lunes, mayo 29, 2006

Relatos: Mi otra pasion.

Aqui surge siempre la idea de: podré hacerlo?. Si, todo el mundo tiene ideas para la gran novela (pon aqui americana, europea, española, vasca... etc). Pero lo mas aterrador son dos cosas.
Una es la hoja en blanco. El terror que te da la hoja en blanco valdria para hacer un relato sobre ella. La pregunta es... como empiezas?. Hombre, un escritor al que se le preguntó lo mismo, se sacó la pluma, pidió papel, se los dió a su interlocutor y le dijo "hala, empieza".

Escribir relatos, hacer mundos, ver como evoluciona el protagonista... jugar a ser dios. O expresar lo que sientes, lo que puedes y no puedes hacer a través de tus personajes es lo que implica tanto leer como escribir. Por eso siempre he envidiado y he querido escribir. Poco a poco, intento hacer relatos cada vez mejores, asi que, no os extrañeis si los primeros son malos o regulares.

Y ahora, mis relatos:
Estan basados en el mundo de Ultima Online, un mundo persistente de Rol, en el que he participado. El Mundo se llama Sosaria, y su capital Britannia. Alli es donde nos movemos una cantidad variopinta de personajes, en un mundo medieval. Con magia, espada, brujeria.... Aqui teneis el primero de mis relatos:

Por cierto, los protagonistas forman parte del Clan al que pertenezco, la Hermandad Ibera de Sosaria (HIS). Asi que si me refiero a la Hermandad, o similares, seran esos.

Aqui una aventura simple de Lady Nasha, Domadora de animales:

Relatos de Britannia: Ataque Pirata
Como siempre, todo empezó en Britannia. Si hay algo que necesites, seguro que lo encuentras allí, y los vendedores de medio mundo te lo consiguen... por un precio.
El mercado cerca del banco central estaba muy animado, y el sonido de las ventas estaba creciendo a pasos agigantados, así que decidí acercarme al puesto de venta que más ruido daba. Por naturaleza soy muy cautelosa en estos sitios, pero los guardias de Lord British son demasiado buenos como para que el Gremio de los Ladrones prospere en la capital del reino.
Y de repente lo vi. Era un magnifico Dragón rojo con cara de asustado. Por profesión soy domadora de animales, y no es la primera vez que veo un Dragón enjaulado, pero esos ojitos azules rezumaban una desesperación y una inteligencia tal que me contagió a mi las ganas de verlo en libertad.
Y el vendedor no parecía darse cuenta de eso, y seguía subiendo la puja
- ¿Alguien ofrece 3000 monedas?. Es un Dragón recién capturado en las cuevas de la ciudad de la magia, Wind. A, ya veo, 3000 monedas al caballero de la armadura de bronce. ¿No hay mas pujas?. ¡5000! ¡Ofrecen 5000 monedas por ese lado!, vaya, si es el Químico de su señoría....
Yo ya conocía el destino que le preparaba el Químico... probablemente destilarlo y comerse sus mejores partes para aumentar su capacidad en la magia. Sé que no es prudente desafiar a la corte de Lord British, pero no podía mantener mis brazos cruzados.
- ¡7000! Grite. De repente, el bullicioso publico se quedó asombrado de mi hazaña. Y debo decir que hasta yo también.
- Perdone señorita... ¿a dicho 7000 monedas?.
- Esto es una subasta publica, así que no veo porque no puedo pujar por el Dragón.
- Se da cuenta de.... ¿las circunstancias?.
- Me doy cuenta.
- ¡7500! Gritó el Químico, lanzándome una mirada de desafío. A estas alturas todo el mercado estaba en silencio, esperando el resultado de la puja.
- ¡8000! Volví a gritar. Y de repente sucedió lo inesperado: el Químico se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el castillo.
Estaba segura de que esto no acabaría así, pero la Hermandad me protegería. No estaría muy contenta de desafiar a Lord British, pero me apoyaría.
