antes al captar una de nuestras almas!. Tenemos el visto bueno de los tuyos. Podemos eliminarte. Ya es hora que dejes este plano material.
¡NUNCAAAA!.
Desde el suelo, Edem pudo ver la batalla entre los dos seres. Luces y sombras surgían en todos lados y rayos y explosiones jalonaban toda la instancia. Golpes y contragolpes surgían de todos lados. Edem nunca sabría cuanto tiempo pasó, pero la batalla no solo ocurría en este plano, estaba seguro. Intensas ondas mentales recorrían su cabeza, mínimos residuos de lo que debía pasar en el plano espiritual. Pasaron lo que Edem creyó horas, y la batalla pareció llegar a un punto muerto. Finalmente, las dos figuras se quedaron quietas, hasta que el Señor del Caos pegó un grito, y desapareció. Con su grito, las cosas parecían volver a ser mas claras, o por lo menos eso le pareció al guerrero. Finalmente, la figura que ocupaba el cuerpo de Lilith, pareció suspirar, y con su potente voz, dijo solo una frase, como para si mismo:
Esta echo. Tendré que abandonar este cuerpo, guerrero, pero antes déjame decirte dos cosas. Lo que has visto, no es sino una batalla de las muchas que hemos mantenido. Habrá mas, y quizá nos veamos a intervenir, pero estáis solos. Esta presencia física nos ha agotado. El proceso es mas complicado que todo esto, pero ahora, mas que nunca, todo depende de vosotros. La segunda es que conocemos vuestro trabajo, y confiamos en que, a nuestro regreso, os encontremos. Confiamos en vosotros.
La figura levantó la cabeza, como escuchando algo.
Tengo que irme, guerrero. A si, una cosa mas. Cuida de ella. Fuerza y Honor, guerrero.
Ese fue el momento en el que Edem entró en la leyenda, del guerrero que se enfrentó al Caos y que, con la ayuda de un Dios del Orden, lo derrotó. La verdad, Edem si sintió algo al irse el guerrero: se desmayó. Lo despertó un jarro de agua fría en la cara. Abrió los ojos, y vio el rostro de su hermano. Curiosamente, solo se le ocurrió un pensamiento, y se sorprendió al decirlo en voz alta:
Si que eres feo.
Conociendo como conocía a su hermano, Quinto ni se inmutó. Era quizás uno de los defectos de su hermano mas atractivos y que mas problemas le había traído. Tendía a decir lo que pensara.
Os rescato de una torre en ruinas, hago tu trabajo dirigiendo una batalla, te reanimo y es lo único que recibo en recompensa?. Pues no quiero nada de ti cuando estés enfadado. ¡Venga a mis brazos!.
¿Y la batalla?.
Ganada. No se que hicisteis alli arriba, pero al morir el Señor del Caos, su ejercito desapareció. Hemos tenido bajas, pero nos recuperaremos.
¿Y ella?. ¿Y Lilith?.
Ya me parecía a mi que era raro que no preguntaras. Esta bien. Nada mas recuperado el conocimiento se dedicó a curarte, hermano. Tienes una buena enfermera. Ahora, dame tu mano, y volvamos a casa a celebrarlo.
Se levantó y empezaron el camino de vuelta.
La celebración por la victoria se hizo a la noche siguiente. El Gran Maestre Edem estaba contento... y feliz. Uno de sus grandes enemigos había caído, y esta vez estaba seguro (dentro de lo que cabria, por supuesto, con los Señores del Caos nunca se sabia) de que no volvería. Era tiempo de llenar las copas, de comer carne, de amar con pasión.
Este pensamiento le dio que pensar. Pensó que en la fiesta fallaba algo, aunque no sabia muy bien el que. Claro. Faltaba ella.
¡Quinto!. ¿Y ella?.
Pues ahora que lo dices, hace tiempo que no la veo.
En tu caso no me extraña. ¿Cuantos barriles llevas ya de cerveza?.
Ocho, y no llevo ni la mitad de lo que pienso beber.
Tenemos que hablar.
Hoy no, por todos los dioses.
Hoy no.
Y sonrió. Habían tenido contacto con Britania. Por lo visto, mientras ellos tenían su propia guerra personal, Los Señores del Caos habían atacado a la capital, nada menos. Habían sido rechazados, pero de una forma extraña. Algo había intervenido para frenar a las fuerzas del Caos.
A Quinto no le gustaría, pero tendría que enviarlo a informarse. Pero hoy no. Y de repente supo donde estaba ella.


La Sala del Homenaje estaba a oscuras, en silencio. Sus pasos resonaron por la sala. Tenia razón. Estaba en el balcón, contemplando la noche. Edem rompió el silencio:
Estas aquí. Nos tenias preocupados.
Ella no pareció oírle. Suspiró y lentamente dijo en su voz aterciopelada:
Tenia ganas de estar sola. Quería... quería guardar este momento.
Edem vio la oscura noche y recordando, suspiró y dijo:
Son bonitas, no?.
¿El que?.
Las estrellas. Ya sabes lo que dicen: "De la tierra a las estrellas..."
"Solo hay un gran paso". Esas palabras salieron de su boca como un resorte.
Los dos se miraron fijamente. Y comprendieron. Continuaron el pequeño ritual, como autómatas, casi sin saber lo que decían.
No cambies nunca.
Eso espero.
Sabia que había algo en ti que me resultaba familiar. No sabes el peso de encima que se me quita. Te creíamos muerta, Tagra.
No. Sigo muerta.
Pero...
Tagra Agamort murió en esa fortaleza, Edem. Yo soy alguien nuevo. De echo, no se ni quien o que soy. Pero tengo que solucionarlo por mi sola.
¿Y quien eres?. Sabes que podrías recuperar tu titulo, tus tierras... todo por lo que has luchado. Al fin y al cabo, eres Tagra. Tagra Agamort.
Ella sonrió.
Sigo siendo Tagra. Por lo menos en parte. Pero también soy alguien distinto. ¿Como me llamó el Señor del Caos?.
Lilith.
Así sea. Llámame Lilith. Lilith Layil. Edem. Debo irme.
- Justo cuando te encuentro... ¿volveré a verte?.
Ahora y siempre.
¿Como podría contactar contigo?. No quiero perderte de nuevo.
Lilith miró al Monolito. Y sonrió.
Díselo a los muertos. Ellos te pondrán en contacto conmigo. Adiós, Edem. Fuerza y Honor.
Y desapareció entre las sombras del acantilado, como un fantasma, o un recuerdo del pasado.
Edem se quedó mirando fijamente al sitio por donde se había ido Lilith. Solo unas pocas palabras surgieron de sus labios. Y con ellas, una vieja carga desapareció.
Fuerza y Honor, Tagra Agamort. Fuerza y Honor, Lilith Layil.
Y sonriendo, se fue de nuevo a la fiesta.


Puede que algun dia vaya a la ciudad de los Cesares para entregarle personalmente una copia en mano... algun dia la conocere en persona.

Relatos (II)

Este era una prueba en doble sentido. Queria saber si era capaz de escribir un relato de larga duración, y a la vez queria saber si podia hacer un relato con diferentes "puntos de vista". La historia es simple... es una accion militar en medio de una batalla. Pero la clave es ver como la cuentan diferentes personas...


La carga de la Guardia Negra
Señor, ya están aquí los hombres que solicitó.
Gracias sargento.... que pasen, por favor. El soldado primero.
Adelante....
El soldado entró en la habitación que me habían designado. Sus modales y su porte indicaban que no me tenia el mayor respeto.
Claro que el contraste entre su uniforme hecho jirones y mi ropa, recién salida de una recepción del Castillo, no ayudaban a ello. Y el que en lugar de descansar le hubieran ordenado venir a mi presencia tampoco.
Suspiré.... esto no iba a ser fácil. Sus primeras palabras me lo confirmaron.
Así que tú eres el Escribano Soplagaitas.
Vaya.... me había tocado un intelectual. Es por eso que me gustan los soldados. Con ese lenguaje tan directo y tan claro, opinando siempre lo que piensan.... no como los cortesanos a los que estoy acostumbrado. Decidí dejarle las cosas claras.
Esto me gusta tanto como a ti, soldado, pero prefiero que me llamen Bardo.
