lunes, mayo 29, 2006

Relatos (II)

Este era una prueba en doble sentido. Queria saber si era capaz de escribir un relato de larga duración, y a la vez queria saber si podia hacer un relato con diferentes "puntos de vista". La historia es simple... es una accion militar en medio de una batalla. Pero la clave es ver como la cuentan diferentes personas...


La carga de la Guardia Negra
Señor, ya están aquí los hombres que solicitó.
Gracias sargento.... que pasen, por favor. El soldado primero.
Adelante....
El soldado entró en la habitación que me habían designado. Sus modales y su porte indicaban que no me tenia el mayor respeto.
Claro que el contraste entre su uniforme hecho jirones y mi ropa, recién salida de una recepción del Castillo, no ayudaban a ello. Y el que en lugar de descansar le hubieran ordenado venir a mi presencia tampoco.
Suspiré.... esto no iba a ser fácil. Sus primeras palabras me lo confirmaron.
Así que tú eres el Escribano Soplagaitas.
Vaya.... me había tocado un intelectual. Es por eso que me gustan los soldados. Con ese lenguaje tan directo y tan claro, opinando siempre lo que piensan.... no como los cortesanos a los que estoy acostumbrado. Decidí dejarle las cosas claras.
Esto me gusta tanto como a ti, soldado, pero prefiero que me llamen Bardo.
Al ver que no picaba en su insulto, me hizo lo que normalmente se hace en estos casos.... lanzarme una mirada de odio a la cara. Por lo visto, semanas de lucha no habían atemperado sus ansias de sangre..... pero conmigo no iba a tener pelea.
Sabes porque estoy aquí?.
Por la dichosa batalla?.
Y también por la Carga.
A sí.... la famosa Carga de la Guardia Real Negra. Pero por los simples soldados no te preocuparías, Soplagaitas. Siempre es igual. Hacemos el trabajo y la mención es para los caballeros.
Las cosas son como son, soldado.... yo solo cumplo con mi trabajo, como tu con el tuyo.... así que.... empezamos?.
Se lo pensó.....y sin decir nada mas, tomo la silla que estaba en su lado de la mesa y se sentó. Luego, sin preguntar, cogió la botella de vino y le dio un largo trago.
Por lo menos tienes buen gusto con el vino..... esta bien.
De acuerdo.... yo Quinto Sertorio, el Bardo, por orden del Consejo de Magos de Magincia y por la Hermandad, en el Reino Unificado, día y mes..... etc., etc. Todo listo. Empecemos por el principio.
- Ya sé lo que quieres oír, Bardo, pero, al contrario de lo que te dirán, no nos pillaron con los calzones bajados.
Es curioso... hasta hace unas semanas, este era el puesto mas solicitado del Reino. Doble paga, putas y el pueblo cerca.... y lo más importante para un soldado, no había peligro. A lo máximo que nos habíamos enfrentado, era a una incursión orca contra la muralla, que solía terminar con sus cuerpos llenos de flechas. Hasta hace unas semanas.
Al principio, no nos dimos cuenta de lo que se nos venia encima, Bardo. Si, algunas de nuestras patrullas no volvían, y se veían a lo lejos fuegos y humos, pero en estas tierras, esto es lo normal. Hasta que empezaron a llegar las gentes de los alrededores. Contaban historias sobre un gran ejercito de monstruos... la Horda, la llaman. Y entraron en la ciudad. Ya sabes como es la mente de los campesinos.... ven un conejo negro y creen que es un monstruo.
Pero esta vez no se equivocaban. Es mas, se quedaban cortos. Un día, los vimos desde la muralla. Esta vez no era una incursión.... era algo más. Las murallas de la ciudad se cerraron y nos pusieron a todos en alerta.
Y empezó el asedio....
Y empezó la masacre, soplagaitas. No todas las poblaciones de los alrededores habían sido avisadas, y la Horda se abalanzó sobre ellos. Luego, nos echaron sus restos encima. Y asaltaron la muralla exterior. Allí fue donde acabaron con la Guardia Blanca. Los pobres cabrones no tuvieron la menor oportunidad......
Vaya.... una cosa que tendría que cambiar en el informe final. "Y en cumplimiento con su deber, los Guardianes de las puertas de la muralla exterior, murieron combatiendo al enemigo, todos con la cara hacia ellos, entorno a su bandera". Mucho mejor.
Y consiguieron entrar.
Di mas bien que entraron por la fuerza, soplagaitas.... lo que nos salvó fue las murallas interiores. El pánico se había extendido entre la población y también en la Milicia de la ciudad. Tu habrás visto los lienzos de la muralla, no?.
Si que los había visto. Y aun hoy, que siguen los combates en algunas partes de la ciudad, los había visto casi destrozados. No.... arrancados, mas bien. Y esos eran los que se estaban reparando. No los había visto después de la batalla. Intervine.
Y tu?. Dónde estabas, soldado?.
Yo estaba en mi puesto, en la muralla interior del Castillo. Ese día no tuvimos mucho trabajo, pero los siguientes nos las vimos y deseamos para rechazar los constantes ataques de los Orcos. Sus generales parecían tener un plan de conquista.
Generales?.
Mira, cuando se es soldado, se reconoce a un oficial, aunque este sea verde, peludo y de tres metros de altura.... Él.... como se dice... si, el halo de autoridad es inconfundible. Su porte su....
Este era uno de los motivos de mi viaje a Britania. Saber algo mas sobre este ejercito organizado..... y si realmente estaba organizado.
Vale, dejemos en que eran fácilmente reconocibles. Y que pasó en la muralla?.
Ya sé por donde vas, Bardo. Si, los arqueros de la Guardia Verde fueron masacrados, en uno de los intentos del enemigo por tomar la muralla norte. Los pobres desgraciados pensaban en términos de honor y esas sandeces.... y murieron por ello. Por lo menos eso nos dio opción a echar a los Orcos de la muralla.
Otra cosa que debería cambiar en el informe final.... "y fieles a su lema, "No Rendición, No Retirada" los miembros de la Guardia Verde murieron combatiendo al enemigo".
Mas que un informe me estaba saliendo un poema épico. Por un momento, el soldado supo en que estaba pensando, y me miró con sus enrojecidos ojos. Y tampoco se anduvo con rodeos.
Esto no es un juego, soplagaitas. Has combatido alguna vez?. No.... ya veo que no.
Donde tu ves gloriosas batallas, yo veo sufrimiento. Donde tu cantas grandes gestas, yo veo a camaradas caídos, sangre, dolor. No hay honor ni gloria en este oficio, Bardo.
Creo que lo entiendo.....
No, no lo entiendes. Pero da igual. A estas alturas ya da igual.
Encima filosofo.... esta iba a ser una noche larga.
Y que pasó después?.
Lo que se estaba esperando desde el principio de la invasión.... que la Milicia de la ciudad se acojonó y llamo en ayuda a las Guardias que quedaban.
Aquí tal vez debería hacer un inciso. Cuando me refiero a las Guardias, me estoy refiriendo por supuesto a la Guardia Real. Dicha Guardia esta.... o estaba, según se mire, dividida en varios destacamentos. Cada uno había tomado el nombre del color de su bandera, y tenían en un principio funciones distintas.
