viernes, octubre 13, 2006

Dos Puentes muy lejanos...


En el Urumea, en San Sebastian, hay, como en todos lados, puentes tendidos. Algunos con un pasado muy curioso, como el del Kursal, que tardó varios años en terminarse... y que meses despues de su inaguracion una ballena destrozó. Si, una ballena, lo habeis leido bien.
El de Santa Catalina estaba alli, incluso antes de que existiera la ciudad. Fue de madera, para imposibilitar el avance de las tropas enemigas hacia la ciudad, entonces amurallada. Y sus pilones, los del viejo puente, dan lugar a viejas historias del tesoro entre los niños de la ciudad. Que si son restos petrificados de una barca que se hundió escapando de la quemada de la ciudad por los Ingleses, que si es un lanchon de cuando San Sebastian era una ciudad Corsaria (esto da para otra historia, pero basta saber que esto parecia "piratas del caribe" en el siglo XVII). Nada... creo que la gente no comprende los milenios que hacen falta para petrificar un arbol. En fin, queda mejor la leyenda.
Pero el que a mi me gusta, el que siempre he identificado con la ciudad, es ironicamente el puente de la Reina Cristina. Lo de irónicamente viene por segundas, no creais.
Generalmente, cuando un viajero venia, o viene a mi ciudad, lo suele hacer en tren. Y suele pararse en la llamada "Estacion del Norte". El propio Eifell la diseño en el siglo XIX. Si, el que es conocido por hacer el mayor pirulí del mundo en Paris. De pequeño, vivia cerca de alli, y a mi me encantaba ver pasar los trenes, meterme en ese mundo, soñar con otras tierras, otros viajeros, otros viajes. Habia una vieja locomotora, que ahora está en el museo del ferrocarril, y me imaginaba surcando las vias con el clasico gorro, y el humo saliendo de alli.
Es bella, de esas construcciones del siglo XIX, en las que se jugaban con los nuevos materiales, pero en los que se tenia todavia un sentido de la estetica, de mostrar el "poderio". De "vale, podemos hacerla funcional, pero tambien hermosa". Pero hoy no es de esa estacion de lo que quiero hablar.
Aqui teneis una foto, tomada sobre las 3 de la mañana. Me gustaria decir que es mia, pero la que yo tomé parecia un test de rochard. Asi que os dejo esta.
Este puente, seria lo primero que veria cualquier viajero. Hasta los años 50 seria asi. Este puente es lo primero que vio mi padre, en su viaje a Paris. Es el que he visto yo muchas veces.
Es de forma clasica, con cuatro refugios, uno a cada lado. En ellos, estan los escudos de la ciudad. El barco de San Sebastian, el Escudo Foral de Guipuzcoa, el Real y el Vasco. Con estatuas rampantes, que parecen salidas de una batalla. Bueno, en realidad eso representan, aunque aqui no lo sepan. Sus farolas, estan adornadas con dragones, y el puente lleva escudos, figuras y demas. A mi me gusta mucho. Representa lo romantico que tiene mi ciudad. Representa esa parte que tenemos los donostiarras de pasionales. No es muy largo, la verdad, pero para mi ha sido una constante en mi vida. Alli paseaba mis perros, doblando por el paseo de Francia, que es el que está entre la estacion y el puente. Alli paseaba con mi padre los domingos. Alli intentó hacerme pescar por primera y ultima vez en su vida. Alli me declaré a Ainhoa, y alli sufrí su negativa. Alli he paseado toda mi vida buscando consejo. Alli a veces, he podido escribir mis poemas. Fue un puente lejano, que unia mi casa con mi vida.
Pero, y esto no se sabe en mi ciudad, es una copia de un puente aun mas lejano. Un puente mandado hacer por un gran General. Por Napoleon, nada mas. Se llama Puente de Austerlitz y está en Paris. Mi padre, que sabia mi interes por estas cosas, antes de ir a Paris, en el 91, me hizo ver el puente. "Te llevaras una sorpresa", me dijo. Sin darme mas datos, allá fuimos. El padre se convirtio en el amigo, en el Cicerone. Vi mas con el que con los guias del viaje. Claro, el habia estado en su famosa "fuga" de varios dias.
Y alli, tras la plaza de la Concordia, tras el Obelisco, alli estaba. Cuando lo vi, me quedé asombrado. "Parece el...". "Exacto", me dijo riendo. Mas grande, con mas estatuas, con mas farolas, pero era mi viejo puente. Bueno, no lo era, pero casi. Paris impresiona. Tiene tantas cosas por ver, que se necesita mucho tiempo, o alguien que haya estado para verlas. Pero eso me impresionó. Mi padre lo sabia, claro. Y pasamos alli bastante tiempo, hablando de nosotros, de nuestras cosas...
Por eso, cada vez que paso por alli, (por el de Donosti, se entiende), levanto la cabeza, y le mando un saludo a mi amigo. A mi compañero, a mi padre.

Vale, no me deja poner ahora la foto, pero lo intentaré mas tarde. O tal vez mañana.
Un saludo de Edem.

Ahora si.... debia ser el tamaño.

3 Comments:

At 10:38 a. m., Blogger Isabel Barceló Chico said...

Hola edem. Ha sido un post precioso. Me gustaría ver esos puentes, primero en Donosti y luego en París. ¡Quién sabe si no lo haré algún día! Las ciudades tienen muchos secretos... Besos y hasta pronto.

 
At 2:01 p. m., Blogger Edem said...

Mas de los que piensas... dejame intentar sacar una foto de otro sitio, y te contaré una historia donde estan relacionados Julio Verne, un libro suyo, Los alrededores del Sagrado Corazon de Paris, El distrito decimo octavo y yo, aunque sea indirectamente.

Y tambien esta relacionado con San Sebastian. Si vienes a mi ciudad, ya sabes que tienes un guia gratis. Hay sitios que los viajeros no conocen, o no saben donde estan. Como la Historia de Mata Hari con Donosti, por ejemplo. Pero eso será otro dia.
Saludos de Edem

 
At 12:41 p. m., Blogger Leodegundia said...

Un buen post, deberías de contarnos más cosas sobre tu ciudad, de esas que no son conocidas pero que si son muy interesnate.
Un abrazo

 

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