Al ver que no picaba en su insulto, me hizo lo que normalmente se hace en estos casos.... lanzarme una mirada de odio a la cara. Por lo visto, semanas de lucha no habían atemperado sus ansias de sangre..... pero conmigo no iba a tener pelea.
Sabes porque estoy aquí?.
Por la dichosa batalla?.
Y también por la Carga.
A sí.... la famosa Carga de la Guardia Real Negra. Pero por los simples soldados no te preocuparías, Soplagaitas. Siempre es igual. Hacemos el trabajo y la mención es para los caballeros.
Las cosas son como son, soldado.... yo solo cumplo con mi trabajo, como tu con el tuyo.... así que.... empezamos?.
Se lo pensó.....y sin decir nada mas, tomo la silla que estaba en su lado de la mesa y se sentó. Luego, sin preguntar, cogió la botella de vino y le dio un largo trago.
Por lo menos tienes buen gusto con el vino..... esta bien.
De acuerdo.... yo Quinto Sertorio, el Bardo, por orden del Consejo de Magos de Magincia y por la Hermandad, en el Reino Unificado, día y mes..... etc., etc. Todo listo. Empecemos por el principio.
- Ya sé lo que quieres oír, Bardo, pero, al contrario de lo que te dirán, no nos pillaron con los calzones bajados.
Es curioso... hasta hace unas semanas, este era el puesto mas solicitado del Reino. Doble paga, putas y el pueblo cerca.... y lo más importante para un soldado, no había peligro. A lo máximo que nos habíamos enfrentado, era a una incursión orca contra la muralla, que solía terminar con sus cuerpos llenos de flechas. Hasta hace unas semanas.
Al principio, no nos dimos cuenta de lo que se nos venia encima, Bardo. Si, algunas de nuestras patrullas no volvían, y se veían a lo lejos fuegos y humos, pero en estas tierras, esto es lo normal. Hasta que empezaron a llegar las gentes de los alrededores. Contaban historias sobre un gran ejercito de monstruos... la Horda, la llaman. Y entraron en la ciudad. Ya sabes como es la mente de los campesinos.... ven un conejo negro y creen que es un monstruo.
Pero esta vez no se equivocaban. Es mas, se quedaban cortos. Un día, los vimos desde la muralla. Esta vez no era una incursión.... era algo más. Las murallas de la ciudad se cerraron y nos pusieron a todos en alerta.
Y empezó el asedio....
Y empezó la masacre, soplagaitas. No todas las poblaciones de los alrededores habían sido avisadas, y la Horda se abalanzó sobre ellos. Luego, nos echaron sus restos encima. Y asaltaron la muralla exterior. Allí fue donde acabaron con la Guardia Blanca. Los pobres cabrones no tuvieron la menor oportunidad......
Vaya.... una cosa que tendría que cambiar en el informe final. "Y en cumplimiento con su deber, los Guardianes de las puertas de la muralla exterior, murieron combatiendo al enemigo, todos con la cara hacia ellos, entorno a su bandera". Mucho mejor.
Y consiguieron entrar.
Di mas bien que entraron por la fuerza, soplagaitas.... lo que nos salvó fue las murallas interiores. El pánico se había extendido entre la población y también en la Milicia de la ciudad. Tu habrás visto los lienzos de la muralla, no?.
Si que los había visto. Y aun hoy, que siguen los combates en algunas partes de la ciudad, los había visto casi destrozados. No.... arrancados, mas bien. Y esos eran los que se estaban reparando. No los había visto después de la batalla. Intervine.
Y tu?. Dónde estabas, soldado?.
Yo estaba en mi puesto, en la muralla interior del Castillo. Ese día no tuvimos mucho trabajo, pero los siguientes nos las vimos y deseamos para rechazar los constantes ataques de los Orcos. Sus generales parecían tener un plan de conquista.
Generales?.
Mira, cuando se es soldado, se reconoce a un oficial, aunque este sea verde, peludo y de tres metros de altura.... Él.... como se dice... si, el halo de autoridad es inconfundible. Su porte su....
Este era uno de los motivos de mi viaje a Britania. Saber algo mas sobre este ejercito organizado..... y si realmente estaba organizado.
Vale, dejemos en que eran fácilmente reconocibles. Y que pasó en la muralla?.
Ya sé por donde vas, Bardo. Si, los arqueros de la Guardia Verde fueron masacrados, en uno de los intentos del enemigo por tomar la muralla norte. Los pobres desgraciados pensaban en términos de honor y esas sandeces.... y murieron por ello. Por lo menos eso nos dio opción a echar a los Orcos de la muralla.
Otra cosa que debería cambiar en el informe final.... "y fieles a su lema, "No Rendición, No Retirada" los miembros de la Guardia Verde murieron combatiendo al enemigo".
Mas que un informe me estaba saliendo un poema épico. Por un momento, el soldado supo en que estaba pensando, y me miró con sus enrojecidos ojos. Y tampoco se anduvo con rodeos.
Esto no es un juego, soplagaitas. Has combatido alguna vez?. No.... ya veo que no.
Donde tu ves gloriosas batallas, yo veo sufrimiento. Donde tu cantas grandes gestas, yo veo a camaradas caídos, sangre, dolor. No hay honor ni gloria en este oficio, Bardo.
Creo que lo entiendo.....
No, no lo entiendes. Pero da igual. A estas alturas ya da igual.
Encima filosofo.... esta iba a ser una noche larga.
Y que pasó después?.
Lo que se estaba esperando desde el principio de la invasión.... que la Milicia de la ciudad se acojonó y llamo en ayuda a las Guardias que quedaban.
Aquí tal vez debería hacer un inciso. Cuando me refiero a las Guardias, me estoy refiriendo por supuesto a la Guardia Real. Dicha Guardia esta.... o estaba, según se mire, dividida en varios destacamentos. Cada uno había tomado el nombre del color de su bandera, y tenían en un principio funciones distintas.
Así, la Guardia Blanca tenia que defender las puertas exteriores de la ciudad. La Guardia Verde eran arqueros de elite, que tenían que defender el muro norte del Castillo. El Este del muro era para la Guardia Roja y el Oeste para la Guardia Azul. Y luego estaba la Guardia Negra. Tenia el cometido de defender tanto el muro sur como el Palacio, así como a Lord British. Hubo en otros tiempos una Guardia Dorada, pero fue aniquilada por las demás cuando juraron lealtad a Lord Blackthorn. La Guardia Real Negra tomó sus atribuciones. No es que tuvieran mas funciones, puesto que Lord British se había marchado, pero, tal como dice mi hermana Aurelia "Si te pagan dos veces por no hacer nada, bienvenido él titulo".
Y salieron del Castillo, Claro.
Y salieron, soplagaitas, dejándonos a los demás defensores con el culo al aire. Claro que no tenían otra opción. Los muy cabrones de las Milicias sabían que su "honor" y su "caballerosidad" iban a pesar en la decisión. Y mientras las Milicias entraban, las Guardias salían.
Y fue cuando formaron en alas.... la Guardia Roja en la derecha, la Guardia Azul en la izquierda y la Guardia Real Negra en el centro.
Mira..... ya te lo he explicado antes.... yo soy un soldado y no....
Lo sé, no ves las formaciones.....
No soy tan tonto soplagaitas... además el que cuenta la historia soy yo.
Ahí me había pillado. Y se lo reconocí.
Tocado, soldado.
No, no formaron en alas, por lo menos en un primer momento. Se pusieron a cantar. ¡Cantar!. Te lo quieres creer?.
Bueno, todos los manuales dicen que un canto guerrero anima la moral y además puede asustar al enemigo.
Manuales que posiblemente hayas escrito tu.
Tenia un don este soldado para meterse con los demás. Me empezaba a caer bien.
- Eso es una tontería. Primero, dudo mucho que esos Orcos nos entendieran. Segundo, cuando superas al enemigo en treinta o que sé yo.... cuarenta a uno, y además eres dos metros más grande, dos metros más ancho, pues no creo que te asusten los cantos de una panda de humanos.
Has dicho Orcos?.
Bueno.... había de todo. Ogros, Trasgos, Momias, No Muertos.... pero los Orcos eran los que predominaban. Los cabrones hacían ver verde en toda la ciudad.... de echo consiguieron que me diera asco ese color.
Y las alas.....