Así, la Guardia Blanca tenia que defender las puertas exteriores de la ciudad. La Guardia Verde eran arqueros de elite, que tenían que defender el muro norte del Castillo. El Este del muro era para la Guardia Roja y el Oeste para la Guardia Azul. Y luego estaba la Guardia Negra. Tenia el cometido de defender tanto el muro sur como el Palacio, así como a Lord British. Hubo en otros tiempos una Guardia Dorada, pero fue aniquilada por las demás cuando juraron lealtad a Lord Blackthorn. La Guardia Real Negra tomó sus atribuciones. No es que tuvieran mas funciones, puesto que Lord British se había marchado, pero, tal como dice mi hermana Aurelia "Si te pagan dos veces por no hacer nada, bienvenido él titulo".
Y salieron del Castillo, Claro.
Y salieron, soplagaitas, dejándonos a los demás defensores con el culo al aire. Claro que no tenían otra opción. Los muy cabrones de las Milicias sabían que su "honor" y su "caballerosidad" iban a pesar en la decisión. Y mientras las Milicias entraban, las Guardias salían.
Y fue cuando formaron en alas.... la Guardia Roja en la derecha, la Guardia Azul en la izquierda y la Guardia Real Negra en el centro.
Mira..... ya te lo he explicado antes.... yo soy un soldado y no....
Lo sé, no ves las formaciones.....
No soy tan tonto soplagaitas... además el que cuenta la historia soy yo.
Ahí me había pillado. Y se lo reconocí.
Tocado, soldado.
No, no formaron en alas, por lo menos en un primer momento. Se pusieron a cantar. ¡Cantar!. Te lo quieres creer?.
Bueno, todos los manuales dicen que un canto guerrero anima la moral y además puede asustar al enemigo.
Manuales que posiblemente hayas escrito tu.
Tenia un don este soldado para meterse con los demás. Me empezaba a caer bien.
- Eso es una tontería. Primero, dudo mucho que esos Orcos nos entendieran. Segundo, cuando superas al enemigo en treinta o que sé yo.... cuarenta a uno, y además eres dos metros más grande, dos metros más ancho, pues no creo que te asusten los cantos de una panda de humanos.
Has dicho Orcos?.
Bueno.... había de todo. Ogros, Trasgos, Momias, No Muertos.... pero los Orcos eran los que predominaban. Los cabrones hacían ver verde en toda la ciudad.... de echo consiguieron que me diera asco ese color.
Y las alas.....
Si, formaron en estúpidas alas. Ya sabes, pose clásica de poemas épicos. Vanguardia, Retaguardia, Ala Izquierda, Ala Derecha.... otra estupidez. Pero claro, la Guardia Real es llevada por Nobles.
Que supiera casi con certeza que mi familia fuera noble no creo que le importara a estas alturas a este soldado..... y además, esa afirmación conllevaba la pregunta que estaba esperando:
Estupidez?.
Tu has visto la extensión de las calles cerca de las murallas, Soplagaitas?. Apenas caben cinco o seis hombres. Que importancia tenia una formación allí?. Hasta yo sé que no hay sitio para maniobrar.... pero aun y todo lo hicieron. Formaron una de esas formaciones que tanto os gusta poner en los libros de historia. Lanceros delante, detrás Ballesteros y Arqueros detrás, y en las Alas la poca Caballería que les quedaba. Donde habían guardado los caballos es algo que no acabo de comprender, puesto que en las primeras semanas de asedio nos comimos los que había en los establos, pero.... ahí estaban.
Y comenzó la batalla.....
Si, eso que llamáis Batalla de las Puertas de Britania. Portas Britanniae creo que queréis llamarla. Para mí, otro sitio donde se vertió la sangre de mucha gente.... brutal y asqueroso, Soplagaitas. Mas bien fue una carnicería.
De acuerdo. Y que pasó entonces?.
Al principio la cosa estaba muy tranquila... bueno, tranquila para ser una batalla, claro. Recuerda que mientras tus cabro... digo tus heroicos caballeros luchaban, nosotros estabamos defendiendo las murallas. Así que solo vi trazos de ella. Vi como los Arqueros lanzaban sus flechas, y como la primera fila de Orcos caía. Pero era inútil. Eran una Horda. Incluso vi como la segunda fila cayó también, pero la tercera consiguió llegar a los Lanceros. Y aunque estos lograron ensartarlos, el resto de los Orcos sencillamente pasó por encima de ellos. Como si hubiera sido una alfombra verde.
Y luego?. Luego aparecieron en la muralla unos veinte de esos bichos de color verde y no pude ver que pasó abajo. Para cuando los eliminamos, la batalla de las Puertas se estaba perdiendo. Ya no quedaba rastro de la mayor parte de los Lanceros, y los pocos uniformes negros... o azules o rojos, ya puestos, estaban luchando mas por vivir unos segundos mas que por ganar la batalla. La batalla estaba perdida, y esos desgraciados lo sabían. Y las filas verdes atacaban una y otra vez.... una y otra vez. Parecían olas de un mar de muerte, soplagaitas.
Y fue cuando ocurrió el Punto de Inflexión de la batalla....
Que demonios es eso?.
Me había olvidado que este no era mas que un simple soldado.....
El punto en el que la batalla cambió.
A sí.... fue por ese Oficial. Decididamente era un Oficial. Llevaba la banda amarilla en el pecho, así que debía ser noble. Desde un principio estaba en la vanguardia de la batalla.... y lo raro es que seguía vivo todavía. O era muy hábil luchando o los tenia....
Si, ya sé que era valiente. Que esto lo tengo que llevar al Consejo.....
Total, escribirás lo que quieras... los Bardos siempre lo hacen.
Lo irónico es que tenia razón al respecto.... pero por supuesto no podía decírselo. Hay noticias y noticias. Y a pesar de que había sido enviado por el Alto Consejo de Magos de Magincia para recabar datos, no podía darles un escrito en el que se llamara "cabrones" a los nobles que comandaban él ejercito. En parte porque todos son parientes, y en parte porque..... bueno, porque nobleza obliga. Así que el arte de retocar los relatos es bastante bien conocido por los de mi Gremio.
Yo me limito a escribir lo que oigo, soldado....
Si, y yo soy un hada gris. En fin, por donde íbamos?.
Ibamos por el Oficial.
A sí, el caso es que por lo visto, se encontró con el General de la Horda. Y le lanzó un desafío. ¡Un desafío!. Para mí que estaba loco o algo así. Eso esta muy bien para vuestros libros pero....
Si, si.... y que paso?.
Que la bestia parda.... un Señor de los Ogros muy alto.... ¡le respondió!. Y le respondió con un movimiento de cabeza tan afirmativo, que todos entendimos el mensaje.... Algo así como "voy a cortarte en pedacitos y luego me los comeré asados". Todo en un movimiento de cabeza..... Y como por arte de magia, la batalla en las puertas se paró. Todo el mundo quería verla... hasta los Orcos. Tenias que verlos. Por un lado, un caballero con una armadura abollada, una espada que brillaba mucho, y un escudo azul en la mano. Y por otro, un Señor de los Ogros con el hacha más grande que he visto en mi vida. Mas alta que yo seguro.
Y?
Para ser un Bardo, no tienes paciencia.
Por lo visto estaba disfrutando con esto..... me estaba dejando en ascuas, y en el mejor momento de la función.... y no podía mandarle al infierno..... y lo sabia.
Lo sé, un defecto de mi familia. Por favor, sigue.
