miércoles, abril 11, 2007

El General si tiene quien le escriba

Es curioso, como a veces, los titulos, los cargos, lo que poseemos, esconde lo que somos realmente. A veces, no da justicia de quien somos, o quien queremos ser. Aqui teneis un ejemplo.

El General de Division, Raul Antonio de Mier y Torrens, Alcalde de Aracataca, Barranquilla y Santa Marta, Jefe Municipal de Policia de Barranquilla, Inspector jefe de aduanas en la frontera con Brasil, Jefe de la costa del Partido Conservador; Y si Colombia reconociera los titulos nobiliarios, tambien hubiera podido ser el Quinto Marques de Mier...
Veis lo que digo?. Titulos altisonantes, que no le hacen justicia. Yo, como el preferia, prefiero llamarle... "mi abuelo".

A el tampoco le gustaba todo eso. El decia que era un hombre, no un caballo pura sangre que necesitara todo eso. Era un hombre bueno y sencillo. Tambien era un hombre de armas tomar, pero al estilo antiguo. Era uno de los ultimos caballeros, en un mundo que estaba cambiando.
Para empezar, su nacimiento. En ese momento, mi bisabuelo, no estaba casado, por imposicion de mi tatarabuelo, y mi abuelo nació como hijo natural. Cierto, luego lo corrigieron, casandose por todo lo alto, pero es algo que le marcó toda su vida.

En esa epoca, si eras de clase media alta (es decir, aquellos que se creian de clase alta, pero que no tenian los medios ni el dinero para demostrarlo), y querias ser considerado un caballero, podias hacer tres cosas:
1º- Vivir de las rentas y de los negocios.
2º- Meterse Sacerdote.
3º- Meterse Militar.