Si, formaron en estúpidas alas. Ya sabes, pose clásica de poemas épicos. Vanguardia, Retaguardia, Ala Izquierda, Ala Derecha.... otra estupidez. Pero claro, la Guardia Real es llevada por Nobles.
Que supiera casi con certeza que mi familia fuera noble no creo que le importara a estas alturas a este soldado..... y además, esa afirmación conllevaba la pregunta que estaba esperando:
Estupidez?.
Tu has visto la extensión de las calles cerca de las murallas, Soplagaitas?. Apenas caben cinco o seis hombres. Que importancia tenia una formación allí?. Hasta yo sé que no hay sitio para maniobrar.... pero aun y todo lo hicieron. Formaron una de esas formaciones que tanto os gusta poner en los libros de historia. Lanceros delante, detrás Ballesteros y Arqueros detrás, y en las Alas la poca Caballería que les quedaba. Donde habían guardado los caballos es algo que no acabo de comprender, puesto que en las primeras semanas de asedio nos comimos los que había en los establos, pero.... ahí estaban.
Y comenzó la batalla.....
Si, eso que llamáis Batalla de las Puertas de Britania. Portas Britanniae creo que queréis llamarla. Para mí, otro sitio donde se vertió la sangre de mucha gente.... brutal y asqueroso, Soplagaitas. Mas bien fue una carnicería.
De acuerdo. Y que pasó entonces?.
Al principio la cosa estaba muy tranquila... bueno, tranquila para ser una batalla, claro. Recuerda que mientras tus cabro... digo tus heroicos caballeros luchaban, nosotros estabamos defendiendo las murallas. Así que solo vi trazos de ella. Vi como los Arqueros lanzaban sus flechas, y como la primera fila de Orcos caía. Pero era inútil. Eran una Horda. Incluso vi como la segunda fila cayó también, pero la tercera consiguió llegar a los Lanceros. Y aunque estos lograron ensartarlos, el resto de los Orcos sencillamente pasó por encima de ellos. Como si hubiera sido una alfombra verde.
Y luego?. Luego aparecieron en la muralla unos veinte de esos bichos de color verde y no pude ver que pasó abajo. Para cuando los eliminamos, la batalla de las Puertas se estaba perdiendo. Ya no quedaba rastro de la mayor parte de los Lanceros, y los pocos uniformes negros... o azules o rojos, ya puestos, estaban luchando mas por vivir unos segundos mas que por ganar la batalla. La batalla estaba perdida, y esos desgraciados lo sabían. Y las filas verdes atacaban una y otra vez.... una y otra vez. Parecían olas de un mar de muerte, soplagaitas.
Y fue cuando ocurrió el Punto de Inflexión de la batalla....
Que demonios es eso?.
Me había olvidado que este no era mas que un simple soldado.....
El punto en el que la batalla cambió.
A sí.... fue por ese Oficial. Decididamente era un Oficial. Llevaba la banda amarilla en el pecho, así que debía ser noble. Desde un principio estaba en la vanguardia de la batalla.... y lo raro es que seguía vivo todavía. O era muy hábil luchando o los tenia....
Si, ya sé que era valiente. Que esto lo tengo que llevar al Consejo.....
Total, escribirás lo que quieras... los Bardos siempre lo hacen.
Lo irónico es que tenia razón al respecto.... pero por supuesto no podía decírselo. Hay noticias y noticias. Y a pesar de que había sido enviado por el Alto Consejo de Magos de Magincia para recabar datos, no podía darles un escrito en el que se llamara "cabrones" a los nobles que comandaban él ejercito. En parte porque todos son parientes, y en parte porque..... bueno, porque nobleza obliga. Así que el arte de retocar los relatos es bastante bien conocido por los de mi Gremio.
Yo me limito a escribir lo que oigo, soldado....
Si, y yo soy un hada gris. En fin, por donde íbamos?.
Ibamos por el Oficial.
A sí, el caso es que por lo visto, se encontró con el General de la Horda. Y le lanzó un desafío. ¡Un desafío!. Para mí que estaba loco o algo así. Eso esta muy bien para vuestros libros pero....
Si, si.... y que paso?.
Que la bestia parda.... un Señor de los Ogros muy alto.... ¡le respondió!. Y le respondió con un movimiento de cabeza tan afirmativo, que todos entendimos el mensaje.... Algo así como "voy a cortarte en pedacitos y luego me los comeré asados". Todo en un movimiento de cabeza..... Y como por arte de magia, la batalla en las puertas se paró. Todo el mundo quería verla... hasta los Orcos. Tenias que verlos. Por un lado, un caballero con una armadura abollada, una espada que brillaba mucho, y un escudo azul en la mano. Y por otro, un Señor de los Ogros con el hacha más grande que he visto en mi vida. Mas alta que yo seguro.
Y?
Para ser un Bardo, no tienes paciencia.
Por lo visto estaba disfrutando con esto..... me estaba dejando en ascuas, y en el mejor momento de la función.... y no podía mandarle al infierno..... y lo sabia.
Lo sé, un defecto de mi familia. Por favor, sigue.
Bien. En un principio, no pasó nada. Se miraron el uno al otro durante un largo tiempo.... unos 6 segundos. Y el Ogro avanzó hacia el Oficial. Corriendo. Y levantando el hacha, la lanzó hacia el Caballero. Este, intentó detener el golpe con el escudo, pero no le sirvió de nada. Se partió en pedazos delante de la cara del Caballero. El Ogro volvió a lanzar un ataque, y esta vez el Caballero se apartó. El sonido del Hacha en el suelo se oyó hasta en Trinsic, te lo puedo asegurar.
Y entonces?.
Entonces el Caballero contraatacó con su espada. Puesto que no tenia un escudo, ahora la cogía con las dos manos. Quizá para tener mas fuerza, vete a saber. Creo que en ese momento, comprendía que era hombre muerto a menos que lograra sorprender a esa mole parda. Dio un giro con la espada y con todas sus fuerzas atacó. De izquierda a derecha. No le sirvió de mucho, claro, ya que el Ogro la paró con el mango del Hacha. Y después se rió del Caballero. Y le golpeó con el mismo mango. El Caballero fue a parar tres metros mas atrás.
Y se abalanzó sobre él.
No. Esperó a que se levantara.
La sorpresa igual se vio en mi rostro, porque me miró, y me asintió rotundamente.
- Si, a mí también me parece raro, y yo estuve allí. Pero la bestia esperó a que se levantara. Quizá tuviera algo de honor también. O quizá fuera un noble como los nuestros....... En fin, la cosa es que esperó a que se levantara.
Y fue cuando el noble contraatacó.
Digamos que recibió una buena tunda durante unos cinco minutos. Cada vez que lanzaba un corte o una estocada, el Ogro se limitaba a pararla y a enviar al noble al suelo. Y esperaba a que se levantara. Y el pobre diablo lo hacia. Y recibía mas golpes.... y volvía a levantarse. Y entonces......
Entonces?
Entonces el hacha de batalla se partió. Por lo visto no era tan estúpido. Había golpeado el hacha siempre por el mismo sitio. Y en el momento de partirse vimos dos cosas. Una, que el Caballero le metió hasta la empuñadura su brillante espada, y dos, la cara de sorpresa del Ogro antes de morir. Y la sorpresa debía ser general, porque en un minuto o dos, nadie habló. Era como uno de esos cuadros que Lord British guardaba en el museo. Uno de esos en los que las figuras están quietas
Estáticas.
Lo que sea. Pero nadie, ¡nadie! Se movió. Salvo el caballero, que tranquilamente, como si estuviera en un día de campo, cogió la espada, la sacó del cuerpo, la limpió de sangre y gritó eso de ¡Britannia! Que se espera que griten los nobles cuando han hecho algo heroico. Esto fue como un vomitivo de los malos para todo el mundo, sobre todo para los de nuestro bando. Que debieron ver la luz después de un día muy largo. Y cargaron contra los Orcos. Cargaron...... bueno, mas que carga, embistieron contra los Orcos. Y estos, a pesar de ser mas.... huyeron. Si, huyeron..... a saber, igual estaban asustados por la muerte de su líder, o era una de sus tácticas guerreras..... o simplemente querían comer en sus casas. Pero huyeron. Por lo que me han dicho, todavía están huyendo.... y hace un mes de eso.
Y el caballero?.