Bien. En un principio, no pasó nada. Se miraron el uno al otro durante un largo tiempo.... unos 6 segundos. Y el Ogro avanzó hacia el Oficial. Corriendo. Y levantando el hacha, la lanzó hacia el Caballero. Este, intentó detener el golpe con el escudo, pero no le sirvió de nada. Se partió en pedazos delante de la cara del Caballero. El Ogro volvió a lanzar un ataque, y esta vez el Caballero se apartó. El sonido del Hacha en el suelo se oyó hasta en Trinsic, te lo puedo asegurar.
Y entonces?.
Entonces el Caballero contraatacó con su espada. Puesto que no tenia un escudo, ahora la cogía con las dos manos. Quizá para tener mas fuerza, vete a saber. Creo que en ese momento, comprendía que era hombre muerto a menos que lograra sorprender a esa mole parda. Dio un giro con la espada y con todas sus fuerzas atacó. De izquierda a derecha. No le sirvió de mucho, claro, ya que el Ogro la paró con el mango del Hacha. Y después se rió del Caballero. Y le golpeó con el mismo mango. El Caballero fue a parar tres metros mas atrás.
Y se abalanzó sobre él.
No. Esperó a que se levantara.
La sorpresa igual se vio en mi rostro, porque me miró, y me asintió rotundamente.
- Si, a mí también me parece raro, y yo estuve allí. Pero la bestia esperó a que se levantara. Quizá tuviera algo de honor también. O quizá fuera un noble como los nuestros....... En fin, la cosa es que esperó a que se levantara.
Y fue cuando el noble contraatacó.
Digamos que recibió una buena tunda durante unos cinco minutos. Cada vez que lanzaba un corte o una estocada, el Ogro se limitaba a pararla y a enviar al noble al suelo. Y esperaba a que se levantara. Y el pobre diablo lo hacia. Y recibía mas golpes.... y volvía a levantarse. Y entonces......
Entonces?
Entonces el hacha de batalla se partió. Por lo visto no era tan estúpido. Había golpeado el hacha siempre por el mismo sitio. Y en el momento de partirse vimos dos cosas. Una, que el Caballero le metió hasta la empuñadura su brillante espada, y dos, la cara de sorpresa del Ogro antes de morir. Y la sorpresa debía ser general, porque en un minuto o dos, nadie habló. Era como uno de esos cuadros que Lord British guardaba en el museo. Uno de esos en los que las figuras están quietas
Estáticas.
Lo que sea. Pero nadie, ¡nadie! Se movió. Salvo el caballero, que tranquilamente, como si estuviera en un día de campo, cogió la espada, la sacó del cuerpo, la limpió de sangre y gritó eso de ¡Britannia! Que se espera que griten los nobles cuando han hecho algo heroico. Esto fue como un vomitivo de los malos para todo el mundo, sobre todo para los de nuestro bando. Que debieron ver la luz después de un día muy largo. Y cargaron contra los Orcos. Cargaron...... bueno, mas que carga, embistieron contra los Orcos. Y estos, a pesar de ser mas.... huyeron. Si, huyeron..... a saber, igual estaban asustados por la muerte de su líder, o era una de sus tácticas guerreras..... o simplemente querían comer en sus casas. Pero huyeron. Por lo que me han dicho, todavía están huyendo.... y hace un mes de eso.
Y el caballero?.
Eso es lo más curioso de todo, Soplagaitas. Después de la batalla, se esfumó. Estaba ahí en un momento, y en el siguiente ya no. Y esta vez no había bebido, te lo juro. Y con el paso de los días, nadie pudo volver a verlo. Ni a el, ni a su caballo....
Y el escudo que esta colgando en el Palacio de Su Señoría?.
A sí.... eso es lo único que quedó de el. Muy raro....
Raro?.
Si... emite como sonidos y vibraciones..... a ningún lacayo del Palacio él gusta acercarse a el.
En el cuarto de Guardia se han hecho muchos favores para no tener que estar de guardia junto a el. Hubo uno que hasta cambió un par de guardias en esa habitación por una ronda entera en invierno. Y créeme, para hacer eso, o sé esta cagado de miedo, o a uno le gusta el frío. Quizás tu no lo sepas Soplagaitas, pero el frío de Britania es ese tipo de frío que se te mete en los huesos... ningún estúpido habría cambiado su guardia.... a menos que tuviera mucho miedo.
Bien.... acababa de oír de los labios de un soldado borracho los primeros apuntes de una leyenda nueva..... y me daba a mí que esta acabaría entrando en el folclore local más adornada.
Apostaría lo que fuera, a que con el tiempo, en lugar de un Caballero seria un Dios el que bajara a la tierra, o algo así. Por lo menos podría mandar a ese viejo borracho a dormirla.....
Bien soldado... es todo?.
Por mi parte sí, Soplagaitas. No eres tan mal tipo, incluso para ser Noble....
Pues por la mía tampoco. Llévate la botella si quieres.... y haz pasar al Oficial, por favor.
Ni me habló después de esto. Se levantó con la botella en la mano, abrió la puerta de la habitación de un golpe, y farfulló algo así como.... "el soplagaitas... digo, el escribano quiere que entre señorrrrrr" y se marchó.
El Oficial que entró inmediatamente después, indudablemente era un noble. Cinco semanas de combates, asedio ininterrumpido de los seres más horribles que pueblan la faz de Britania, y se las había arreglado para mantenerse limpio y elegante en medio de una suciedad inmunda y porquería por doquier. Su traje podría haber pasado la ultima moda de la alta sociedad de Jhelon y sus joyas eran de lo ultimo que habían creado los orfebres de Skara Brae. Y su porte.... bueno, su porte denotaba poder. Poder con mayúsculas. De ese que se tiene por la sangre, la fortuna y los antepasados. Decidí ser más cuidadoso con el que con el soldado. Me levanté rápidamente.
Bienvenido Señor....
Quinto Sertorio?.... tu nombre me es conocido.... de Magincia quizá?.
Esto iba a peor.... sabia quien era, por lo que quizás también sabría para quien trabajaba. No iba a sacar mucho en limpio con él. Suspiré y me limité a asentir con la cabeza.
Sí señor. Verá, sé que debería estar descansando, pero me han ordenado conseguir datos sobre la batalla de Portas Britanniae. Y dado que alguno de su categoría estuvo implicado, me han ordenado que debería ser usted el que me lo contara.
Un poco de coba nunca viene mal en mi trabajo. Es lo primero que se aprende cuando sirves en una corte. Y generalmente funciona. Como esta vez. Su cara se iluminó al oír mis lisonjas y pareció relajarse. Digo pareció porque sé realmente como funcionan las mentes de Palacio y normalmente ocultan lo que piensan.
Cierto.... estuve allí. Estaba como Legado de los ejércitos de Su Señoría.... un paso mas para mi carrera... y justo en mi turno ocurre esta invasión. Bien, por lo menos servirá para mi hoja de servicios.
Tiraba alto este Oficial. Lo que me había dicho en pocas palabras, era que intentaba utilizar el cargo militar para llegar a conseguir uno político. Y dado que era Legado, su familia debía ser muy importante y poderosa. Pies de plomo, me decía este discurso, pies de plomo. Y además estaba contento con la invasión.... como si hubiera sido diseñada solo para él.
De acuerdo señor.... Yo Quinto Sertorio, Bardo, Enviado por Su Señoría, el Consejo de Magos y la Hermandad certifico que todo lo que se diga aquí es un testimonio libre, etc. etc.........
Ya es oficial. Podemos empezar, señor.
Y se lo tomó literalmente como una invitación a hablar. Vaya noche..... uno que no hablaba mas que borracho, y otro al que no había manera de hacerle parar la conversación.... y a este no podía mandarle callar.
