Dias de Cine, esperas y Cafés

Julio... Julio, el mes de mi Santo, San Enrique, el 13. El mes del nacimiento de Cesar. El mes de San Andres, Navas de Tolosa.

Julio, mes de pensar, mes de peliculas. Peliculas para ir a otros mundos, para no sentirse solo en medio de la multitud.

He estado celebrando, por anticipado, muchas cosas. Creo que Oier, se quedó muy raro cuando lo invité a cenar ayer.

Bueno... coincidieron muchas cosas. Primero, y mas importante, que tenia dinero. Que no es moco de pavo, verdad?. Luego... bueno. Quise recordar a mi padre, quise tener buenos recuerdos de este mes. Asi que, San Enrique, y mi padre. Que murio el 13 tambien, de Agosto.

Celebré mi Santo, mas que nada, porque el dia 13 nadie mas se acordará de mi. Es asi, y no le doy mas vueltas.

Recordé a mi padre, con un café, y con un amigo, en una mesa de restaurante. Quizá Oier no lo entendiera, pero a veces, las ceremonias, los recuerdos, es algo muy poderoso. Los antiguos, creian que recordandolos, de alguna forma, les hacia mantenerse vivos, aun despues de la muerte. Mi padre era amigo de comer, y además, colombiano. Le gustaba la gente, le gustaba hablar con ellos. Que mejor, que un amigo, un restaurante, una buena conversacion, y un brindis con café. Que mejor que eso. Salvo mi madre (que hoy ha comido conmigo en otro sitio, aunque ella tampoco entendiera estas ceremonias), nadie lo recordará.

Ni a mi. Parece ser que es mi sino... los seres que quiero se vuelven lejanos, o son inaccesibles.

Y sin embargo... a veces, a veces hay compensaciones, en el destino. Me han tumbado tantas veces, me han pisado tanto, que a veces, estube al limite. A veces, deseaba mandarlo todo a... bueno, a cierto sitio. Pero... amigos, amigas, ella, me hicieron ver que podia tener fuerza. Me hicieron creer en mi mismo. Que quizá, el chico gordo, solo quizás, podria aullar a la luz de la luna de nuevo. Que debia mirar con desafio al mundo, y levantar el puño.

Ha sido dificil, a veces complicado. Y en el proceso, tambien me han vuelto a tumbar dos veces mas. Pero... los colmillos del lobo son afilados.

Voy a volver a la Universidad. Esta vez, a la pública, la UPV. Voy a hacer Derecho. Las dos veces anteriores, el destino, unido a mi dejadez la primera vez, y la mala suerte la segunda, me impidieron hacer cosas. Esta vez... esta vez no soltaré la presa. Aunque sea lo ultimo que haga.

Y.... ironias del destino... ser gordo me permite no pagar algunas tasas de la universidad. A veces el destino, juega con cartas trucadas, verdad?. Hace un año o dos, en la Seguridad Social, me hicieron pruebas para la gordura. Y me dieron un grado de minusvalia por ella.

Al parecer... según el gobierno, eso me sirve para acceder a la universidad (cuotas, ya se sabe, las hay para todo tipo de personas). Asi que... ser gordo, la verguenza de mi vida, y la mayor parte de mis problemas, se ha vuelto una ventaja.

Eso no implica, que no quiera adelgazar, que lo esté intentando. Los dioses saben lo que me ha costado resistirme a la comida, lo que me ha costado comer ensaladas cada dos por tres. Lo que me ha costado andar todos los dias, hasta que las piernas no me aguanten mas.
Lo que me ha costado, para ser sano, para adelgazar, para poder cambiar la vida.

Sabes porqué tengo el justificante de minusvalia?. Me lo saqué para poder acceder a los polideportivos. Son muy caros, y si quiero adelgazar, tengo que ser consecuente. Y me lo saqué por eso, para que me dejaran entrar.

El destino juega conmigo, pero no sabe que, a veces las cartas pueden ir en doble sentido.

Prometí a mi padre, en su lecho de muerte tres cosas que no he podido cumplir. Que adelgazaria, que tendria una carrera para proteger a los mios, y que encontraria un amor tan grande como el que tuvo el con mi madre. El tercero no es cosa mia, pero de los otros dos, si puedo ocuparme.

Is Quios.... decia el viejo lema. "Tente fuerte", o "Ten Fortaleza". Como ves, papá, como ves, preciosa... si el destino no me deja, le hincaré los colmillos y le obligaré a dejarme.

Trataré de brindar los dias 13 por ti, con café. Y tambien por ti, preciosa.

Tengo que irme... tengo recados que hacer, y perros que sacar. Y un poema que terminar, para una gran amiga. Lo haré, con un café en la mano, por supuesto.

Vale.