Eso es lo más curioso de todo, Soplagaitas. Después de la batalla, se esfumó. Estaba ahí en un momento, y en el siguiente ya no. Y esta vez no había bebido, te lo juro. Y con el paso de los días, nadie pudo volver a verlo. Ni a el, ni a su caballo....
Y el escudo que esta colgando en el Palacio de Su Señoría?.
A sí.... eso es lo único que quedó de el. Muy raro....
Raro?.
Si... emite como sonidos y vibraciones..... a ningún lacayo del Palacio él gusta acercarse a el.
En el cuarto de Guardia se han hecho muchos favores para no tener que estar de guardia junto a el. Hubo uno que hasta cambió un par de guardias en esa habitación por una ronda entera en invierno. Y créeme, para hacer eso, o sé esta cagado de miedo, o a uno le gusta el frío. Quizás tu no lo sepas Soplagaitas, pero el frío de Britania es ese tipo de frío que se te mete en los huesos... ningún estúpido habría cambiado su guardia.... a menos que tuviera mucho miedo.
Bien.... acababa de oír de los labios de un soldado borracho los primeros apuntes de una leyenda nueva..... y me daba a mí que esta acabaría entrando en el folclore local más adornada.
Apostaría lo que fuera, a que con el tiempo, en lugar de un Caballero seria un Dios el que bajara a la tierra, o algo así. Por lo menos podría mandar a ese viejo borracho a dormirla.....
Bien soldado... es todo?.
Por mi parte sí, Soplagaitas. No eres tan mal tipo, incluso para ser Noble....
Pues por la mía tampoco. Llévate la botella si quieres.... y haz pasar al Oficial, por favor.
Ni me habló después de esto. Se levantó con la botella en la mano, abrió la puerta de la habitación de un golpe, y farfulló algo así como.... "el soplagaitas... digo, el escribano quiere que entre señorrrrrr" y se marchó.
El Oficial que entró inmediatamente después, indudablemente era un noble. Cinco semanas de combates, asedio ininterrumpido de los seres más horribles que pueblan la faz de Britania, y se las había arreglado para mantenerse limpio y elegante en medio de una suciedad inmunda y porquería por doquier. Su traje podría haber pasado la ultima moda de la alta sociedad de Jhelon y sus joyas eran de lo ultimo que habían creado los orfebres de Skara Brae. Y su porte.... bueno, su porte denotaba poder. Poder con mayúsculas. De ese que se tiene por la sangre, la fortuna y los antepasados. Decidí ser más cuidadoso con el que con el soldado. Me levanté rápidamente.
Bienvenido Señor....
Quinto Sertorio?.... tu nombre me es conocido.... de Magincia quizá?.
Esto iba a peor.... sabia quien era, por lo que quizás también sabría para quien trabajaba. No iba a sacar mucho en limpio con él. Suspiré y me limité a asentir con la cabeza.
Sí señor. Verá, sé que debería estar descansando, pero me han ordenado conseguir datos sobre la batalla de Portas Britanniae. Y dado que alguno de su categoría estuvo implicado, me han ordenado que debería ser usted el que me lo contara.
Un poco de coba nunca viene mal en mi trabajo. Es lo primero que se aprende cuando sirves en una corte. Y generalmente funciona. Como esta vez. Su cara se iluminó al oír mis lisonjas y pareció relajarse. Digo pareció porque sé realmente como funcionan las mentes de Palacio y normalmente ocultan lo que piensan.
Cierto.... estuve allí. Estaba como Legado de los ejércitos de Su Señoría.... un paso mas para mi carrera... y justo en mi turno ocurre esta invasión. Bien, por lo menos servirá para mi hoja de servicios.
Tiraba alto este Oficial. Lo que me había dicho en pocas palabras, era que intentaba utilizar el cargo militar para llegar a conseguir uno político. Y dado que era Legado, su familia debía ser muy importante y poderosa. Pies de plomo, me decía este discurso, pies de plomo. Y además estaba contento con la invasión.... como si hubiera sido diseñada solo para él.
De acuerdo señor.... Yo Quinto Sertorio, Bardo, Enviado por Su Señoría, el Consejo de Magos y la Hermandad certifico que todo lo que se diga aquí es un testimonio libre, etc. etc.........
Ya es oficial. Podemos empezar, señor.
Y se lo tomó literalmente como una invitación a hablar. Vaya noche..... uno que no hablaba mas que borracho, y otro al que no había manera de hacerle parar la conversación.... y a este no podía mandarle callar.
Bien, fue un día espléndido el día que supimos que estabamos siendo invadidos. Al fin algún desafío mas que sacar el halcón para cazar o tirar a la ballesta contra un poste. Era una magnifica ocasión para ganar un historial. Al principio, oímos las historias de costumbre de la chusma.... ya sabes, ven un oso y piensan que es un ogro que se les abalanza con una espada. Por supuesto, no dimos importancia a la palabra de esos patanes, y seguimos con nuestros asuntos. Era temporada de caza, y tenia un nuevo corcel para estrenar que seguramente iba a causar sensación en la corte. Pero nada. Estos Orcos estropearon mi triunfo. 5000 monedas para importarlo de Delucia, una silla de montar de piel de gárgola de fuego.... total para que unos repugnantes seres acapararan la atención de la Corte. Espantoso, no crees?.
Muy larga iba a ser esta noche. Me había tocado además un presuntuoso. Y seguía hablando. A veces este trabajo es realmente malo.
- En fin, ya que estaban, teníamos que presentarles batalla, pero no, no se atuvieron a las leyes de la guerra establecidas, tenían que venir a Britania. Tardaremos semanas en poner presentable la ciudad. No lo hueles?. Todavía huele a Orco, incluso aquí. Bueno.... por donde íbamos?. A sí, por supuesto, fue culpa de esa chusma campesina. Las ordenes de Su Señoría estaban claras, y había que tener abiertas las puertas de la ciudad para que esos zopencos de los alrededores entraran. Te quieres creer que un grupo de nobles, intentamos hacer que cerraran las puertas y se nos negó?. Salvar las vidas de sus súbditos, decía Lord Kaltos. Es lo que nos pide Su Señoría, decía. Total, que por esos patanes los Orcos entraron. Con las puertas abiertas, hasta ellos consiguieron encontrarlas.
Por supuesto, no se les podía dejar entrar así como así, por lo que ordenamos a la Guardia Blanca que defendiera las puertas. No sirvió de mucho, claro. Al fin y al cabo, no tenían Oficiales nobles que les llevaran a la batalla, y, por mucho que Su Señoría insista en que esos patanes campesinos pueden ser buenos oficiales, hace falta la sangre y los antepasados necesarios para ello. Por lo menos su lucha fue bastante interesante de ver. Muy deportiva, en mi opinión. Aquel día gané 500 monedas de oro por una apuesta sobre cuanto iban a durar esos zopencos.
Elitista, clasista, y un sin fin de "istas" se le podrían aplicar a este tipo. Francamente, esperaba que algún día, un Orco ensartara su cabeza en una lanza..... bueno, a estas alturas, no es que me cayera mal, es que no lo soportaba. Y seguía hablando.
Luego, nos recluyeron como a ovejas en el Palacio de Su Señoría. Fue muy desagradable. Me había dejado mis pertenencias en mi casa, y cuando les ordené a los criados que fueran por ellas, los muy cobardes argumentaron que ¡tenían miedo de los Orcos!. Total, tuve que pasar la noche en una habitación con sabanas de fieltro que picaban y sin mi ropa de seda de Tokuno para dormir. No, eso no era digno de un caballero de mi rango. Y luego esos aullidos de los Orcos. Muy desagradables. Ya ni siquiera se comportaban de forma civilizada. Hasta atacaban por la noche. ¡Por la noche!. Una vez, casi consiguen llegar a mis aposentos. Fue cuando esos estúpidos de Serpents Hold, los Arqueros de la Guardia Verde, se dejaron matar por una pandilla de ogros. Arqueros... Puagh. Por lo menos podrían haber tenido la decencia de morirse en paz. Pero no, agonizaron durante días. Desagradable de oír. Y los cirujanos del ejercito se negaban a hacerlos callar cuando se lo pedíamos. Tan difícil era taparles la boca con un trapo?. En fin. Después de cinco semanas de asedio, decidimos que ya era bastante. Queríamos combatir y expulsar a esa chusma de nuestra ciudad. Así que presionamos a Lord Kaltos para hacer una salida con las Guardias Reales que quedaban. Por supuesto, pedí unirme a la Guardia Real Negra. Si tenia que luchar, por lo menos lucharía entre caballeros.