- ¡Vendida! Vendida a.... ¿cuál es su nombre?
- Nasha, de la Hermandad Ibérica de Sosaria.
Horas después, tras haber acabado todas las pujas, y tras el inevitable pago, pude por fin acercarme a mi nuevo compañero.
Todavía estaba temblando, pero los hechizos de obediencia eran muy buenos como para romperlos un Dragón novato. He oído de Dragones con alta capacidad de magia que han podido con ellos, pero son mas leyendas que otra cosa. Cuando logras que un Dragón sirva a un amo, si cuentas con el poder suficiente es como si lo ataras a una invisible cadena de obediencia.
- Buenas noches, humana.... me han dicho que tú eres mi nueva ama. Debo decirte que soy un gran mago, y que el día menos pensado....
Yo ya conocía estas frases. El Dragón trataba desesperadamente de darse valor y de asustar a su nueva dueña, con sus frases de poder. Pero ya era gata vieja en esta profesión, y no me asustó.
- Todo eso ya me lo sé, Dragón. Pero por mi no te preocupes. He convivido con Dragones desde el comienzo de mi vida, y una de las cosas que he aprendido de vosotros es que no debo subestimaros. Por cierto, como debo llamarte?.
- Llámame.... y de sus fauces surgió un característico silbido tan típico del idioma de los dragones.
- Entiendo... pero por aquí esos nombres son un poco difíciles de pronunciar. ¿Que tal si te llamamos Avalon?.
- Me gusta, humana, ese es un nombre que se pronuncia con respeto entre nosotros. Podríamos llegar a ser amigos con el tiempo.
- Ya sé que no confías en mi, Dragón, pero te prometo que eso cambiará con el tiempo.
Parecía que Avalon iba a responderme, pero fue entonces cuando empezó una de nuestras aventuras. Justo en ese momento, se acercó el Heraldo del Reino.
Llevaba el típico sombrero azul con la pluma verde, símbolo de que sus noticias eran malas y una amenaza contra el Reino. De repente, y por segunda vez en el día, se hizo el silencio de nuevo.
- ¡Oidme, Oidme, ciudadanos y extranjeros!, ¡oidme, oidme todos!, ¡Graves fuerzas amenazan el orden y la paz!.
Tenia que ser algo grave para que el Heraldo del Reino lo dijera en publico y frente al palacio de Lord British además.
- ¡El gran pirata Grarg Dral'kor y el General Varliin Gral'kor están intentando tomar la ciudad de Serpents Hold!.
Eso era grave. Hacia varias semanas en las que la gran flota de Grarg Dral`kor había vuelto de su exilio en las Islas Perdidas. Eran mucho mas de los que habían partido cuando la flota de Lord British los rechazó en Skara Brae y se perdió en la bruma de Britannia, y entonces solo la flota combinada de ocho ciudades pudo hacerlo.
Pero ahora era distinto. Tras dos décadas de paz, la flota del Reino se había reducido, y no se esperaba un ataque de esa características.
Todo empezó en Skara Brae. Tras unas horas de ataque de la flota de Grarg Dral'kor, la hermosa ciudad de la isla del oeste se había reducido a cenizas. Y cuando los piratas comandados por el General Varliin Gral'kor bajaron a tierra, las matanzas fueron tales, que las almas de los muertos rugieron de espanto.
Y lo mismo sucedió en Jhelon y en Trinsic. Pero allí, las tropas de Lord British estaban preparadas, y con la ayuda de varios de los clanes guerreros, a costa de numerosas bajas, fueron rechazados al mar. Y ahora le tocaba a Serpents Hold.
Serpents Hold podría convertirse en una cabeza de puente para la conquista de toda Britannia, especialmente dado que es una isla (fácilmente defendible), y que el enemigo contaba con la mayor flota de la década, sin oposición predecible en un largo tiempo. Si el enemigo tomaba la isla, tendríamos muchos problemas.
Así que decidí ayudar, al igual que muchos de los asistentes del evento.
