sábado, diciembre 08, 2007

Palabras dichas al invierno

Hola preciosa. Ya se, ya se, hace dias que no te escribo. Pero no fue culpa mia. Creo. Cosas del Firewall, del antivirus y vete a saber que mas, pero no podia mandarte mensajes.

Se que pasó tu cumpleaños, y espero que estés bien. Sabes que lo deseo de todo corazón, preciosa. Sabes que siempre deseo lo mejor con mi mente, con mi corazón, con mis sentimientos con todo mi alma. Y tambien que no hace falta que te lo diga.

Mi madre sigue depresiva. No es la navidad, ni estas fechas siquiera, sino que se acerca la fecha de su aniversario, y se vuelve mas quebradiza a medida que pasa el tiempo. Se que no puede dormir, que se queja de dolores. Lo se, porque suelo velar sus sueños o pesadillas. Un poco de insomnio lo merece. Trato de calmarla con masajes, con buenas palabras, tratando de no enfadarla, pero no siempre lo consigo. A pesar de todo, sigue siendo una mujer muy fuerte. Velo sus noches... y mi madre cree que me las paso en el ordenador. Luego se pregunta porqué estoy tan cansado al dia siguiente, porqué me duermo en el autobus o los bancos. Y hay dias, que no puedo mas, preciosa. Hay dias que duermo, sin soñar, de cansancio, por mi vida, por la suya, por las preocupaciones, por mi padre. Velo por ella, y a veces pienso que no puedo dar un paso mas. Pero me obligo a ello. En parte, porque no tengo otra, claro. Y eso lo pago. Lo pago cogiendo catarros de una semana, lo pago no pudiendo ir a otros sitios. He estado haciendo trabajos de clase con unos amigos, y he tenido que interrumpirlos a menudo, porque, o mi madre o yo estabamos agotados. Son buena gente, y en parte me comprenden. Pero yo de ellos ya me hubiera cansado de mi. Parece que no quiera hacer nada. Me esfuerzo, la verdad, en ayudar. Me esfuerzo en cumplir mi trabajo. Me esfuerzo en colaborar.
Creo que al final si podria ser un buen actor. Represento el papel de alguien activo, cuando lo unico que deseo es descansar al fin. Bueno, ya descansaré en el cementerio. O cuando me toque la quiniela que no juego.
Se que no estoy solo en este combate; pero me da la sensacion de luchar en mil batallas, y estar perdiendo la guerra.
Hasta el tiempo está melancolico. Del verdor del verano, hemos pasado al amarillo del otoño y al marrón del invierno en pocos dias. Se hace hermoso, preciosa, y al mismo tiempo... amargo. No se porqué, pero se me hace amargo.
Luego, mi gordura. Esa es otra prisión que me atenaza, y que ha configurado mi vida. Fisica y Psicologicamente ha configurado mi vida. El miedo a comer, el ansia de comer, todo al mismo tiempo. Las ganas de correr, de hacer ejercicio, y el no poder dar mas de mil pasos sin tener que sentarme. Las interminables dietas, que, realmente me ponen de mal humor, y no se porqué, y que sé que no serán efectivas. Como mucho, y me cuesta parar. Pero tambien, la genética me ha jugado una mala pasada. No quiero desilusionar a mi madre, pero... como mucho bajaré 10, tal vez 15 quilos, y los volveré a subir de nuevo.
Si pudiera, preciosa, me clavaria un cuchillo en la barriga, y me quitaria esa grasa que me atora y amenaza. Si fuera tan facil... si fuera tan facil hacerlo...
Pero como no se puede, sigo con mis limitaciones. Tener que sentarme al cabo de un tiempo, tratar de no correr, porque llama la atención un chico gordo haciendolo. Vivir solo, con miedo al que diran, con miedo a la vida, con miedo a pasarla solo porque nadie quiere salir con un gordo.
Miedo a las burlas diarias, tanto de personas, como de los niños. Miedo a limitar la vida de mis amigos, de mi familia... hasta de mi perro, que seria feliz corriendo y saltando.
Y ahora la farmacia. Hoy ya he tenido que ir un par de veces. Y al mismo tiempo tengo que ir a un trabajo de clase. Ya no se como disculparme con ellos, por dejarles tirados, por mi incompetencia. Trato de hacerlo lo mejor posible, la verdad, aunque no lo parezca.

Aunque sean palabras dichas al invierno, al vacio de mi existencia.

Edem