Mira por donde.... aquí podía enfadarle un poco y además sin repercusiones. Así que con malicia, me atreví a preguntarle:
Entonces Señor, ensillaría su caballo, claro. Alguien de su prestigio no podría ir con menos.
Di en el clavo. Su rostro se volvió rojo de repente.
¡No!. Esos patanes que tenemos como soldados, se habían comido mi caballo. 5000 monedas, y acaba asado y en la barriga de esos cerdos borrachos que tenemos de soldados. No, tube que ir a pie. Solo quedaban unos pocos caballos vivos. Pero el mejor era el de Él.
Él?.
Si, el Oficial que estaba al mando de la Guardia Negra. Su aspecto era resplandeciente, su ropa de la más fina seda tokunesa, y sus armas eran de una calidad suprema. Y su caballo.... blanco, sedoso, de importación. Solo su caballo ya costaría 20000 monedas. Un caballero como los Dioses mandan. Por lo menos uno de los nuestros demostraba a los patanes de esa chusma de soldados como debía ser y comportarse un caballero.
Y su nombre, Señor?.
Te quieres creer que nadie lo conoce?. Alguien así no hubiera pasado desapercibido en la Corte. No con esos modales, esas ropas y esas armas. Y nadie sabe ni quien es. Es como si se hubiera materializado justo ahí. Pero si que era de los nuestros. Y salimos. Salimos con los restos de otras Guardias del Castillo. La Guardia Roja y la Guardia Azul nos acompañaban. Ibamos al fin a dar una lección a esos rufianes de piel verde. Y fue cuando nuestros soldados adujeron que era un suicidio ir. Pero sabíamos como tratar a estos desalmados, y tras un par de latigazos salieron a las puertas. Por supuesto, los libros de tácticas, recomendaban hacer una formación decente, así que eso ordenamos. Lanceros delante, Arqueros detrás.... y los pocos caballeros que guardaban sus monturas en las alas. Perfecta.... una formación perfecta. Yo por supuesto, estaba en la retaguardia, por si mis servicios eran necesitados. Y los vimos llegar a nuestras posiciones. ¡Dioses, que maravilloso fue!. Como en los cuentos. Tres cargas de su infantería fueron rechazadas por los Arqueros que nos quedaban, y la cuarta fue desecha por nuestros lanceros. Que gestas, que perfecto era todo. Y así se mantuvo la batalla, sin darme siquiera la oportunidad de entrar en combate hasta mucho tiempo después. Si que es verdad lo que dicen en los poemas épicos. Se pierde el sentido del tiempo. Mientras esperas la carga del enemigo, mientras preparas tus armas, mientras luchas.... puede ser eterno, y sin embargo no debió pasar mucho.
- Por supuesto, nuestros soldados no tuvieron las agallas para resistir a esa Horda desorganizada, así que debimos intervenir al fin. Teníamos que dar ejemplo. Fue mejor de lo que esperaba. El placer de hincar la espada en el vientre del enemigo, el dar mandoblazos sobre sus cabezas. Ver correr la sangre por todas partes.... me encontraba en mi mejor día desde hacia tiempo.
Y que pasó con el Caballero?.
A sí.... lo veía de reojo. Era rápido y certero, y parecía como si los Orcos le tuvieran miedo. Y sonreía. Siempre estaba en lo más peligroso del combate, y nos daba ánimos para seguir. Epico, era épico. Y se encontró con ese Jefe Ogro. No sé que le diría en su lengua, pero en ese momento, la batalla se paralizó. Fue cuando comprendimos que le había desafiado, como correspondía hacer. Y el Ogro, aceptó el desafío también.... extraño comportamiento en una bestia, no crees?. Ah! Ese si que fue un combate digno de ver. En medio de un circulo de armas, el caballero y el ogro se enfrascaron en una lucha de titanes. A cada golpe del caballero, el ogro devolvía otro, a cada finta una contrafinta. Y eso que el ogro llevaba un hacha gigante. Por supuesto, no era mucho pedir un arma más noble que esa, pero no... tenia que ser un hacha. Pero en fin, era digno de ver. Hasta que el caballero cayó de un golpe. Pero claro, nobleza obliga, y sin quejarse, volvía a levantarse, a coger su espada y a seguir combatiendo. Hasta que lo mató. Fue algo rápido, muy rápido. El caballero, había estado golpeando su espada sobre el mismo sitio del hacha del ogro, y había aguantado golpes por ello. Así que no es de extrañar, que cuando logró romperle el hacha, le clavará hasta la empuñadura en la barriga la espada. Y por supuesto, dedicó la victoria a su patria, como mandan las leyes de caballería. ¡Britannia!. Me enorgullecí de estar allí, créeme. Y a todos, hasta él más zopenco de esos patanes que tenemos como soldados también. Era su pasaporte a la gloria y lo sabían. Así que atacaron al enemigo. Y por supuesto, este salió huyendo. Fue muy divertido. Perseguíamos Orcos, ogros, trolls, y les cortábamos la cabeza. Las apuestas que se cruzaron entonces fueron muy elevadas, y me alegra decir que gané lo suficiente para comprarme otro caballo. El baile de la Corte de Trinsic es dentro de tres semanas, así que tengo tiempo para arreglarme y.....
Tenia que parar esto ahora. En este punto ya me estaba dando repugnancia verlo.
Disculpe Señor..... y el Caballero?.
Lo había sorprendido, ciertamente.
Pues, a decir verdad, no sabemos dónde esta. Y eso que lo buscamos después de la batalla. Solo hemos encontrado su escudo. Y entre la chusma del pueblo, ya sé esta diciendo que fue un Angel, o un Dios el que bajó a Sosaria a defender Britania. A saber. Falta mucho para acabar, Quinto?. Tengo que comprar unas botas de piel de Fénix y esta charla me ha quitado un tiempo muy valioso.
Seguro, pensé.
No señor, puede irse. Muy amable por su testimonio Señor. Me aseguraré que en la Corte sepan de su valentía, y que sepan que se portó en todo momento como un caba.......
Su cara se iluminó, y más cuando le tuve que dar coba durante mas tiempo. Tardé cinco minutos en echarle sin que se notara que le echaba y otros diez en serenarme lo suficiente como para llamar al Sargento. Todavía me quedaba un testigo que ver en esa noche, y este no sabia como iba a reaccionar. Por lo menos no seria en esta habitación tan fría.
Cuando estabamos bajando al calabozo, sus gritos y bramidos se oían y resonaban en todas partes, y eso que faltaban tres pisos para verle. Los soldados y el Sargento que me acompañaban se estaban poniendo muy nerviosos. Y solo con oír. No me imaginaba lo que debió ser oír a miles como él, y no ya luchar contra ellos. Y por décima vez, me lo preguntó de nuevo.
Señor, esta seguro de esto?. De verdad no quiere que estemos a su lado?. Esa cosa puede ser muy peligrosa.
Tranquilo Sargento, esta encadenado. Así que sus servicios no son necesarios.
Todavía no sé si su cara era de preocupación por mí ( o por su puesto si me pasaba algo, su carrera terminaría en la Isla de Hielo más cercana) o de satisfacción al no tener que estar cerca del prisionero. Debía ser lo ultimo, dado que al llegar al final de la escalera se disculparon alegando "servicio de armas en la torre norte" y se marcharon todos. Bien, por lo menos tendría intimidad.
Me acerqué a los barrotes de la prisión poco a poco, para que su olfato se pudiera acostumbrar a mí. O por lo menos intentarlo, claro. Y en parte tuve una reacción. Por lo menos dejó de dar gritos. Este iba a ser un interrogatorio muy peculiar. Que yo supiera, pocos Bardos podrían haberse jactado de haber interrogado a un Orco guerrero..... y de no haber sido también parte de su comida.