Una muchedumbre de guerreros y magos se dirigió a la puerta mágica de las afueras de la ciudad, rumbo a la ciudad. Pero yo tenia otros planes.
La puerta mágica, si bien estaba muy bien guardada, seria uno de los primeros sitios en ser tomados por el enemigo en el caso de tomar la ciudad, así que abriría mi propia puerta. Este es uno de los hechizos de magia que sé, y aunque me deja exhausta durante un gran tiempo después de usarlo, funciona muy bien.
Al decir las palabras de poder "Vas Rel Port" usadas sobre una de las ancestrales runas que portaba, una puerta temporal se abrió al banco de la asediada ciudad.
Utilizando mi débil control sobre Avalon, le obligué a entrar en ella. El Dragón replicó
- ¿Y a mí que me importan los asuntos humanos?.
- No tienes mas remedio de obedecerme. Y con el tiempo cada vez será mayor. Pero tienes razón, puede que una ciudad humana no te importe... a menos que tengas una importante razón para ello. Si Grarg Dral'kor toma Britannia los siguientes demasiado poderosos como para hacerle frente seréis vosotros.
- Eso es muy relativo, humana... pero por esta vez, y dado que de todas formas no podría negarme, te acompañare.
Aparecimos en la isla sur, en medio del banco de la ciudad. Si que habían cambiado las cosas desde mí ultima visita. Los guardias estaban sucios y demacrados, y se pusieron nerviosos al salir nosotros del portal. Si no llega a ser por Avalon, posiblemente hubiéramos sido "bajas de guerra inesperadas" como eufemisticamente decía el memorial del soldado en Britannia, pero un enorme Dragón rojo de 20 toneladas impone respeto aunque estés atemorizado. Me dirigí al soldado que parecía el jefe en medio de ellos.
- Sargento, soy Nasha, de la Hermandad Ibérica de Sosaria. Venimos de Britannia. Acabamos de enterarnos del problema. ¿Cómo esta la situación?
- Las cosas van muy mal, Hermana. Si bien nos dio tiempo a cerrar la barrera de la entrada del puerto, estamos completamente sitiados. El enemigo se ha atrincherado en el puerto, y esta tratando tomar las murallas de la zona norte. Y creemos que alguien de dentro le esta ayudando, puesto que algunos de los piratas han llegado hasta la plaza central. No sois los primeros en llegar, pero la batalla es desesperada. Si no recibimos ayuda pronto, perderemos la ciudad.
Tras esto, me dirigí a la isla norte. El sargento no había mentido. Por todas partes se veían destrozos en los edificios, causados por el feroz bombardeo, y los heridos eran muchos. Sobre todo, eran civiles los que estaban tendidos en el suelo. Tan feroz era el ataque, que ni siquiera se había dado reposo a los muertos, y los heridos, que no podían ser atendidos, gemían en los destruidos edificios. Trate de ayudarles con mi magia, pero era inútil. Eran demasiados para mí. Pero tenia que intentarlo; Era miembro de la Hermandad, y mi juramento decía que tenia que ayudar a los débiles.
Casi agoto mis energías en ellos, pasando tanto tiempo que cuando no pude mas, había caído la noche en la ciudad. No sé que pasó, pero de repente casi agotada al suelo. Cuando desperté, la luna estaba dispuesta en lo alto, y me encontraba en el banco de la ciudad. Avalon estaba junto a mí, calentándome. De repente me di cuenta que hacia mucho tiempo que no controlaba al Dragón. Este debió darse cuenta de lo que pensaba y en su característica voz, me empezó a hablar.
- Si, ya lo sé humana, sé que si quisiera podría estar libre, pero en estos momentos no me apetece volver a esconderme de los humanos. Además.... has demostrado tener un corazón, y eso es mas de lo que he visto en muchos humanos. Me someto a tu poder.
- ¿Gracias, cual es la situación?.