Mi bisabuelo, no tenia rentas de las que vivir, asi que, al joven Raul, lo metieron en el convento para que fuera sacerdote. El destino queria otra cosa, ya que, desde joven, mi abuelo (y eso se lo enseñó a su hijo, y este a mi), amó y respetó profundamente a las mujeres. Cuando, a la sexta vez, lo cogieron escalando la tapia del convento, para ir tras "mujeres de reputacion dudosa", y tambien tras "mujeres sin reputacion, directamente", lo expulsaron.
Dicen que mi bisabuelo se lo tomó de dos maneras, su expulsion. Publicamente expresó su desagrado por el comportamiento de su hijo. En privado, se alegró profundamente de que "por lo menos alguien de la familia, le gustara mas perseguir faldas que ponerselas (en alusion al vestido sacerdotal)".
Seguia sin tener dinero, o por lo menos no el necesario para vivir de las rentas, asi que, la opcion que le quedaba, era el ejercito. Y alli lo enviaron como oficial.
Estos ejercitos, eran los ultimos ejercitos romanticos. Si bien, empezaban a ser profesionales, los altos mandos, se podian comprar, o eran ocupados como si fuera un titulo o una profesion, de padres a hijos. Sorprendentemente, si bien no eran profesionales del todo, los que ocupaban estos cargos se comportaban bastante bien en los combates. Era la epoca de los ultimos estertores de "las guerras caballerescas", con lances de honor, duelos personales....
La sorpresa, la dio mi abuelo. Sobre todo a mi bisabuelo el coronel. Colombia, en esa epoca, tenia guerras a elegir. Si no era la frontera con Nicaragua (si, Panamá era parte de Colombia en esa época), eran guerras por o contra Perú, Venezuela, Brasil, Ecuador..... Y si por alguna razón no habia enemigo exterior, las guerras entre liberales y conservadores estallaban en el interior. Y en ellas destacó mi abuelo.
Su momento cúlmen, fueron la guerra de los mil dias, (1900 - 1903), entre liberales y conservadores. Para esa época, mi abuelo ya era Coronel, y un destacado miembro del Partido Conservador. Los liberales, una vez mas, se sublevaron, y estalló el conflicto.
Y aqui, entra la leyenda... o la literatura. Cada vez, sospecho mas de esto.
El jefe militar de la zona de Santa Marta Liberal, era el abuelo de Gabriel Garcia Marquez. El Conservador, era mi abuelo. No se si, fue la ineptitud del abuelo de GGM o que se enfrentaba a un militar de carrera, pero el caso es que, mi abuelo le hizo correr bastante, en esa epoca.
Y aqui entra la leyenda. Estoy convencido de que, algunos de los relatos de GGM, estan basados en historias de la epoca, algunas protagonizadas por mi abuelo. Quizás no pueda probarlo nunca, ya que GGM no contesta a las cartas (la ultima vez que lo hizo, le vendieron la respuesta), pero estoy cada vez mas seguro. Algunas historias de los Buendia, en Cien años de soledad... La historia de la espera de un puesto en el gobierno de "el coronel no tiene quien le escriba", calcada a la espera de mi abuelo por un cargo que nunca llegó... y la proximidad historica de dos familias, que encima se conocian y que interactuaron en la historia de la zona, es demasiado sospechoso.
Creo que es el, pero no lo puedo demostrar.
En fin... sigamos con mi abuelo. Al principio, decia que los cargos, los abalorios, los "titulos de caballo", como decia el, no le hacian justicia. Que a veces no hacen justicia a las personas.
Ciertamente, no en mi abuelo. Era capaz de desaparecer durante dos meses, haciendo esperar en vano a un ministro, y pegandose esa "juerga de la vida", como de desobedecer una orden por inmoral. Lo de "juerga de la vida", es un termino que el usaba para, ese momento en el que toda persona deberia hacer en su vida. Una gran juerga, un viaje, una gran fiesta, un viaje iniciatico... depende de la persona, pero que debe hacer para que su vida esté completa. En el caso de mi abuelo, fue empezar una fiesta en Bogotá, en compañia de un Obispo (amigos de escalada del convento), y despertarse en medio de la plaza de las 3 culturas, en Mexico DF, apuntados por el ejercito federal mexicano, en plena revolucion. Mi abuelo era terco en lo que pasó en esos meses, pero llamadas de Panamá, de Nicaragua, de Mexico, 9 meses despues, con "paquetes incluidos", mas unas disculpas de la embajada colombiana en Mexico por un incidente que "oficialmente no pasó" de dos juerguistas, uno de uniforme, y otro de sotana por todo Mexico me da cierta idea.
Por si os lo preguntais, el ministro esperó y siguió esperando. Y mi abuelo, vanamente, esperó quien le escribiera desde la capital para un puesto. Aunque la verdad, le importaba un comino eso.
Luego, entró en la politica. O mas bien, le metieron en ella. Quizá los alcaldes de ahora sean diferentes, pero los de antes, aparte de aglutinar mucho poder, tenian que vivir con ciertas "normas de etiqueta". Debian ir escoltados, debian comer en el consistorio, con comidas pantagruelicas... etc. El flamante alcalde, sorprendió a todo el mundo por dos de sus decisiones. Una, dijo que "era militar de carrera, y que no necesitaba que lo cuidaran del pueblo". Y dos, que mantuviera las "comidas de etiqueta", maxime cuando el era "parco en el yantar".
Las clases altas, pronto comprendieron el porqué. Era costumbre, que los restos de la comida, se repartieran entre los pobres. Mi abuelo, compinchado con el Obispo (si, seguia siendolo), exigia grandes cantidades de comida. Y, tras probar su racion, mandaba repartir el resto para los necesitados, auxiliado por el Obispo.
Era un hombre bueno, que preferia estar con los niños que con los politicos, a los que dejaba esperando, para llevar a las marionetas a los hijos de los vecinos. Y era un hombre honrado. Pudo haberse quedado con fortunas, bien por decomiso, bien por sobornos, pero no soportaba a los tramposos. Que, justo en esa epoca, cambiaran el sistema de voto por el sistema universal, fue lo que necesitó para ganar las veces que quiso las alcaldias, con desespero de los demás candidatos. Y que, siendo el alcalde, pudiera sentarse en medio de la plaza mayor, tomandose un café y hablando con los que pasaran, sin que nadie le increpara, dice bastante de el.

Amó a su esposa, y amó a las mujeres. Entraba en colera cuando veia que se las maltrataba, y mas de uno probó su bastón por hacerlo. "A una mujer, no se le pega ni con Flores", decia.
Quizás mi amor por ellas viene de el, ya que a mi me lo inculcó mi padre. Y a él, el suyo.
Como ves, abuelo, El General si tiene quien le escriba, aunque sea en este Blog.

Un saludo de Edem, que espera ser tan buena persona como tu, o como tu hijo, mi padre.

Vale.