El "Manual de Acercamiento" de Lady Tagra, el conocido también como el "Manual del Primer Contacto", dice que no se debe tener miedo de lo desconocido, que se deben observar las posturas del contrario, y que se deben tratar de tomar sus costumbres. Estaba claro que Lady Tagra no había tenido contacto con los Orcos. A mi no me apetecía comer carne humana para desayunar, y menos todavía cruda. Y en cuando a su lenguaje... bueno, ni los Orcos mismos se ponían de acuerdo en hablarlo, así que no digamos los lingüistas. Antes de mi partida, consulté a catorce, entre los mas afamados de la Corte, y lo único que saqué en claro es... que no lo tenían nada claro. Decidí esperar a oír sus primeras palabras. Quizás fuera algo con lo que relacionarnos.
Tu, comida Globruk. Globruk libre de cadenas y Globruk comerse intestinos tuyos.
Decididamente no me gustaba esta relación. Intenté comunicarme en su lengua. De verdad, lo intenté. A saber que entendió él.
Prefieres hablar en el lenguaje de los únicos?.
Por supuesto, aquí pondré lo que quise decir. Con lo difícil que es pronunciar y lo imposible que es comprenderla, lo más probable es que dijera algo así como "tu entender lengua raza civilizada" o algo por el estilo. Claro que también, dado que el lenguaje Orco depende de como lo dices, con que letras lo dices, y además el contexto en el que lo dices, podría haberle dicho " la pierna de cordero es azul en el armario", o algo peor. Pero por lo visto me había tocado la versión traductor de la raza Orca. Me entendió.
Y como un debilucho como tu sabe nuestra lengua?.
Debilucho suena mejor que "saco de carne grasiento al que me gustaría destripar en canal" que era la otra posibilidad de traducción. En fin, por lo menos tenia curiosidad en conocerme.
Es mi trabajo Globruk. A que Clan perteneces?.
Globruk no te dirá nada, Lengua de excremento de mongbat. Globruk no traicionará al Clan de la Espada Negra.
Cierto, también se me olvidaba que los Orcos no tienen muchas luces. Quizás por eso son una raza tan atrasada. Pero había dejado caer algo importante. El Clan de la Espada Negra... ese Clan no es de Britania. Ni siquiera es de la Mazmorra de la Desesperación. Que nosotros supiéramos, era un Clan de la Isla de Hielo. El cómo uno de sus miembros había llegado hasta las puertas de Britania, cuando lo mas avanzado en tecnología que tenían era una balsa de troncos, era bastante interesante. Probé la adulación y la burla. Eso siempre funciona para conseguir información.
Me han hablado de tu Clan, Globruk. Dicen los Bardos que es un Clan guerrero. Pero también decían que no se mueven de las "tierras frías". Que no tienen barcos.
Tenemos barcos, Skalde. Nos lo dieron los Señores Negros. Un día, vinieron a nuestra cueva. La matanza fue espléndida, hasta que la camada juró lealtad. Y nos dieron barcos, Skalde. Barcos tuyos. Seis barcos.
Siempre funciona. Hasta con los Orcos. Si ya lo decía mi maestro. Tenia que haber hecho la carrera de Espía o la de Informador. Claro que es lo que realmente hago, pero no para la Corte, sino para otros fines. En fin, sigamos con la relación.
Sin saberlo, el Orco había dejado caer retazos de información muy interesantes. "Señores Negros" era lo que más me aterraba. Era la manera de los Orcos para referirse a los seres del mal. Nosotros los llamaríamos "Señores del Caos". Por lo que me contaba, habían ido a la Gran Cueva de la Isla de Hielo para unir a los diferentes Clanes Orcos. Por supuesto, los Orcos no se habían tomado muy bien eso de tener invitados, y habían tratado de expulsarlos. Lo que pasó después, era de suponer. Unos cuantos hechizos Arcanos, convocación de Demonios del Caos... y Orcos destripados. Y luego, la sumisión de los Orcos al Señor Negro, el cual les había dado como premio seis barcos. Barcos nuestros. A saber que les pasó a los pobres diablos que los tripulaban. Posiblemente acabarían en la barriga de los Orcos. Sabíamos que se preparaba algo entre los Señores del Caos, pero, para que utilizar a los Orcos?. Y lo más irónico, es que, sus poderes, combinados con la barbarie de la jaurías Orcas había estado apunto de derrotarnos. No funcionó el plan de Blackthorn de traerse a los Jukas. No funcionó el de los ataques de los piratas. Todos planes elaborados, y unas criaturas con la inteligencia de una planta, casi conquistan nuestra capital. Irónico. Y por lo visto, el Orco le había cogido gusto a los relatos. Siguió hablando. Lo que me extrañaba es que hubiera llegado a la edad adulta. Los Orcos no eran muy proclives a la conversación. Si se piensa, es lógico. Cuando en una raza, las palabras mas usadas son "comer y matar", la filosofía compleja no es una rama que destaque en su cultura. Por lo que sabemos, en los Orcos prima la violencia bruta sobre todo. El Jefe del Clan consigue el puesto matando y comiéndose al jefe anterior, y su carrera se ha tenido que jalonar con mas festines de este tipo.
Nuestro Chaman vio la batalla Skalde. Y vio que éramos muchos los que odiaban a los debiluchos blancos ( ¿creo que no hace falta decir quienes eran estos debiluchos, verdad? ). Y vio que llegaríamos a la Ciudad del Gran Jefe. Y que entonces la arrasaríamos y nos comeríamos los corazones de los debiluchos. Todo eso vio, antes que nos lo comiéramos.
Si, también son caníbales. Sobre todo con aquellos que están dotados para "hablar con los dioses". Dicen que si hablan con ellos, están mas cerca de ellos, y se los comen de vez en cuando. Quizás por eso la religión no ha pasado del chamanismo.
Y el Amo Negro os juntó con los demás seres.
Sí. Pero era un mal amo. No nos dejaba comernos a los Pieles Verdes, ni siquiera a los Trolls. Decía que teníamos que ser una gran camada para tomar la Ciudad del Gran Jefe. También decía que el Gran Jefe no estaba, pero que sus guerreros eran muy buenos. Pero tenia sus rasgos de bondad en ocasiones. Nos daba granjeros sebosos para comer. Asados vivos... nunca habíamos comido carne tan tierna.
A mí lo que me extrañaba era que los hubieran asado. Si, soy algo insensible, pero es que es su cultura. Para ellos somos un manjar en el "menú". Lo único que les gusta mas, son los enigmáticos Hombres Lagartos, los Pieles Verdes. Dicen que están más correosos, pero que su carne sabe mejor. A saber. Nunca los he probado, aunque con un poco de salsa de...
Bueno, eso quizá era un problema para el Maestro Chef Real o como se hiciera llamar el Cocinero en esa mole de piedra. Volví al interrogatorio.
Y fue cuando cruzasteis la Gran Agua (aquí huelga decir que para un Orco, "Gran Agua" es una extensión de agua grande... véase un río, un lago o un mar. Aunque prefieren vivir en el interior de cuevas, no desdeñan los asentamiento cerca de los cauces, aunque no por lo que pensamos nosotros, sino porque mas tarde o más temprano algún viajero despistado pasaría por allí a beber).
Fueron días y días en el mar Skalde. De vez en cuando, los Amos Negros capturaban barcos de humanos y nos dejaban comérnoslos. Pero fue muy aburrido en su mayor parte. Ninguna matanza importante, ningún ser al que despedazar y comérnoslo, ninguna diversión, como torturar a una bola grasienta. Pero todo eso quedo olvidado al bajar en la vieja tierra. Allí la diversión fue muy buena...
A veces, en mi trabajo, es muy difícil poner las expresiones de la gente a la que entrevisto. Y este es uno de los momentos en los que envidio a los pintores. A medida que el Orco hablaba de sus "diversiones", su cara dejaba translucir un enorme placer. Placer mezclado con diversión y unas ganas de vivir que no he logrado encontrar en otros seres. Parecía recordar esos momentos con gran... dulzura.