Bien, fue un día espléndido el día que supimos que estabamos siendo invadidos. Al fin algún desafío mas que sacar el halcón para cazar o tirar a la ballesta contra un poste. Era una magnifica ocasión para ganar un historial. Al principio, oímos las historias de costumbre de la chusma.... ya sabes, ven un oso y piensan que es un ogro que se les abalanza con una espada. Por supuesto, no dimos importancia a la palabra de esos patanes, y seguimos con nuestros asuntos. Era temporada de caza, y tenia un nuevo corcel para estrenar que seguramente iba a causar sensación en la corte. Pero nada. Estos Orcos estropearon mi triunfo. 5000 monedas para importarlo de Delucia, una silla de montar de piel de gárgola de fuego.... total para que unos repugnantes seres acapararan la atención de la Corte. Espantoso, no crees?.
Muy larga iba a ser esta noche. Me había tocado además un presuntuoso. Y seguía hablando. A veces este trabajo es realmente malo.
- En fin, ya que estaban, teníamos que presentarles batalla, pero no, no se atuvieron a las leyes de la guerra establecidas, tenían que venir a Britania. Tardaremos semanas en poner presentable la ciudad. No lo hueles?. Todavía huele a Orco, incluso aquí. Bueno.... por donde íbamos?. A sí, por supuesto, fue culpa de esa chusma campesina. Las ordenes de Su Señoría estaban claras, y había que tener abiertas las puertas de la ciudad para que esos zopencos de los alrededores entraran. Te quieres creer que un grupo de nobles, intentamos hacer que cerraran las puertas y se nos negó?. Salvar las vidas de sus súbditos, decía Lord Kaltos. Es lo que nos pide Su Señoría, decía. Total, que por esos patanes los Orcos entraron. Con las puertas abiertas, hasta ellos consiguieron encontrarlas.
Por supuesto, no se les podía dejar entrar así como así, por lo que ordenamos a la Guardia Blanca que defendiera las puertas. No sirvió de mucho, claro. Al fin y al cabo, no tenían Oficiales nobles que les llevaran a la batalla, y, por mucho que Su Señoría insista en que esos patanes campesinos pueden ser buenos oficiales, hace falta la sangre y los antepasados necesarios para ello. Por lo menos su lucha fue bastante interesante de ver. Muy deportiva, en mi opinión. Aquel día gané 500 monedas de oro por una apuesta sobre cuanto iban a durar esos zopencos.
Elitista, clasista, y un sin fin de "istas" se le podrían aplicar a este tipo. Francamente, esperaba que algún día, un Orco ensartara su cabeza en una lanza..... bueno, a estas alturas, no es que me cayera mal, es que no lo soportaba. Y seguía hablando.
Luego, nos recluyeron como a ovejas en el Palacio de Su Señoría. Fue muy desagradable. Me había dejado mis pertenencias en mi casa, y cuando les ordené a los criados que fueran por ellas, los muy cobardes argumentaron que ¡tenían miedo de los Orcos!. Total, tuve que pasar la noche en una habitación con sabanas de fieltro que picaban y sin mi ropa de seda de Tokuno para dormir. No, eso no era digno de un caballero de mi rango. Y luego esos aullidos de los Orcos. Muy desagradables. Ya ni siquiera se comportaban de forma civilizada. Hasta atacaban por la noche. ¡Por la noche!. Una vez, casi consiguen llegar a mis aposentos. Fue cuando esos estúpidos de Serpents Hold, los Arqueros de la Guardia Verde, se dejaron matar por una pandilla de ogros. Arqueros... Puagh. Por lo menos podrían haber tenido la decencia de morirse en paz. Pero no, agonizaron durante días. Desagradable de oír. Y los cirujanos del ejercito se negaban a hacerlos callar cuando se lo pedíamos. Tan difícil era taparles la boca con un trapo?. En fin. Después de cinco semanas de asedio, decidimos que ya era bastante. Queríamos combatir y expulsar a esa chusma de nuestra ciudad. Así que presionamos a Lord Kaltos para hacer una salida con las Guardias Reales que quedaban. Por supuesto, pedí unirme a la Guardia Real Negra. Si tenia que luchar, por lo menos lucharía entre caballeros.
Mira por donde.... aquí podía enfadarle un poco y además sin repercusiones. Así que con malicia, me atreví a preguntarle:
Entonces Señor, ensillaría su caballo, claro. Alguien de su prestigio no podría ir con menos.
Di en el clavo. Su rostro se volvió rojo de repente.
¡No!. Esos patanes que tenemos como soldados, se habían comido mi caballo. 5000 monedas, y acaba asado y en la barriga de esos cerdos borrachos que tenemos de soldados. No, tube que ir a pie. Solo quedaban unos pocos caballos vivos. Pero el mejor era el de Él.
Él?.
Si, el Oficial que estaba al mando de la Guardia Negra. Su aspecto era resplandeciente, su ropa de la más fina seda tokunesa, y sus armas eran de una calidad suprema. Y su caballo.... blanco, sedoso, de importación. Solo su caballo ya costaría 20000 monedas. Un caballero como los Dioses mandan. Por lo menos uno de los nuestros demostraba a los patanes de esa chusma de soldados como debía ser y comportarse un caballero.
Y su nombre, Señor?.
Te quieres creer que nadie lo conoce?. Alguien así no hubiera pasado desapercibido en la Corte. No con esos modales, esas ropas y esas armas. Y nadie sabe ni quien es. Es como si se hubiera materializado justo ahí. Pero si que era de los nuestros. Y salimos. Salimos con los restos de otras Guardias del Castillo. La Guardia Roja y la Guardia Azul nos acompañaban. Ibamos al fin a dar una lección a esos rufianes de piel verde. Y fue cuando nuestros soldados adujeron que era un suicidio ir. Pero sabíamos como tratar a estos desalmados, y tras un par de latigazos salieron a las puertas. Por supuesto, los libros de tácticas, recomendaban hacer una formación decente, así que eso ordenamos. Lanceros delante, Arqueros detrás.... y los pocos caballeros que guardaban sus monturas en las alas. Perfecta.... una formación perfecta. Yo por supuesto, estaba en la retaguardia, por si mis servicios eran necesitados. Y los vimos llegar a nuestras posiciones. ¡Dioses, que maravilloso fue!. Como en los cuentos. Tres cargas de su infantería fueron rechazadas por los Arqueros que nos quedaban, y la cuarta fue desecha por nuestros lanceros. Que gestas, que perfecto era todo. Y así se mantuvo la batalla, sin darme siquiera la oportunidad de entrar en combate hasta mucho tiempo después. Si que es verdad lo que dicen en los poemas épicos. Se pierde el sentido del tiempo. Mientras esperas la carga del enemigo, mientras preparas tus armas, mientras luchas.... puede ser eterno, y sin embargo no debió pasar mucho.
- Por supuesto, nuestros soldados no tuvieron las agallas para resistir a esa Horda desorganizada, así que debimos intervenir al fin. Teníamos que dar ejemplo. Fue mejor de lo que esperaba. El placer de hincar la espada en el vientre del enemigo, el dar mandoblazos sobre sus cabezas. Ver correr la sangre por todas partes.... me encontraba en mi mejor día desde hacia tiempo.
Y que pasó con el Caballero?.