- Nada ha cambiado. Por lo visto los que llamas piratas se mantienen en sus posiciones, al igual que tus guardias. Si bien algunos clanes les están manteniendo a raya en la plaza y en el puerto, creo que se necesitan un par de garras (sonrió) en la muralla norte.
- Vamos pues.... compañero.
Y fue entonces cuando nos encontramos en una batalla que podría ser decisiva para el destino de Britannia.
A lo lejos, se veían grandes barcos negros, apuntando terroríficamente sus cañones a la ciudad. Pero ya no disparaban, puesto que las defensas exteriores ya estaban destruidas. Ahora le tocaba el turno al General Varliin Gral'kor demostrar su fama de guerrero, y por lo que había visto antes, la tenia muy bien merecida.
- Ahí, grito Avalon.
- Tienes buena vista, Dragón.... allí vienen las lanchas de desembarco. Prepárate para el combate.
Fue mas duro de lo que pensábamos. Hordas y hordas de piratas saltaban a tierra atacando nuestras posiciones con el valor que da el saber que no tienes nada que perder salvo la vida, y su famosa furia, que había aterrorizado durante décadas a los aguerridos marinos de Britannia se veía reflejada en sus sanguinarios rostros.
Los guerreros, movían sus afiladas espadas o sus lanzas desesperadamente, tratando de frenar la ofensiva pirata. Por otra parte, me extrañó la ausencia de magos entre nuestras filas. Alguno caído salía a mi paso, solicitándome una resurrección que no podía darles, pero aparte de esas almas perdidas, estabamos solos frente al enemigo.
Avalon luchaba a mi lado, obedeciendo todas mis ordenes. Mientras yo le curaba, el se encargaba de atacar a los piratas, con su magia o sus mandíbulas. Sus ojos, normalmente azules, brillaban ahora con un fuego sobrenatural que espantaba a sus enemigos, y al cabo de unos minutos, sus garras estaban más rojas que su piel de la sangre derramada. Yo, en un primer momento, me preparé a luchar como sabia: con el poder de mi magia. Pero algo sobrenatural protegía a estos piratas, porque mis hechizos eran dirigidos contra mí. Algo no iba bien. El general estaba recibiendo una ayuda de la magia negra que en los anteriores encuentros no tenia.
- ¿Tu también lo notas, humana?.
Debí haberlo supuesto. Los Dragones son seres más sensibles que nosotros a la magia, y notan sus influencias antes que nosotros.
Debí preguntárselo antes.
- Es algo en el ambiente. Pero de eso ya nos preocuparemos después, compañero.
Quería saber que era lo que había en la ciudad que interesara personalmente a los piratas, y me detuve un momento a saquear los cuerpos. Oro tenían todos, desde 100 monedas hasta 1000 los jefes, así que eso no era. Sus ropas, si bien humildes, eran de buena calidad, y sus armas, eran de buena facturación. De hecho, entre las espadas, las hachas y lo demás no encontré nada malo. Eso era algo que también se debía investigar, dado que en el combate, esas espadas habían demostrado estar untadas con un veneno muy poderoso. La magia, no era desconocida entre ellos, dado que tomaban pócimas menores de todos tipos, pero entre sus cuerpos, no encontré nada que les garantizada un poder tal de reflexión de la magia. Algo extraño realmente pasaba entre ellos. Y de repente, en uno de los cuerpos caídos, en medio de cadáveres de uno y otro bando encontré una hoja. Estaba manchada de sangre, pero todavía se podía leer... lo que leí en ella me dio escalofríos.
A continuación transcribo lo que leí...
Poemas Oscuros
Vientos de miedo y terror recorren mi espíritu.
A mi alrededor, contemplo mucha muerte y odio,
Por milenios engendrada.
¿La causa? en mi mano veo una espada ensangrentada
Hundida hasta el fondo del corazón de mi enemigo.
No, con furia pienso que no hay tregua para aquel,
Que tanto tiempo me ha herido.
Mil batallas desde entonces he pasado,
heridas graves en mi pecho he tenido,
Pero pienso en mi interior que dulce es la venganza
de liberar con sangre las cadenas,
Que tanto tiempo encerrado me han tenido.
