martes, julio 01, 2008

Entre Flores, Verano, y un reconocimiento de culpabilidad.

Bueno... estos dias, han sido bastante extraños. Algunas veces, he rabiado por no poder ayudar a algunas personas muy especiales.

Otras, porque a veces, el camino es muy largo, me siento solo, y los desvios son muy faciles de tomar.

Tambien, porque llega el verano, el sol, la playa... y son cosas que yo asocio a mi padre, a mis amigos, a la diversion. Y la verdad... no tengo muchas ganas de vivirlo solo.

Sabes?... en Agosto, es la semana grande donostiarra. Durante casi 30 años, era mi pasion. El olor del mar, el olor de la polvora de los cohetes, el glamour de las estrellas... los turistas despistados.
El olor a Barquillo, Sal, Horchata... son olores, son sabores que no olvidaré nunca. La añoraba.
Pero... me di cuenta, que si lo añoraba, es porque me gustaba compartirlo. Con mi padre, con mis amigos... y al fallecer mi padre en esas fechas, ha perdido su encanto para mi.

Me he jurado, no volver, hasta que no tenga con quien compartirlo. Da igual, sean amigos, amor, hijos... da igual, repito. Hasta que no pueda enseñarlo, o compartirlo, no iré.

Y luego... mi madre. Sabes?... en el fondo, soy un romantico. Te contaré una historia.

Allá por los años 50, mi padre llegó a España. El tambien era un romantico, y queria conocer París. No, yo tampoco me lo explico, pero una vez, me dijo que, "Salamanca estaba mas cerca de Paris que Lima, o Santiago de Chile", asi que se vino a España.

Mi familia, no ha tenido mucha suerte con el dinero, realmente. El problema de ser honrados, igual influyó, pero, tras la muerte de mi abuelo, el general, el alcalde, y vete tu a saber que más, mi padre y mis tios lo pasaron mal. No faltaba un plato de comida, no. Pero tampoco era como para lujos.

Y se vino a España. A estudiar, a conocer París. Y porque no... a tener alguna "juerga de vida", para contarsela a sus hijos, tal como la de mi abuelo.

Pero.... pero.... el destino es muy extraño con nosotros. Quizá, nos controla, o por lo menos nos guia. Yo, conociendo seres fantasticos... por una casualidad, y sin poder acceder a ellos.

El, tambien por casualidad. No me contó, si ese dia no quiso ir a la universidad, o si tenia fiesta. Pero si que, por casualidad, o por el destino, ese dia "le apetecia ir al teatro, asi que me metí en el Teatro Real, para pasar el tiempo".

Mi madre estaba cantando en ese teatro. No, no era la estrella, no en ese momento. Era del coro. Pero... el destino, ya se sabe, a veces juega a las cartas, y sus cartas estan trucadas. Mi padre la vio... y alli mismo, declaró que "ella era la mujer con la que queria pasar su vida, ella era la elegida".

Y lo consiguió. Pero bueno... la historia sigue. Como el dinero que tenia era muy justo... a veces robaba flores de los parques. A veces, las cogia, y se las regalaba a mi madre. "Flores robadas, para una belleza que robó mi corazón".

Bueno... debo confesar algo. Soy un ladrón. A veces... quiero animar a mi madre, y robo flores de los parques de mi ciudad. No muchas, solo una o dos a lo sumo. Y no todos los dias.

Con ello, quiero levantarle la moral a mi madre. Y perpetuar algo de la memoria de mi padre. Es algo que me une a el, como la medalla que llevo al cuello, o la Quiniela del Euromillon que hago todas las semanas.

Y sabeis que hace mi madre con las flores que le regalo?... se las pone a mi padre. Se las pone en un jarrón a sus cenizas. Y estas, florecen, brillan, recordando quizás, que, el amor sobrevive a todo. Incluso a la muerte. Y que el cariño ahí sigue.

Soy un ladrón, si. Pero no es para beneficiarme. Es para que los buenos recuerdos sigan eternamente. Y porque mi corazón de romantico me lo pedia a gritos.

"Flores robadas, para una belleza que robó mi corazón"... espero poder decirlo yo, algún dia, a la persona que quiera.


Un saludo de Edem.