Si, esa seria la palabra exacta. Dulzura y cariño, como uno atesora el recuerdo de un día de verano perfecto o el primer beso a una mujer. Nos separaba algo mas que una forma de vida, nos separaba diferentes estilos de verla, de vivirla, diferentes roles morales. Para él, era de lo mas corriente destripar a un aldeano. Para él, no seria distinto de cuando llega la época de matanza de los cerdos para nosotros. Y que yo sepa, solo tres seres han intentado preguntar por sus sentimientos a los cerdos: Lady Tagra, mi hermana Lady Rea Silvia y "Avalon" el Dragón del Clan. Que ninguno haya respondido no impide que los cerdos no puedan contestar, pero por ahora, no hemos dado con la clave para que lo hagan. Quizás el que "Avalon" los asara vivos influyó, pero vete tú a saber. En fin, mi disgresión ha sido mas bien, para evitar contar las "diversiones" del Orco. Y también para que tu, posible lector, entendieras su "cultura". Vale, quizás comparar una obra musical del gran Aternay con las 84 formas de cocinar a un aldeano sea excesiva, pero es lo que hay. Y dado que el Orco parecía disfrutar contándome sus atrocidades, le dejé explayarse agusto. No seria plan de contar eso de "y entonces fue cuando nos comimos a los niños de la aldea del Gran Río; y entonces nos limpiamos los pies de la sangre de los debiluchos caballeros del Fuerte de la Plata; y entonces nos".... así hasta el infinito. Gracias a los dioses, al cabo de cuarenta minutos llegó a la Ciudad. Por lo que pude averiguar, los Señores del Caos lo arrasaron todo. Y cuando digo todo, me refiero a todo en forma literal. Mataron (o se comieron) a la población. Utilizaron los restos de esta para hacer armaduras de huesos. Luego cogieron las piedras de las casas y las utilizaron para lanzarlas contra las murallas.... y así todo. No dejaron huerta sin destruir, casa sin arrasar, árbol sin cortar. Hasta los Orcos se asombraron de la destrucción y el Caos que causaron sus "Señores Negros". Bueno, seguiré desde el punto de la llegada del Ejercito de la Desesperación a las murallas de Britania.
Y llegasteis a la muralla entonces?. ( Léase aquí Gran Cantidad de Piedras Puestas, en versión Orca).
Si, y la pillamos abierta. Por lo visto los debiluchos que la protegían sentían pena de los debiluchos que estaban fuera. Es algo que "Los Señores Negros" nos advirtieron que pasaría. Por eso dejamos enteros a unos cuantos "debiluchos" y los soltamos. Fue divertido ver como corrían... nuestros arqueros hacían apuestas sobre cuantos llegarían a las murallas de la ciudad. Teníamos ordenes de dejar vivos a unos cuantos, pero también nos dijeron que podíamos comernos a alguno de ellos. Era un nuevo tipo de guerra, nos dijeron los Señores. Guerra pis.... pisco, psicicico....
Psicológica.
Eso. Dejar pasar a unos cuantos para poder entrar en la ciudad. Ah, que bonita batalla fue esa. Las murallas estaban guarnecidas por alguien llamado "Guardia Real Blanca" o algo así. No luchaban mal para ser debiluchos grasientos, pero nosotros luchamos mejor. Khaled "Hacha Sangrienta" mató a diez guardias delante de mí. Y yo a cuatro. Hacia tiempo que no me sentía tan bien. La carne desgarrada por mi hacha de combate, el sonido de las armaduras y los huesos rompiéndose, la sangre roja por todos lados... es algo maravilloso.
Lo sé, lo sé... puede ser algo asqueroso oírle, pero es lo que había. Por lo visto el Orco había notado que me ponía pálido al escuchar su "hazañas", y por lo visto también, se divertía contándome hasta el más ínfimo detalle. Por supuesto, no los pondré aquí. Desde esa noche tengo visiones sobre el destripamiento, el laceramiento y el desgarramiento y posterior comida de un hombre... ¡Todavía Vivo!. Yo por lo menos lo hubiera asado antes.
Y entonces?.
Entonces atacamos de noche Skalde. Es algo que no nunca se nos habría ocurrido. Los Orcos preferimos ver la cara del enemigo, ver la expresión de su cara antes de arrancarle la cabeza. No es honorable hacerlo de noche, pero no tuvimos opción. Los Señores Negros se impacientaban. Querían ver las Grandes Piedras de la ciudad arrancadas. Y funcionó. Yo estaba allí cuando rodaron las cabezas de los debiluchos Skalde, de unos vestidos del color de la hierba. No se comportaban como los demás, usaban arcos.
Curioso... nuestros nobles dicen lo mismo. Odian los arcos y las ballestas. Dicen que no es propio de "seres civilizados" usarlas. Para mí, que odian que, un instrumento tan sencillo les puedan matar. Té pasas la vida aprendiendo a usar la espada. Té pasas la vida embutido en hierro por todos lados. Y justo aparece un campesino con dos palos, una cuerda de intestino, y una punta de metal y te derriba. Quizás por eso me caen tan bien los arqueros. Acusarme de traidor a mi clase, pero no soy un elitista. Mi hermana Aurelia está allí para recordármelo con sus aventuras. Recuerdo una que...
No, mejor para otro día. Prefiero seguir hablando de esa larga noche.
Por donde estabamos?. A sí, por el ataque Orco a la muralla de la ciudad y la masacre de la Guardia Verde. Fueron rechazados, pero no antes de mutilar todos los cuerpos que encontraron. El odio de un Orco a los arqueros es legendario. Sigo con la transcripción de esa noche:
Pero os rechazaron... y la legendaria fiereza Orca?.
Me miró con sus ojos rojos con una furia indescriptible, antes de contestar:
Teníamos ordenes. Ordenes de los Señores de debilitar las defensas. Se nos ordenó abandonar las Grandes Piedras. Hubiera sido una gran batalla, no crees?.
Preferí no contestar. Personalmente prefiero participar en las batallas que sé que puedo ganar. Eso a un Orco le da igual. Solo quiere sangre y carne. Aunque por lo visto están aprendiendo tácticas en estos tiempos. En el futuro será mas complicado matarlos. Y luego me preguntan porqué vivo en Magincia. Una isla es mas fácil de defender, no?. Vale, me autoengaño, pero es lo que espero.
Además, no hizo falta entrar a buscarlos... un día salieron todos. Los "Señores Negros" nos dijeron que comernos a gente cerca de las murallas haría que eso pasara. Ellos desperdiciaban la comida. No esta bien asarla antes de destriparla. En fin, la cosa es que salieron. Ah... que gran batalla fue, Skalde. Estaban todos juntos y nos lanzamos contra ellos. Los estúpidos del Clan de los Huesos fueron los que avanzaron primero. Los de la Espada Negra sabemos que no hay que ir los primeros. Los hombres palo los suelen derribar. (si, se refería a los arqueros supervivientes, claro). Pero logramos acercarnos, Skalde, y los despedazamos allí mismo, donde estaban. Estabamos cerca del enemigo. Veíamos caer a los odiados debiluchos uno a uno, y los despedazábamos donde caían. Yo logré destripar a seis caballeros con mi Hacha. Al fin era digno de mis antepasados. Estabamos ganando... y perdimos la oportunidad de masacrar a la gente de la Gran Cantidad de Piedras Centrales ( ¿la capital?) por el.
¿El?.
El era... ¿como los llamas tu?... "cabralleros"?. Vaya, un Orco perfeccionista. Hasta ahora, habíamos llevado la conversación en la lengua Orca. Por supuesto, esto es lo que "quise decir", no lo que posiblemente dije. Pero claro, no hay "Caballero" en la lengua Orca, por supuesto. El que dijera la palabra en nuestra lengua daba a entender que este Orco en particular, era mas listo de lo que decía.
Caballeros, aunque no irías muy descaminado. Si, lo se, la ironía no es una cualidad Orca. Por supuesto, no lo entendió, o si lo entendió no lo dejó entrever en esa verde cabezota que tenia. Siguió como si nada el relato.
Ese era distinto. Tenia algo que nos daba miedo. Era muy parecido a lo que sentíamos al ver a los "Señores Negros". Y era distinto también. Y era bueno, muy bueno en la batalla. Quizás tuviera sangre Orca en sus venas.
Vamos, que le tenían miedo. Esta vez me guardé de decírselo al Orco. Lo que quería oír era este punto de la batalla.
Pero cuando realmente nos dio miedo fue cuando nos habló. Nos habló en la lengua de los "Señores", retándolos. Retando a los "Señores Negros" por la posesión de la ciudad... y por la posesión de su alma también. Y debía ser algo importante, ya que nos ordenaron parar el combate.
Que os lo ordenaron?.
