viernes, junio 02, 2006

Mi ciudad y yo (V)

Bueno, ahora he tenido tiempo para escribir y pensar. Creo que en esta visita turística me ha faltado el mar. El mar, el mar... tan presente en las vidas de los donostiarras, tan presente en toda nuestra existencia. En el mar nos divertimos, en el mar vivimos parte de nuestra vida, y la ciudad le debe bastante. El mar cantabrico es un mar peleón, con solera y garra, que no se deja domesticar por nadie. Lejos queda un mar domesticado como el mediterraneo, o un mar luchador como el oceano atlantico. El Cantabrico parece que tenga vida propia. Cuando se ha visto una galerna desde la bahia (incluso en la bahia viví una), y ves la fuerza de la naturaleza en accion, comprendes lo insignificante que eres, y lo contento que se debe estar por vivir. El mar, que en principio es de un calido azul verdoso, cambia a un verde salvaje, a un blanco espumoso mezclado con retazos de marron arena, que cualquier pintor querria plasmar. Y cuando ves la fuerza del oleaje, cuando ves las olas mismas, te estremeces. Olas gigantes que arrastran a su interior su tributo de tierra, que exigen, y a veces consiguen un sacrificio de esa misma tierra de la que nos sentimos dueños, dandonos a comprender de que solo somos sus arrendatarios. Y el mar lo demuestra subiendo la marea hasta casi nuestro suelo. Eso en la bahia claro, porque el mar no solo quiere tomar posesion de nuestros dominios por esa parte, sino que ataca furioso por todas partes. En el paseo nuevo, las olas logran saltarse la muralla de piedras, la primera defensa en su contra, y chocan furiosas contra las barandillas. Y contra el que pase al lado, por supuesto.
Y si alguno es tan osado como para llegar hasta el peine de los vientos, vera que el mar no solo se mueve y vive, sino que tambien respira. Las figuras de hierro, estan esperando a que las olas lleguen a los agujeros del paseo, para enseñar geiseres de vida salada. Pobre de aquel que no respete ese mar, puede acabar lamentandolo.
Por todo esto, es un mar sin igual, digno de nosotros y nosotros esperamos ser dignos de el.
Mas tarde hablamos....
Un saludo de Edem.