A sí.... lo veía de reojo. Era rápido y certero, y parecía como si los Orcos le tuvieran miedo. Y sonreía. Siempre estaba en lo más peligroso del combate, y nos daba ánimos para seguir. Epico, era épico. Y se encontró con ese Jefe Ogro. No sé que le diría en su lengua, pero en ese momento, la batalla se paralizó. Fue cuando comprendimos que le había desafiado, como correspondía hacer. Y el Ogro, aceptó el desafío también.... extraño comportamiento en una bestia, no crees?. Ah! Ese si que fue un combate digno de ver. En medio de un circulo de armas, el caballero y el ogro se enfrascaron en una lucha de titanes. A cada golpe del caballero, el ogro devolvía otro, a cada finta una contrafinta. Y eso que el ogro llevaba un hacha gigante. Por supuesto, no era mucho pedir un arma más noble que esa, pero no... tenia que ser un hacha. Pero en fin, era digno de ver. Hasta que el caballero cayó de un golpe. Pero claro, nobleza obliga, y sin quejarse, volvía a levantarse, a coger su espada y a seguir combatiendo. Hasta que lo mató. Fue algo rápido, muy rápido. El caballero, había estado golpeando su espada sobre el mismo sitio del hacha del ogro, y había aguantado golpes por ello. Así que no es de extrañar, que cuando logró romperle el hacha, le clavará hasta la empuñadura en la barriga la espada. Y por supuesto, dedicó la victoria a su patria, como mandan las leyes de caballería. ¡Britannia!. Me enorgullecí de estar allí, créeme. Y a todos, hasta él más zopenco de esos patanes que tenemos como soldados también. Era su pasaporte a la gloria y lo sabían. Así que atacaron al enemigo. Y por supuesto, este salió huyendo. Fue muy divertido. Perseguíamos Orcos, ogros, trolls, y les cortábamos la cabeza. Las apuestas que se cruzaron entonces fueron muy elevadas, y me alegra decir que gané lo suficiente para comprarme otro caballo. El baile de la Corte de Trinsic es dentro de tres semanas, así que tengo tiempo para arreglarme y.....
Tenia que parar esto ahora. En este punto ya me estaba dando repugnancia verlo.
Disculpe Señor..... y el Caballero?.
Lo había sorprendido, ciertamente.
Pues, a decir verdad, no sabemos dónde esta. Y eso que lo buscamos después de la batalla. Solo hemos encontrado su escudo. Y entre la chusma del pueblo, ya sé esta diciendo que fue un Angel, o un Dios el que bajó a Sosaria a defender Britania. A saber. Falta mucho para acabar, Quinto?. Tengo que comprar unas botas de piel de Fénix y esta charla me ha quitado un tiempo muy valioso.
Seguro, pensé.
No señor, puede irse. Muy amable por su testimonio Señor. Me aseguraré que en la Corte sepan de su valentía, y que sepan que se portó en todo momento como un caba.......
Su cara se iluminó, y más cuando le tuve que dar coba durante mas tiempo. Tardé cinco minutos en echarle sin que se notara que le echaba y otros diez en serenarme lo suficiente como para llamar al Sargento. Todavía me quedaba un testigo que ver en esa noche, y este no sabia como iba a reaccionar. Por lo menos no seria en esta habitación tan fría.
Cuando estabamos bajando al calabozo, sus gritos y bramidos se oían y resonaban en todas partes, y eso que faltaban tres pisos para verle. Los soldados y el Sargento que me acompañaban se estaban poniendo muy nerviosos. Y solo con oír. No me imaginaba lo que debió ser oír a miles como él, y no ya luchar contra ellos. Y por décima vez, me lo preguntó de nuevo.
Señor, esta seguro de esto?. De verdad no quiere que estemos a su lado?. Esa cosa puede ser muy peligrosa.
Tranquilo Sargento, esta encadenado. Así que sus servicios no son necesarios.
Todavía no sé si su cara era de preocupación por mí ( o por su puesto si me pasaba algo, su carrera terminaría en la Isla de Hielo más cercana) o de satisfacción al no tener que estar cerca del prisionero. Debía ser lo ultimo, dado que al llegar al final de la escalera se disculparon alegando "servicio de armas en la torre norte" y se marcharon todos. Bien, por lo menos tendría intimidad.
Me acerqué a los barrotes de la prisión poco a poco, para que su olfato se pudiera acostumbrar a mí. O por lo menos intentarlo, claro. Y en parte tuve una reacción. Por lo menos dejó de dar gritos. Este iba a ser un interrogatorio muy peculiar. Que yo supiera, pocos Bardos podrían haberse jactado de haber interrogado a un Orco guerrero..... y de no haber sido también parte de su comida.
El "Manual de Acercamiento" de Lady Tagra, el conocido también como el "Manual del Primer Contacto", dice que no se debe tener miedo de lo desconocido, que se deben observar las posturas del contrario, y que se deben tratar de tomar sus costumbres. Estaba claro que Lady Tagra no había tenido contacto con los Orcos. A mi no me apetecía comer carne humana para desayunar, y menos todavía cruda. Y en cuando a su lenguaje... bueno, ni los Orcos mismos se ponían de acuerdo en hablarlo, así que no digamos los lingüistas. Antes de mi partida, consulté a catorce, entre los mas afamados de la Corte, y lo único que saqué en claro es... que no lo tenían nada claro. Decidí esperar a oír sus primeras palabras. Quizás fuera algo con lo que relacionarnos.
Tu, comida Globruk. Globruk libre de cadenas y Globruk comerse intestinos tuyos.
Decididamente no me gustaba esta relación. Intenté comunicarme en su lengua. De verdad, lo intenté. A saber que entendió él.
Prefieres hablar en el lenguaje de los únicos?.
Por supuesto, aquí pondré lo que quise decir. Con lo difícil que es pronunciar y lo imposible que es comprenderla, lo más probable es que dijera algo así como "tu entender lengua raza civilizada" o algo por el estilo. Claro que también, dado que el lenguaje Orco depende de como lo dices, con que letras lo dices, y además el contexto en el que lo dices, podría haberle dicho " la pierna de cordero es azul en el armario", o algo peor. Pero por lo visto me había tocado la versión traductor de la raza Orca. Me entendió.
Y como un debilucho como tu sabe nuestra lengua?.
Debilucho suena mejor que "saco de carne grasiento al que me gustaría destripar en canal" que era la otra posibilidad de traducción. En fin, por lo menos tenia curiosidad en conocerme.
Es mi trabajo Globruk. A que Clan perteneces?.
Globruk no te dirá nada, Lengua de excremento de mongbat. Globruk no traicionará al Clan de la Espada Negra.
Cierto, también se me olvidaba que los Orcos no tienen muchas luces. Quizás por eso son una raza tan atrasada. Pero había dejado caer algo importante. El Clan de la Espada Negra... ese Clan no es de Britania. Ni siquiera es de la Mazmorra de la Desesperación. Que nosotros supiéramos, era un Clan de la Isla de Hielo. El cómo uno de sus miembros había llegado hasta las puertas de Britania, cuando lo mas avanzado en tecnología que tenían era una balsa de troncos, era bastante interesante. Probé la adulación y la burla. Eso siempre funciona para conseguir información.
Me han hablado de tu Clan, Globruk. Dicen los Bardos que es un Clan guerrero. Pero también decían que no se mueven de las "tierras frías". Que no tienen barcos.
Tenemos barcos, Skalde. Nos lo dieron los Señores Negros. Un día, vinieron a nuestra cueva. La matanza fue espléndida, hasta que la camada juró lealtad. Y nos dieron barcos, Skalde. Barcos tuyos. Seis barcos.