Y ahora, tras la batalla final, recobro mi espíritu,
Liberándolo al fin de tiranías.
Lo que debo hacer en mi mente veo,
andar y andar tras el horizonte,
En busca de nuevos desafíos.
Despídase al fin, este guerrero,
Bautizado ya con sangre y fuego.
Todavía hoy, tras tantas batallas como he pasado, recuerdo con un escalofrío estos versos. Hay algo que produce pavor en ellos, y en ese momento supe que esto no era solo un ataque de piratas... Aquí había algo mas encerrado.
Y mientras tanto, la lucha continuó. Los sanguinarios piratas, no cejaban en sus ataques, siendo ocupados sus sitios por una siguiente ronda de filibusteros cuando la anterior caía en el resbaladizo suelo. El rojo de la sangre cubría los suelos, las paredes, nuestros brazos... y seguían viniendo.
Y de repente, en el máximo fragor de la batalla... se fueron.
- ¿Hemos ganado?, Le pregunté a un guardia calvo, que tenia cinco o seis heridas en los brazos.
- No, señora. Nos van a dar un respiro, que aprovecharan para reagruparse, pero por ahora podemos descansar... con un ojo abierto, claro.
Fue en ese momento cuando oímos el famoso cuerno de batalla de Britannia.
Las veteranas tropas de Lord British habían llegado. Mi misión estaba cumplida.
Con ellas de guardia, seria muy difícil que tomaran la ciudad. Eso me dio que pensar.
¿Cómo sabían los piratas que venían los refuerzos?. ¿Alguien se lo dijo?. ¿Y ese poder mágico que demostraban en el combate?....
Quizá nunca se sabría, pero, mientras cruzaba una puerta mágica rumbo a la posada más grande de Britannia, y tras dejar a Avalon en un establo para el solo, no dejaba de preguntarme que nueva fuerza demoniaca estaba suelta por nuestro amado mundo.
Y días después, se produjo el asalto a nuestra querida isla, la isla de Magincia.
Fueron horas de gloria y sufrimiento, pero.... esa es otra historia.
De Nasha, Hermana de la Hermandad Ibérica de Sosaria a
Edem Guerrero y Poeta de la Hermandad Ibérica de Sosaria.
Sacado de los "Relatos de Aventuras de Britannia", LXXVII edición.

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Los Clanes, en ese mundo persistente, tienen jerarquia. Y uno de los mas recordados Grandes Maestres del Clan, fue Sonos. Cuando años despues asumí yo la jefatura, lo que esperé fue hacerlo tan bien como el.... aqui un homenaje a su persona... y tambien un homenaje al Señor de los anillos, por si alguien se da cuenta:


La Ultima Batalla
No sé cuanto tiempo me queda, y veo que mis escritos son cada vez más borrosos.
El que encuentre mi cadáver o este libro, que se lo haga llegar a su Señoría Lord British o a la Hermandad Ibérica de Sosaria, que seguro se lo recompensara bien.
Pude haber abandonado la ciudad al principio del ataque, pero mi deber era quedarme y luchar.... y yo, estúpido de mí, lo hice.
Veo cada vez menos, y extrañamente, las dos flechas que tengo clavadas en mi cuerpo, ya no las siento como antes. Soy veterano de veinte batallas, y sé que esto es el preludio a mi muerte. Pero no creo que me quede tiempo como para agonizar.
Ellos estarán aquí a lo sumo en cuatro horas.
Mi nombre? Sonos, antiguo miembro de la Hermandad Ibérica de Sosaria, ahora en la Milicia de Trinsic.
Me informan que el enemigo acaba de entrar en la segunda muralla del castillo, donde nos guarecemos. Y que somos demasiado pocos como para resistir.
Es igual, para nosotros ya no hay esperanza. No podemos esperar piedad de las fuerzas que nos atacan, ya que las compone el Mal más absoluto.