Algo se apropió de nuestras cabezas, Skalde. Por mas que lo intentábamos, no podíamos movernos. Y no podíamos cortar cabezas, a pesar de tenerlas tan cerca. Solo podía moverse el estúpido Ogro que iba en cabeza. Los dos brillaban como la luz del sol en un día de verano, Skalde (y luego dicen que los Orcos no son poetas). Y la batalla fue preciosa. Golpes y golpes durante mucho, mucho tiempo. Y yo sin poder intervenir, Skalde. Solo podía verla.
Y que pasó?
Paso algo terrible, Skalde. Perdimos. El Caballero le metió la espada hasta la empuñadura en las tripas, y fue cuando nos pusimos a huir.
Huir?. Los Orcos?.
Si, todavía no nos lo explicamos Skalde, pero las cosas que controlaban nuestras cabezas, nos hicieron dar media vuelta y salir corriendo. Huían de "EL".
"El". Con mayúsculas. Estaba empezando a pensar que había habido mas de una intervención en esa batalla.
Y fue cuando te hirieron.
Y fue cuando me hirieron tres debiluchos como tu. Mi cabeza quería moverse, seguir luchando, pero lo que me controlaba solo quería irse lo mas lejos posible de "EL". Casi no me di cuenta cuando me hirieron por primera vez. Ni a la segunda, ni a la tercera. Pero luego me hirieron en la pierna y ya no pude continuar. Caí al suelo, en medio de mis hermanos de Camada. Y para vergüenza mía, cuando desperté, aparecí aquí atado.
Así que Globruk no vio el final de la batalla. Bueno, como datos de interés no estaban mal. Tenia que poner en orden mis ideas antes de continuar con mis informes, y la noche había sido muy larga. Decidí dejar las preguntas para mas tarde y dormir un poco.
Tengo que irme unas horas, Globruk. Ha sido un día muy largo.
Aun tuvo coraje para sonreírme.
Si consigo soltarme de estas cadenas, tu noche será mas larga, Skalde.
Naturalmente no quise aceptar ese "amable" ofrecimiento, así que me fui a la habitación del guardia. Fue llegar a la cama y caer rendido. Mientras se velaban mis ojos, no dejaba de correr por mi mente la historia una y otra vez. Una y otra.....
WAAAAAGH!
El aullido me despertó sobresaltado. El reloj de arena había bajado mucho desde que me había acostado, y la tercera luna estaba en su cenit. El ruido partía de la celda de Globruk. Por un instante tuve la idea de volver a dormirme y desechar el investigarlo, pero el Bardo que hay en mi no soportaba la idea de dejar la historia a medias. Así que me dirigí raudo la puerta, mientras los gritos se sucedían una y otra vez con mayor frecuencia. No eran gritos de combate, sino de dolor.
Al llegar a la puerta, lo que vi casi me hace vomitar. Los soldados que me habían acompañado, junto al noble que había entrevistado, estaban torturando con látigos y hierros al rojo vivo a Globruk. Brevemente, sus ojos escarlatas se cruzaron con los míos, y vi miedo y una petición de ayuda. Y yo decidí que ya tenia bastante. Avancé hacia ellos.
A, Quinto, venga aquí, esto es muy divert.....
Antes de que terminara de hablar, su cara se volvió roja y me miró con una cara de asombro. Luego miró la empuñadura de mi espada, que sobresalía de su barriga y chilló con la certeza de que iba a morir. Y al hacerlo me sentí en paz. No obstante, la ventaja de la sorpresa no iba a ser suficiente para acabar con los soldados que le acompañaban. Mercenarios de Bucanniers Den, duchos en batallas. Cinco contra uno. Posiblemente me quedaban dos minutos de vida como mucho. Y el pedir ayuda a la guardia había dejado de ser una opción al pinchar con mi espada al Noble. No, esto terminaría en ese momento. Así que hice lo que debía. Con un corte horizontal, corté las cadenas del gran Orco. El grito de guerra que pegó en ese momento, casi me deja sordo, pero dado que en apenas diez segundos ya habían caído tres de los mercenarios, no me podía quejar. Y mientras Globruk destripaba al quinto con el brazo de uno de sus compañeros, yo gané la batalla contra el cuarto. Mi padre siempre decía que la música amansaba a las fieras, así que cogí el Laúd e hice lo que mejor sabia: utilizarlo como porra contra su cabeza y luego ensartarlo con la espada. Y en apenas cuarenta segundos todo había acabado. Solo quedábamos Globruk y yo, que es cuando me di cuenta de que el Orco me sacaba un metro como mínimo y que era carnívoro. Me preparé para la batalla. Y esperé. Y seguí esperando. Y esperé un poco mas, ya que el Orco parecía ocupado reponiendo fuerzas con los cinco mercenarios. Cuando todo parecía un cuadro escarlata, pareció darse cuenta de que yo también seguía vivo, y se dirigió hacia mi. Ese fue el momento en el que en apenas cinco segundos conseguí ver toda mi vida, rezar a veinte dioses distintos y prepararme para el impacto. Cerré involuntariamente los ojos. Y volví a esperar.
Nada. el silencio de la celda se podía palpar. Pero no pasaba nada. Entreabrí por fin los ojos, y lo que vi me dejó atónito. El Orco estaba arrodillado mostrándome su cuello. Al fin se percató de que tenia los ojos abiertos, y en lengua Orca, me habló:
Tu has ayudado a Globruk, Skalde. Yo prometo ayudarte a ti en tu vida. Mi destino era peor que la muerte y tu me ayudaste, a pesar de que los debiluchos eran de tu camada. Prometo seguirte y ayudarte... y no comerte a ti ni a los de tu camada.
Fue cuando tan solemne juramento fue roto por un suspiro de alivio mío. Vale, reconozco que lo que hice olía mal y que tuve que lavarme después, pero hay que comprender el momento. Honor Orco. Me había jurado lealtad un Orco de dos metros y medio.
A Edem no creo que le gustara un Orco en "El Refugio Del Lobo", pensé. Y también pensé en que esto le fastidiaría mucho. Así que acepté, naturalmente.
Tuvimos que esperar hasta la mañana siguiente para lograr salir inadvertidos del Castillo. Fue una noche muy dura, en la que nos dedicamos a hacer desaparecer cualquier rastro de la escena del calabozo. Bueno, cuando digo "dedicamos" me refiero a Globruk, naturalmente. Nunca me dijo donde escondió los cuerpos de los caídos, pero dada sus características culinarias, preferí no saberlo.
Tuve que utilizar toda mi persuasión y 3000 monedas de la bolsa del noble para poder llevarme un carro cerrado. Ese es el inconveniente de un criado verde y de dos metros y medio... no cabe en un barril. Se necesita algo grande. También tuve que utilizar toda mi persuasión para que Globruk no se comiera a los caballos y que estos se tranquilizaran en su presencia. Lo cual casi no tiene importancia, dado que el grito de alivio que pegué al pasar las puertas del Castillo casi me delata. Al fin libre, me dije. Libre del encargo de la carga y con mucho trabajo. Parecía respirarse por todos lados esa libertad. Ya no se oían sonidos de batalla, y la gente parecía feliz. Feliz de seguir vivos, feliz de no ser el menú de algún ser, o feliz por contagio general, pero feliz al cabo. Y ya se empezaban a contar historias sobre "EL Caballero". Sobre aquel que había salvado la ciudad el solo. Un Bardo de la Clase baja, ya contaba los primeros versos:
Y en el día mas oscuro
Cuando la maldad llamó
El caballero plateado
De los Cielos bajó.
Duelo de titanes
entre el bien y el mal
Hasta la empuñadura
La espada,
Se la hizo clavar
Volviendo al Reino
De los cielos.
Y seguía y seguía... Los versos no tenían rima ni jamas se cantarían en la corte, pero era lo que el pueblo prefería. La famosa leyenda del Caballero que lideró la Carga de la Guardia Negra y que salvó a las gentes de Britania del mal.
Y esto, me dije, es algo con lo que no contaban. Ni la Corte, ni los Magos del Consejo, ni mi Clan. El famoso guerrero, convertido en una leyenda popular. No por gracia de los bardos, sino por el pueblo, que no entiende de política... curioso era, que ellos entendieran mejor que una leyenda aporta mas que 100 espadas, en esta era de sombras. Aporta fe. Y partimos sin mirar atrás, por el camino a Trinsic, con el corazón reconfortado por la leyenda de la "Carga de La Guardia Negra y El Caballero Plateado".