Siempre funciona. Hasta con los Orcos. Si ya lo decía mi maestro. Tenia que haber hecho la carrera de Espía o la de Informador. Claro que es lo que realmente hago, pero no para la Corte, sino para otros fines. En fin, sigamos con la relación.
Sin saberlo, el Orco había dejado caer retazos de información muy interesantes. "Señores Negros" era lo que más me aterraba. Era la manera de los Orcos para referirse a los seres del mal. Nosotros los llamaríamos "Señores del Caos". Por lo que me contaba, habían ido a la Gran Cueva de la Isla de Hielo para unir a los diferentes Clanes Orcos. Por supuesto, los Orcos no se habían tomado muy bien eso de tener invitados, y habían tratado de expulsarlos. Lo que pasó después, era de suponer. Unos cuantos hechizos Arcanos, convocación de Demonios del Caos... y Orcos destripados. Y luego, la sumisión de los Orcos al Señor Negro, el cual les había dado como premio seis barcos. Barcos nuestros. A saber que les pasó a los pobres diablos que los tripulaban. Posiblemente acabarían en la barriga de los Orcos. Sabíamos que se preparaba algo entre los Señores del Caos, pero, para que utilizar a los Orcos?. Y lo más irónico, es que, sus poderes, combinados con la barbarie de la jaurías Orcas había estado apunto de derrotarnos. No funcionó el plan de Blackthorn de traerse a los Jukas. No funcionó el de los ataques de los piratas. Todos planes elaborados, y unas criaturas con la inteligencia de una planta, casi conquistan nuestra capital. Irónico. Y por lo visto, el Orco le había cogido gusto a los relatos. Siguió hablando. Lo que me extrañaba es que hubiera llegado a la edad adulta. Los Orcos no eran muy proclives a la conversación. Si se piensa, es lógico. Cuando en una raza, las palabras mas usadas son "comer y matar", la filosofía compleja no es una rama que destaque en su cultura. Por lo que sabemos, en los Orcos prima la violencia bruta sobre todo. El Jefe del Clan consigue el puesto matando y comiéndose al jefe anterior, y su carrera se ha tenido que jalonar con mas festines de este tipo.
Nuestro Chaman vio la batalla Skalde. Y vio que éramos muchos los que odiaban a los debiluchos blancos ( ¿creo que no hace falta decir quienes eran estos debiluchos, verdad? ). Y vio que llegaríamos a la Ciudad del Gran Jefe. Y que entonces la arrasaríamos y nos comeríamos los corazones de los debiluchos. Todo eso vio, antes que nos lo comiéramos.
Si, también son caníbales. Sobre todo con aquellos que están dotados para "hablar con los dioses". Dicen que si hablan con ellos, están mas cerca de ellos, y se los comen de vez en cuando. Quizás por eso la religión no ha pasado del chamanismo.
Y el Amo Negro os juntó con los demás seres.
Sí. Pero era un mal amo. No nos dejaba comernos a los Pieles Verdes, ni siquiera a los Trolls. Decía que teníamos que ser una gran camada para tomar la Ciudad del Gran Jefe. También decía que el Gran Jefe no estaba, pero que sus guerreros eran muy buenos. Pero tenia sus rasgos de bondad en ocasiones. Nos daba granjeros sebosos para comer. Asados vivos... nunca habíamos comido carne tan tierna.
A mí lo que me extrañaba era que los hubieran asado. Si, soy algo insensible, pero es que es su cultura. Para ellos somos un manjar en el "menú". Lo único que les gusta mas, son los enigmáticos Hombres Lagartos, los Pieles Verdes. Dicen que están más correosos, pero que su carne sabe mejor. A saber. Nunca los he probado, aunque con un poco de salsa de...
Bueno, eso quizá era un problema para el Maestro Chef Real o como se hiciera llamar el Cocinero en esa mole de piedra. Volví al interrogatorio.
Y fue cuando cruzasteis la Gran Agua (aquí huelga decir que para un Orco, "Gran Agua" es una extensión de agua grande... véase un río, un lago o un mar. Aunque prefieren vivir en el interior de cuevas, no desdeñan los asentamiento cerca de los cauces, aunque no por lo que pensamos nosotros, sino porque mas tarde o más temprano algún viajero despistado pasaría por allí a beber).
Fueron días y días en el mar Skalde. De vez en cuando, los Amos Negros capturaban barcos de humanos y nos dejaban comérnoslos. Pero fue muy aburrido en su mayor parte. Ninguna matanza importante, ningún ser al que despedazar y comérnoslo, ninguna diversión, como torturar a una bola grasienta. Pero todo eso quedo olvidado al bajar en la vieja tierra. Allí la diversión fue muy buena...
A veces, en mi trabajo, es muy difícil poner las expresiones de la gente a la que entrevisto. Y este es uno de los momentos en los que envidio a los pintores. A medida que el Orco hablaba de sus "diversiones", su cara dejaba translucir un enorme placer. Placer mezclado con diversión y unas ganas de vivir que no he logrado encontrar en otros seres. Parecía recordar esos momentos con gran... dulzura.
Si, esa seria la palabra exacta. Dulzura y cariño, como uno atesora el recuerdo de un día de verano perfecto o el primer beso a una mujer. Nos separaba algo mas que una forma de vida, nos separaba diferentes estilos de verla, de vivirla, diferentes roles morales. Para él, era de lo mas corriente destripar a un aldeano. Para él, no seria distinto de cuando llega la época de matanza de los cerdos para nosotros. Y que yo sepa, solo tres seres han intentado preguntar por sus sentimientos a los cerdos: Lady Tagra, mi hermana Lady Rea Silvia y "Avalon" el Dragón del Clan. Que ninguno haya respondido no impide que los cerdos no puedan contestar, pero por ahora, no hemos dado con la clave para que lo hagan. Quizás el que "Avalon" los asara vivos influyó, pero vete tú a saber. En fin, mi disgresión ha sido mas bien, para evitar contar las "diversiones" del Orco. Y también para que tu, posible lector, entendieras su "cultura". Vale, quizás comparar una obra musical del gran Aternay con las 84 formas de cocinar a un aldeano sea excesiva, pero es lo que hay. Y dado que el Orco parecía disfrutar contándome sus atrocidades, le dejé explayarse agusto. No seria plan de contar eso de "y entonces fue cuando nos comimos a los niños de la aldea del Gran Río; y entonces nos limpiamos los pies de la sangre de los debiluchos caballeros del Fuerte de la Plata; y entonces nos".... así hasta el infinito. Gracias a los dioses, al cabo de cuarenta minutos llegó a la Ciudad. Por lo que pude averiguar, los Señores del Caos lo arrasaron todo. Y cuando digo todo, me refiero a todo en forma literal. Mataron (o se comieron) a la población. Utilizaron los restos de esta para hacer armaduras de huesos. Luego cogieron las piedras de las casas y las utilizaron para lanzarlas contra las murallas.... y así todo. No dejaron huerta sin destruir, casa sin arrasar, árbol sin cortar. Hasta los Orcos se asombraron de la destrucción y el Caos que causaron sus "Señores Negros". Bueno, seguiré desde el punto de la llegada del Ejercito de la Desesperación a las murallas de Britania.
Y llegasteis a la muralla entonces?. ( Léase aquí Gran Cantidad de Piedras Puestas, en versión Orca).