Yo mismo vi como miembros de la Milicia que habían dejado caer las armas eran masacrados sin piedad en el mismo sitio de su rendición.
No se como empezó todo, pero si que vinieron al anochecer, junto a la niebla.
La niebla.... nos ha rodeado las tres semanas que ha durado el ataque, y tampoco creo que sea natural. Parece refulgir de una maldad sin limites, pero no se puede luchar contra algo intangible.
El ataque fue simultaneo. Por un lado, atacaron en la muralla norte y en la sur con arqueros y espadachines, sorprendiendo a la guardia del lugar. Por otro, espectrales flotas con las velas negras atracaron en el puerto y la playa cerrándonos la salida e inutilizando de un plumazo nuestra orgullosa flota. Y empezó todo.
Tras el inicial desaliento, y tras perder 26 de nuestros hombres, conseguimos recuperar el lienzo de la muralla norte, pero mientras tanto, el enemigo había avanzado tomando posiciones en el ayuntamiento y el banco. Por doquier donde pasaba, todo se volvía negro y oscuro como una noche sin lunas. Estaba claro que no nos enfrentábamos solo a la espada.
Poco a poco iban tomando las casas, a pesar de que en nuestros esfuerzos luchábamos calle por calle, casa por casa. Muchos buenos guerreros iban cayendo en ellas. En principio, luchábamos como contra cualquier enemigo que haya atacado nuestros lienzos, pero este enemigo era diferente. Y poco a poco la más negra desesperación cayó sobre nuestras almas, junto a la siempre intangible niebla, que nos iba rodeando cada vez mas, y más.
Tras dos semanas de asedio, mandamos tres mensajeros rumbo a Britannia, suplicando ayuda. Nos quedaban menos de un tercio de nuestros hombres, y las provisiones se nos estaban acabando, junto a nuestros proyectiles. A pesar de nuestra resistencia, el enemigo conquistaba poco a poco nuestra amada ciudad, convirtiéndola en una pesadilla de oscuridad.
Dos días después, las cabezas de los mensajeros, junto a sus corazones, nos fueron devueltas por medio de una catapulta.
Eso fue hace siete días. Mientras tanto, el enemigo ha tomado el barrio de los Banqueros y el de los Orfebres, completando el cerco al castillo de mi guarnición.
Desde aquí, en la Torre del Homenaje, se ve al enemigo sediento de sangre, y con la fe de una próxima victoria a la vista. No podemos salir ya del Castillo, y aunque pudiéramos, no dejaría a los civiles refugiados aquí sin protección frente a esos lobos sanguinarios.
Lentamente, aun a costa de numerosas bajas, hemos cedido el terreno al enemigo.
Primero las torres de guardia, luego la primera muralla... luego el patio.
Desde hace dos días aguardamos el ataque final contra la segunda muralla. Esta vez no resistiremos. Y ahora...
Tengo que dejar de escribir, el enemigo acaba de llegar a la torre. Debo cumplir con m.....
Tras dos meses de asedio en la ciudad de Trinsic, logramos reconquistarla de las hordas de Orcos, esqueletos y demás agentes demoniacos que la asaltaron y redujeron la ciudad a escombros.
Yo, Kaltos, jefe de la guardia de Britannia de Lord British, encontré este pergamino en el cadáver de uno de los guardias de la ciudad de Trinsic. Todos los cadáveres tenían por lo menos seis o siete flechas y las heridas de espada eran inombrables. Estaba claro que la lucha había sido muy dura en torno a ellos. Conté 24 cadáveres de Orcos y demás seres solo en esa planta de la torre, frente a los cuatro guardias que la resguardaban. Todavía no sabemos quien organizó el ataque a Trinsic, pero esta claro que las fuerzas del Mal no descansan nunca.
Como el valiente guerrero deseó, hemos enviado copia de sus escritos al archivo de la Hermandad y al palacio de su Señoría.
Firmado y sellado por
Kaltos, Jefe de la Guardia de Su Señoría Lord British.