Si, y la pillamos abierta. Por lo visto los debiluchos que la protegían sentían pena de los debiluchos que estaban fuera. Es algo que "Los Señores Negros" nos advirtieron que pasaría. Por eso dejamos enteros a unos cuantos "debiluchos" y los soltamos. Fue divertido ver como corrían... nuestros arqueros hacían apuestas sobre cuantos llegarían a las murallas de la ciudad. Teníamos ordenes de dejar vivos a unos cuantos, pero también nos dijeron que podíamos comernos a alguno de ellos. Era un nuevo tipo de guerra, nos dijeron los Señores. Guerra pis.... pisco, psicicico....
Psicológica.
Eso. Dejar pasar a unos cuantos para poder entrar en la ciudad. Ah, que bonita batalla fue esa. Las murallas estaban guarnecidas por alguien llamado "Guardia Real Blanca" o algo así. No luchaban mal para ser debiluchos grasientos, pero nosotros luchamos mejor. Khaled "Hacha Sangrienta" mató a diez guardias delante de mí. Y yo a cuatro. Hacia tiempo que no me sentía tan bien. La carne desgarrada por mi hacha de combate, el sonido de las armaduras y los huesos rompiéndose, la sangre roja por todos lados... es algo maravilloso.
Lo sé, lo sé... puede ser algo asqueroso oírle, pero es lo que había. Por lo visto el Orco había notado que me ponía pálido al escuchar su "hazañas", y por lo visto también, se divertía contándome hasta el más ínfimo detalle. Por supuesto, no los pondré aquí. Desde esa noche tengo visiones sobre el destripamiento, el laceramiento y el desgarramiento y posterior comida de un hombre... ¡Todavía Vivo!. Yo por lo menos lo hubiera asado antes.
Y entonces?.
Entonces atacamos de noche Skalde. Es algo que no nunca se nos habría ocurrido. Los Orcos preferimos ver la cara del enemigo, ver la expresión de su cara antes de arrancarle la cabeza. No es honorable hacerlo de noche, pero no tuvimos opción. Los Señores Negros se impacientaban. Querían ver las Grandes Piedras de la ciudad arrancadas. Y funcionó. Yo estaba allí cuando rodaron las cabezas de los debiluchos Skalde, de unos vestidos del color de la hierba. No se comportaban como los demás, usaban arcos.
Curioso... nuestros nobles dicen lo mismo. Odian los arcos y las ballestas. Dicen que no es propio de "seres civilizados" usarlas. Para mí, que odian que, un instrumento tan sencillo les puedan matar. Té pasas la vida aprendiendo a usar la espada. Té pasas la vida embutido en hierro por todos lados. Y justo aparece un campesino con dos palos, una cuerda de intestino, y una punta de metal y te derriba. Quizás por eso me caen tan bien los arqueros. Acusarme de traidor a mi clase, pero no soy un elitista. Mi hermana Aurelia está allí para recordármelo con sus aventuras. Recuerdo una que...
No, mejor para otro día. Prefiero seguir hablando de esa larga noche.
Por donde estabamos?. A sí, por el ataque Orco a la muralla de la ciudad y la masacre de la Guardia Verde. Fueron rechazados, pero no antes de mutilar todos los cuerpos que encontraron. El odio de un Orco a los arqueros es legendario. Sigo con la transcripción de esa noche:
Pero os rechazaron... y la legendaria fiereza Orca?.
Me miró con sus ojos rojos con una furia indescriptible, antes de contestar:
Teníamos ordenes. Ordenes de los Señores de debilitar las defensas. Se nos ordenó abandonar las Grandes Piedras. Hubiera sido una gran batalla, no crees?.
Preferí no contestar. Personalmente prefiero participar en las batallas que sé que puedo ganar. Eso a un Orco le da igual. Solo quiere sangre y carne. Aunque por lo visto están aprendiendo tácticas en estos tiempos. En el futuro será mas complicado matarlos. Y luego me preguntan porqué vivo en Magincia. Una isla es mas fácil de defender, no?. Vale, me autoengaño, pero es lo que espero.
Además, no hizo falta entrar a buscarlos... un día salieron todos. Los "Señores Negros" nos dijeron que comernos a gente cerca de las murallas haría que eso pasara. Ellos desperdiciaban la comida. No esta bien asarla antes de destriparla. En fin, la cosa es que salieron. Ah... que gran batalla fue, Skalde. Estaban todos juntos y nos lanzamos contra ellos. Los estúpidos del Clan de los Huesos fueron los que avanzaron primero. Los de la Espada Negra sabemos que no hay que ir los primeros. Los hombres palo los suelen derribar. (si, se refería a los arqueros supervivientes, claro). Pero logramos acercarnos, Skalde, y los despedazamos allí mismo, donde estaban. Estabamos cerca del enemigo. Veíamos caer a los odiados debiluchos uno a uno, y los despedazábamos donde caían. Yo logré destripar a seis caballeros con mi Hacha. Al fin era digno de mis antepasados. Estabamos ganando... y perdimos la oportunidad de masacrar a la gente de la Gran Cantidad de Piedras Centrales ( ¿la capital?) por el.
¿El?.
El era... ¿como los llamas tu?... "cabralleros"?. Vaya, un Orco perfeccionista. Hasta ahora, habíamos llevado la conversación en la lengua Orca. Por supuesto, esto es lo que "quise decir", no lo que posiblemente dije. Pero claro, no hay "Caballero" en la lengua Orca, por supuesto. El que dijera la palabra en nuestra lengua daba a entender que este Orco en particular, era mas listo de lo que decía.
Caballeros, aunque no irías muy descaminado. Si, lo se, la ironía no es una cualidad Orca. Por supuesto, no lo entendió, o si lo entendió no lo dejó entrever en esa verde cabezota que tenia. Siguió como si nada el relato.
Ese era distinto. Tenia algo que nos daba miedo. Era muy parecido a lo que sentíamos al ver a los "Señores Negros". Y era distinto también. Y era bueno, muy bueno en la batalla. Quizás tuviera sangre Orca en sus venas.
Vamos, que le tenían miedo. Esta vez me guardé de decírselo al Orco. Lo que quería oír era este punto de la batalla.
Pero cuando realmente nos dio miedo fue cuando nos habló. Nos habló en la lengua de los "Señores", retándolos. Retando a los "Señores Negros" por la posesión de la ciudad... y por la posesión de su alma también. Y debía ser algo importante, ya que nos ordenaron parar el combate.
Que os lo ordenaron?.
Algo se apropió de nuestras cabezas, Skalde. Por mas que lo intentábamos, no podíamos movernos. Y no podíamos cortar cabezas, a pesar de tenerlas tan cerca. Solo podía moverse el estúpido Ogro que iba en cabeza. Los dos brillaban como la luz del sol en un día de verano, Skalde (y luego dicen que los Orcos no son poetas). Y la batalla fue preciosa. Golpes y golpes durante mucho, mucho tiempo. Y yo sin poder intervenir, Skalde. Solo podía verla.
Y que pasó?
Paso algo terrible, Skalde. Perdimos. El Caballero le metió la espada hasta la empuñadura en las tripas, y fue cuando nos pusimos a huir.
Huir?. Los Orcos?.
Si, todavía no nos lo explicamos Skalde, pero las cosas que controlaban nuestras cabezas, nos hicieron dar media vuelta y salir corriendo. Huían de "EL".
"El". Con mayúsculas. Estaba empezando a pensar que había habido mas de una intervención en esa batalla.
Y fue cuando te hirieron.
Y fue cuando me hirieron tres debiluchos como tu. Mi cabeza quería moverse, seguir luchando, pero lo que me controlaba solo quería irse lo mas lejos posible de "EL". Casi no me di cuenta cuando me hirieron por primera vez. Ni a la segunda, ni a la tercera. Pero luego me hirieron en la pierna y ya no pude continuar. Caí al suelo, en medio de mis hermanos de Camada. Y para vergüenza mía, cuando desperté, aparecí aquí atado.
Así que Globruk no vio el final de la batalla. Bueno, como datos de interés no estaban mal. Tenia que poner en orden mis ideas antes de continuar con mis informes, y la noche había sido muy larga. Decidí dejar las preguntas para mas tarde y dormir un poco.
Tengo que irme unas horas, Globruk. Ha sido un día muy largo.
Aun tuvo coraje para sonreírme.
Si consigo soltarme de estas cadenas, tu noche será mas larga, Skalde.
Naturalmente no quise aceptar ese "amable" ofrecimiento, así que me fui a la habitación del guardia. Fue llegar a la cama y caer rendido. Mientras se velaban mis ojos, no dejaba de correr por mi mente la historia una y otra vez. Una y otra.....
WAAAAAGH!
El aullido me despertó sobresaltado. El reloj de arena había bajado mucho desde que me había acostado, y la tercera luna estaba en su cenit. El ruido partía de la celda de Globruk. Por un instante tuve la idea de volver a dormirme y desechar el investigarlo, pero el Bardo que hay en mi no soportaba la idea de dejar la historia a medias. Así que me dirigí raudo la puerta, mientras los gritos se sucedían una y otra vez con mayor frecuencia. No eran gritos de combate, sino de dolor.
Al llegar a la puerta, lo que vi casi me hace vomitar. Los soldados que me habían acompañado, junto al noble que había entrevistado, estaban torturando con látigos y hierros al rojo vivo a Globruk. Brevemente, sus ojos escarlatas se cruzaron con los míos, y vi miedo y una petición de ayuda. Y yo decidí que ya tenia bastante. Avancé hacia ellos.
A, Quinto, venga aquí, esto es muy divert.....
Antes de que terminara de hablar, su cara se volvió roja y me miró con una cara de asombro. Luego miró la empuñadura de mi espada, que sobresalía de su barriga y chilló con la certeza de que iba a morir. Y al hacerlo me sentí en paz. No obstante, la ventaja de la sorpresa no iba a ser suficiente para acabar con los soldados que le acompañaban. Mercenarios de Bucanniers Den, duchos en batallas. Cinco contra uno. Posiblemente me quedaban dos minutos de vida como mucho. Y el pedir ayuda a la guardia había dejado de ser una opción al pinchar con mi espada al Noble. No, esto terminaría en ese momento. Así que hice lo que debía. Con un corte horizontal, corté las cadenas del gran Orco. El grito de guerra que pegó en ese momento, casi me deja sordo, pero dado que en apenas diez segundos ya habían caído tres de los mercenarios, no me podía quejar. Y mientras Globruk destripaba al quinto con el brazo de uno de sus compañeros, yo gané la batalla contra el cuarto. Mi padre siempre decía que la música amansaba a las fieras, así que cogí el Laúd e hice lo que mejor sabia: utilizarlo como porra contra su cabeza y luego ensartarlo con la espada. Y en apenas cuarenta segundos todo había acabado. Solo quedábamos Globruk y yo, que es cuando me di cuenta de que el Orco me sacaba un metro como mínimo y que era carnívoro. Me preparé para la batalla. Y esperé. Y seguí esperando. Y esperé un poco mas, ya que el Orco parecía ocupado reponiendo fuerzas con los cinco mercenarios. Cuando todo parecía un cuadro escarlata, pareció darse cuenta de que yo también seguía vivo, y se dirigió hacia mi. Ese fue el momento en el que en apenas cinco segundos conseguí ver toda mi vida, rezar a veinte dioses distintos y prepararme para el impacto. Cerré involuntariamente los ojos. Y volví a esperar.
Nada. el silencio de la celda se podía palpar. Pero no pasaba nada. Entreabrí por fin los ojos, y lo que vi me dejó atónito. El Orco estaba arrodillado mostrándome su cuello. Al fin se percató de que tenia los ojos abiertos, y en lengua Orca, me habló:
Tu has ayudado a Globruk, Skalde. Yo prometo ayudarte a ti en tu vida. Mi destino era peor que la muerte y tu me ayudaste, a pesar de que los debiluchos eran de tu camada. Prometo seguirte y ayudarte... y no comerte a ti ni a los de tu camada.
Fue cuando tan solemne juramento fue roto por un suspiro de alivio mío. Vale, reconozco que lo que hice olía mal y que tuve que lavarme después, pero hay que comprender el momento. Honor Orco. Me había jurado lealtad un Orco de dos metros y medio.
A Edem no creo que le gustara un Orco en "El Refugio Del Lobo", pensé. Y también pensé en que esto le fastidiaría mucho. Así que acepté, naturalmente.
Tuvimos que esperar hasta la mañana siguiente para lograr salir inadvertidos del Castillo. Fue una noche muy dura, en la que nos dedicamos a hacer desaparecer cualquier rastro de la escena del calabozo. Bueno, cuando digo "dedicamos" me refiero a Globruk, naturalmente. Nunca me dijo donde escondió los cuerpos de los caídos, pero dada sus características culinarias, preferí no saberlo.
Tuve que utilizar toda mi persuasión y 3000 monedas de la bolsa del noble para poder llevarme un carro cerrado. Ese es el inconveniente de un criado verde y de dos metros y medio... no cabe en un barril. Se necesita algo grande. También tuve que utilizar toda mi persuasión para que Globruk no se comiera a los caballos y que estos se tranquilizaran en su presencia. Lo cual casi no tiene importancia, dado que el grito de alivio que pegué al pasar las puertas del Castillo casi me delata. Al fin libre, me dije. Libre del encargo de la carga y con mucho trabajo. Parecía respirarse por todos lados esa libertad. Ya no se oían sonidos de batalla, y la gente parecía feliz. Feliz de seguir vivos, feliz de no ser el menú de algún ser, o feliz por contagio general, pero feliz al cabo. Y ya se empezaban a contar historias sobre "EL Caballero". Sobre aquel que había salvado la ciudad el solo. Un Bardo de la Clase baja, ya contaba los primeros versos:
Y en el día mas oscuro
Cuando la maldad llamó
El caballero plateado
De los Cielos bajó.
Duelo de titanes
entre el bien y el mal
Hasta la empuñadura
La espada,
Se la hizo clavar
Volviendo al Reino
De los cielos.
Y seguía y seguía... Los versos no tenían rima ni jamas se cantarían en la corte, pero era lo que el pueblo prefería. La famosa leyenda del Caballero que lideró la Carga de la Guardia Negra y que salvó a las gentes de Britania del mal.
Y esto, me dije, es algo con lo que no contaban. Ni la Corte, ni los Magos del Consejo, ni mi Clan. El famoso guerrero, convertido en una leyenda popular. No por gracia de los bardos, sino por el pueblo, que no entiende de política... curioso era, que ellos entendieran mejor que una leyenda aporta mas que 100 espadas, en esta era de sombras. Aporta fe. Y partimos sin mirar atrás, por el camino a Trinsic, con el corazón reconfortado por la leyenda de la "Carga de La Guardia Negra y El Caballero Plateado".